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Solinsky desafía la ley de la gravedad

La nueva estrella del 10.000 y su equipo utilizan una novedosa cámara

IGNACIO ROMO

Chris Solinsky ha sorprendido a todos. El atleta estadounidense se convirtió hace un mes en el primer corredor de raza blanca capaz de romper el muro de los 27 minutos en los 10.000 metros. El viernes sobrepasó otra barrera: los 13 minutos en 5.000 metros. Pocos esperaban su explosión este año, pero ya conocemos el secreto de Solinsky y, en general, del llamado grupo de Oregon, que está generando nuevos talentos para el maltrecho fondo estadounidense. La antigravedad. Ahí reside el secreto.

Las cintas antigravedad nacieron con la idea de convertirse en una herramienta más para la rehabilitación de lesiones. Estaban pensadas para la recuperación de enfermos en los servicios de traumatología de los hospitales. Sin embargo, la tecnología, como tantas otras veces, no ha tardado en dar el salto y ser aplicada al deporte de élite. Correr en ambientes con menor influencia de la fuerza de la gravedad permite desarrollar ritmos más rápidos, que además potencian el metabolismo muscular. Trabajo de mayor calidad, con menos desgaste.

Corren con un 20% menos de gravedad por debajo de la cintura

El primer atleta en apostar por el entrenamiento en ambientes de menor gravedad fue Ritzenhein, otro miembro de la nueva ola de corredores de fondo estadounidenses que se entrenan en Portland (Oregon) bajo el patrocinio y el control de la firma Nike, que posee allí su sede principal. Ritzenhein comenzó a experimentar con los tapices antigravedad en 2008 y el resto del grupo, dirigido por los técnicos Salazar y Schumacher, se ha incorporado con rapidez a la nueva tecnología.

¿En qué consiste esta nueva tecnología? Simplemente en disminuir la fuerza de la gravedad en un espacio cerrado, al igual que se hace para la preparación de los astronautas. El atleta se sitúa para correr en el tapiz (la típica cinta rodante que existe en todos los gimnasios) pero con una diferencia. La máquina incorpora una cápsula en la que el corredor debe introducir las piernas para ajustarse el cierre por encima de la cintura, de forma hermética. De este modo, los glúteos y las piernas quedan dentro de un ambiente con menos gravedad: pueden correr a ritmos de dibujos animados.

Entrenan a ritmos muy superiores, pero con inferior desgaste físico

El fundamento de la máquina antigravedad se centra en generar un flujo de aire suficiente para levantar 180 kilogramos en la mitad inferior del cuerpo del corredor. Los fabricantes indican que esto permite correr con un 20% menos de gravedad.

Antonio Serrano, entrenador de Higuero y Chema Martínez, no tiene aún experiencia con la máquina. 'La verdad es que no conozco a fondo esta nueva tecnología. Nosotros no la hemos utilizado nunca', explica el técnico.

Por su parte, Pablo Vega, atleta y experto en aspectos técnicos, considera que 'en el rendimiento máximo, las cintas antigravedad permiten trabajar a velocidades mayores que las propias de competición durante periodos de tiempo prolongados, favoreciendo la adaptación en el sistema nervioso central, que se está barajando como el principal factor limitante del rendimiento de un corredor'. Vega destaca también que estas cámaras 'no generan impacto en las articulaciones, lo que permite asumir cargas mayores de entrenamiento sin incrementar el riesgo de lesiones'. Por último, este experto resalta que 'la transferencia muscular a la carrera es absoluta, frente a otros métodos regenerativos complementarios, como la máquina elíptica o el aquarunning, que trabajan muscularmente de manera ligeramente diferente'.

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