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Silva, el desheredado

Mientras los cracks de la Liga brillan con sus selecciones, un 'inglés' rescata a La Roja

ENRIQUE MARÍN

Cristiano marcó con Portugal. Di María y Messi, con Argentina. Benzema, con Francia. Rossi, con Italia. Özil asistió de tacón a Müller en la jugada del gol de Alemania que culminó Klose. Los principales protagonistas de la última jornada FIFA de amistosos fueron futbolistas de la Liga. Sin embargo, el desustanciado y pírrico triunfo de España ante Colombia lo firmó un jugador de la Premier, que, además, hace tiempo que perdió la condición de titular en La Roja.

David Silva (Arguineguín, Las Palmas, 1986), por quien el Manchester City pagó el pasado verano 33 millones de euros al Valencia, es uno de los llamados jugones que deslumbraron en la Eurocopa de Austria y Suiza. Su presencia en la medular junto a los Xavi, Iniesta y Cesc dotaron a España de ese estilo made in Barça que poco a poco ha ido perdiendo la selección, Mundial inclusive. Al regreso de Suráfrica, Silva era reacio a emigrar a Inglaterra. Prefería marcharse al Madrid, pero, al igual que sucedió un año antes con Villa, Florentino Pérez no creyó en su fichaje. El italiano Mancini habló con él y la oferta económica del City, tres millones por temporada, casi el doble de lo que cobraba en Mestalla, terminó de convencerle.

Exiliado a la Premier y suplente con España, Mundial incluido

Desde su debut el 15 de noviembre de 2006, Silva ha jugado 44 partidos en La Roja, con la que acumula 11 goles. En las categorías inferiores, ya fue subcampéon de Europa sub-17 y del mundo sub -9 y campeón de Europa sub-19. En la absoluta suma ambos títulos, aunque con un mayor protagonismo en el continental a las órdenes de Luis Aragonés.

Del Bosque pasó de compararle con Messi ('Nosotros tenemos algún zurdo parecido', dijo el seleccionador preguntado por el argentino y en clara referencia al canario), a prácticamente responsabilizarle de la derrota ante Suiza en el Mundial. 'No encuentro el momento para darle más minutos', llegó a reconocer.

Y así, a diferencia de la Eurocopa, en la que jugó cinco partidos y marcó un gol a Rusia, Silva sólo participó 66 minutos en el Mundial. Empezó de titular contra Suiza, pero Del Bosque le sustituyó a la media hora. Después de no jugar ante Honduras, contra Chile calentó en la banda, pero se quedó sin salir. Frente a Portugal y Paraguay, el técnico salmantino apostó por el mismo equipo que superó a los de Bielsa. Sólo en la semifinal, y escasos cuatro minutos, Silva volvió a pisar el césped. En la final, no hubo ni rastro de él.

Del Bosque pasó de compararle con Messi a no encontrarle sitio

Sin embargo, el destino ha querido que Silva fuera decisivo para salvar a la campeona del mundo de la sonrojante derrota ante México el último agosto y del no menos ruborizante empate ante Colombia el pasado miércoles. Sus goles in extremis en el estadio Azteca y el Bernabéu evitaron otra abolladura en la estrella. El declive de Silva tiene que ver con la pérdida de identidad de La Roja, entre otras cosas.

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