Iker Casillas y Xavi volverán a verse las caras esta mañana, cuando se reencuentren en la Ciudad Deportiva de Las Rozas, convocados por Vicente del Bosque para el amistoso del viernes ante Chile y el clasificatorio para la Eurocopa, frente a Liechtenstein, el martes. Apenas dos semanas después de los últimos roces de la Supercopa de España, los capitanes de Madrid y Barcelona tendrán ocasión de limar personalmente las asperezas acumuladas. Por teléfono, ya lo habían hecho a iniciativa de Casillas, un gesto que no le salió gratis al portero del Madrid. A José Mourinho, su técnico, no le gustó demasiado que tratara de quitar hierro a la situación que él mismo había atizado y, coincidencia o no, le relegó a la suplencia en el torneo Santiago Bernabéu.

El portugués había negado antes cualquier intromisión. 'Casillas puede llamar a quien quiera', afirmó Mourinho. El meta lo suavizó el pasado lunes, al tiempo que desmentía haber convocado una supuesta cena con los pesos pesados del Barça para tratar de reconducir la tensa relación. '¿Si era necesario llamarlos tras la bronca? La gente no sabe lo que hablé con ellos. Todo son especulaciones. Lo que se habló me debe importar a mí y a ellos. Yo no he sido líder de nada', aseveró Casillas.

Desde las semifinales de la Champions del curso pasado, las discrepancias entre los internacionales del Barça y del Madrid no han dejado de crecer y son una de las mayores preocupaciones del seleccionador. 'La situación está al límite', confesó Cazorla. A partir del miércoles, se verá qué camino toma.