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Una sustancia muy perseguida

Una amenaza de dos años de castigo

A. L. M.

Los precedentes no dejan mucho lugar a la esperanza para el ciclista de Pinto. En caso de que sea suspendido, Alberto Contador podría recurrir ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS). Sin embargo, sus posibilidades no serían demasiadas.

El año pasado la Federación Española de Atletismo se negó a castigar a la atleta de origen nigeriano Josephine Onyia, plusmarquista española de 100 metros vallas, tras un positivo por clembuterol, un anabolizante incluido en la lista de sustancias prohibidas. En aquel caso, como en el de Contador, la cantidad hallada era muy pequeña y la atleta también invocó a la ingestión de carne contaminada.

La Federación internacional (IAAF) no creyó a la española en el caso Onyia y llevó el asunto al TAS. El tribunal afincado en Lausana dio la razón a la IAAF y dictaminó que existía un caso de dopaje claro y contrastado.

Otro precedente relacionado con el clembuterol es el del ciclista FuYu Li, del equipo Radioshack, actualmente sancionado por dos años.

La nadadora Jessica Hardy recibió el pasado mes de mayo un dictamen desfavorable tras haber dado positivo con clembuterol durante las pruebas de selección de su país para los Juegos Olímpicos de Pekín. La nadadora había llevado el caso hasta el tribunal internacional, que falló en su contra.

Quince días antes del fallo de Hardy, la yudoka chinaTong Wen, oro en los Juegos Olímpicos de Pekín fue sancionada por dos años por consumo de clembuterol. Wen explicó que la sustancia podía tener su origen en su afición a comer costillas de cerdo pero su defensa no se tuvo en cuenta.

Los casos de clembuterol arrancan en 1991, cuando las atletas de la RDA Krabbe , Breuer y Derr fueron suspendidas por dos años. Katrin Krabbe, campeona mundial de los 100 metros alegó que lo había consumido para el asma. No la creyeron.

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