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La semana más loca de Negredo

El ariete no termina de descifrar su rol en el Sevilla

ALBERTO CABELLO

'Negredo está desquiciado'. Mientras definía al camarero la modalidad de café que había elegido para el desayuno, un aficionado sevillista diagnosticaba de esta manera el proceso mental por el que transita el delantero madrileño tras una semana de lo más complicada. De domingo a domingo, sus últimos siete días tendrían el título de esas películas corales de Peter Greenaway: el golazo, el cambio, la pifia y la expulsión. Por si fuera poco, uno de sus rivales en busca de un puesto en la lista de Vicente Del Bosque para el Mundial de Suráfrica, Fernando Llorente, avanzó ayer un par de casillas en su objetivo al marcar dos goles ante el Xerez.

Desde la superficie se transmite un mar de lo más calmado, pero en aguas profundas se percibe cierta incomodidad en su primera temporada en el Sevilla. Acostumbrado al foco en la cara en Almería, ahora tiene que repartirse el escenario con dos primeros actores. Luis Fabiano y Kanouté cuentan con algunos cuerpos de ventaja sobre el madrileño por su inmenso legado dentro de la historia reciente del equipo. El complejo carácter del brasileño acotan todavía más el catálogo de movimientos del entrenador Manolo Jiménez. La prioridad del técnico es agitar lo menos posible el temperamento del 9 de la canarinha.

El miércoles fue sustituido a la media hora ante el Getafe en Copa

Con este panorama, Negredo tenía todas las papeletas para irse del campo a la media hora del partido ante el Getafe. De nada sirvió que tres días antes completara su mejor partido del año ante el Valencia o que culminará con una exquisitez la maniobra de dibujos animados de Jesús Navas con el tacón. Él era el elegido. Jiménez salió victorioso de su decisión: el equipo mejoró con la retirada de un punta y Luis Fabiano marcó.

Nada más ver su número en el panel del cuarto árbitro de su boca se fugó un 'su puta madre'. Al aproximarse a la banda calmó los nervios y devolvió con un aplauso la ovación de la grada. 'Hablé con el míster. Está claro que a nadie le gusta ser cambiado. Mi enfado fue por el cambio, luego ves la victoria del equipo y ves que fue un cambio entendible. Hay que darle la razón a Jiménez, porque salió bien. Hablé con él, le dije que estaba molesto por el cambio, pero porque a nadie le gusta salir en el minuto 35', reconoció.

El domingo se metió un golazo en propia meta y acabó desquiciado

El resultado ante el Getafe desactivó algunos de los efectos secundarios. Jiménez se cargó de razón, pero el delantero sumó un grado más a su molestia. No era la primera vez que el entrenador escogía su dorsal para irse a la caseta. Con tanta competencia en la delantera, ha debido de adaptarse a partidos en los que empieza con el chandal puesto u otros en los que no completa los 90 minutos.

Toda esta rabia contenida diplomáticamente de puertas para fuera ha terminado por afectarle. Su afán por estar en el Mundial lo puede todo. Villa y Torres son fijos en el avión a Suráfrica. Güiza tiene muchas papeletas, así que si Del Bosque se decide por un cuarto delantero las papeletas están entre Negredo y el vasco Llorente.

El partido del domingo en La Romareda retrató su agitación. Todas estas vicisitudes han terminado por crear mar de fondo. El ansia le jugó una mala pasada en elautogol y en la expulsión.Negredo todavía busca su sitio en el Sevilla. 

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