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"Cuando supe que iba a ser madre me costó menos dejar el equipo"

PACO GRANDE

Embarazada de seis meses, Gemma Mengual brilla por su ausencia en los Europeos de Budapest, aunque ayer llegó a la capital húngara para estar al lado de sus compañeras.

¿Cómo se siente después de 17 años en el equipo?

Un poco extraña, la verdad, aunque no mucho al poder haber venido a Budapest. Quiero estar con el equipo y ver todas las finales del fin de semana. Me voy acostumbrando. Al principio era algo que tenía más o menos asumido, pero todo pasó de repente.

¿Por qué?

Porque todo se desencadenó después de las vacaciones, cuando comenzamos los entrenamientos. Yo iba allí, me iba entrando el gusanillo, pero no había decidido aún salir del equipo porque no estaba embarazada. Fue después del Campeonato de España cuando supe que iba a ser mamá y entonces todo cambió. Automáticamente te das cuenta cuáles son tus prioridades, te metes en ellas con ilusión y dejas de lado tu deporte, aunque no del todo, porque después volvía a la piscina. Las veía entrenarse y me veía con fuerzas. De nuevo ese gusanillo de tirarme a nadar y estar con el equipo. Pero, claro, tenía que parar, porque me decía 'cuidado, que llevas un niño dentro'.

¿Niño, ya sabe el nombre?

Sí, se llamará Nil.

Se le nota muy contenta.

Contenta, no, contentísima. Son cosas que tocan. Ahora estoy centrada en esto y después ya me plantearé si sigo o no. No lo descarto, pero cuando llegue el momento seré realista con mi nueva vida, que no sé si me permitirá mantener el ritmo y el nivel de antes.

Pero por ganas no será...

Ilusión y ganas no me van a faltar, porque físicamente puedo, aunque ya no podré pegarme los maratones que me pegaba antes. Pero competir seguro, aunque no sé si mi nueva vida me lo permitirá y en qué momento estará el equipo y el nivel. Hoy por hoy, no descarto estar en Londres 2012, aunque dependerá de las circunstancias.

El relevo era inevitable. Antes o después tenía que llegar.

Claro, no sólo era necesario, sino que igual hasta ha venido bien que sea en estos Europeos, para que termine de hacerse el relevo en el equipo nacional de sincronizada. Ahora a las que siguen no les queda más remedio que asumir la responsabilidad del cambio generacional, y en una competición importante.

¿Sigue entrenándose o haciendo algo de deporte?

Cuando ellas todavía estaban en Barcelona, estuve con el equipo en la piscina, ayudando un poco y tirándome al agua, porque me sentía bien. Estos días he estado nadando y haciendo algunos ejercicios en la piscina, que de paso me vienen muy bien para el embarazo. Pero, no crea, no tengo mucho tiempo, porque aparte de la sincronizada sigo con mis actividades. Estoy montando un restaurante japonés y ando con mucho ajetreo.

Usted ha sido durante décadas la gran solista. Ahora lo es Andrea Fuentes. ¿Qué le pareció su ejercicio?

Estuvo muy bien, hizo un solo impresionante, aunque hay que esperar aún un poco más porque con el tiempo lo hará mucho mejor todavía. Siempre hay que mejorar y ahora que voy a estar con el equipo aprovecharé para decirle a Anna lo que he visto aquí en la distancia, desde la televisión. Le comentaré mis impresiones de los ejercicios.

'Tuve que parar porque me decía cuidado, que llevas un niño dentro'

¿Cómo está viendo los Europeos?

Son una competición de transición. Será más real el nivel del equipo español en la Copa del Mundo, en la que ya hay equipos más potentes. Ahí podremos valorar mejor. A ver qué tal lo hacen, porque el nivel de estos Europeos no está siendo muy alto, salvo España, Ucrania y Rusia, que clavan todos los ejercicios. La diferencia de Natalia Ishenko con el resto es bestial. Hay muchos equipos en transición, como el nuestro, y se está notando.

¿Y el dúo Andrea Fuentes y Ona Carbonell? En el técnico, las españolas se quejaron de las bajas puntuaciones...

No tuve oportunidad de verlo en directo. Lo hice por internet. Hubo algún fallo de ejecución. Tengo la impresión, pese a las quejas del equipo español, de que estuvieron mejor en el dúo técnico que en el libre, pero es cierto que ha habido dos puntuaciones, un 9,1 y un 9,3 que estaban fuera de lugar. Esto ya pasó el año pasado en Roma, que en el dúo sólo nos valoraron con un 9,4 y un 9,5; ocurre en la sincronizada, no siempre te toca, pero a veces sí.

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