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Tarde de Reyes por adelantado

El Real Madrid logra una muy cómoda victoria ante Unicaja (88-72) gracias al espléndido partido de su pívot

ALBERTO CABELLO

En este Real Madrid tan enigmático como un adolescente, Felipe Reyes (18 puntos y 11 rebotes) regala su espléndida madurez como soporte para que el equipo vaya tatuándose en la piel los mecanismos de un conjunto ya en la mayoría edad. El pívot madridista dio, otra vez más, el paso al frente. Se ofreció voluntario para responder a la derrota del pasado jueves ante Unicaja. Cuando Reyes coge la onda, en el Madrid asoma esa arruga de cuadrilla ya trasteada, competitiva y libre de ese acné destructivo que suele aparecer en los últimos cuartos. Ayer no hubo vértigo, la victoria blanca fue huracanada (88-72).

Ante los malagueños, hay muchas opciones de victoria en el momento en el que encuentro se mete en la batidora. Así, Sergio Rodríguez hizo de liebre. El ritmo vivo del base impuso desde el principio un duelo a canastas. Ante un panorama de porcentajes altos, Unicaja descarriló. Lo suyo es más control, pero el Madrid no estaba dispuesto a ceder a eso.

Los blancos anotaron sus siete primeros lanzamientos. Un variado de juego interior de Tomic, penetraciones de Sergio y lanzamientos de Suárez, indescifrables para la blandita defensa visitante. El festín estaba ya en la comanda. Sólo en el primer cuarto, los madridistas sumaban ya 32 puntos. Una herejía para la filosofía de Aíto.

La buena racha de Freeland y el goteo de Blanco fueron las únicas asas que evitaron el desplome de los andaluces con más de medio partido todavía por abrir.

Los puntos caían a chorro en el marcador. Hasta Mirotic se saltó el protocolo de tímido novato para encañonar el aro de Unicaja con pasmosa facilidad. Al descanso, la ventaja acariciaba la veintena (51-33) con otro triple de un espléndido Carlos Suárez.

El conjunto malagueño salió en el tercer cuarto con los paraguas abiertos. Ni su defensa fue tan tersa, ni el ataque del Madrid tan sencillo. Freeland se empeñó en rescatar el partido, pero ahí apareció el inconmensurable Felipe Reyes para sostener a su equipo. Ahora un rebote de ataque, luego un tiro a cinco metros o una jugada de 2+1, desesperaban a sus defensores. Su catálogo de abrigo se ofreció en toda su amplitud para señalar el norte a sus compañeros. Evitó con su magnífico encuentro que se repitiera la misma sintonía que 48 horas antes.

La jornada de ACB de hoy también se verá trastocada por la huelga de controladores. El Menorca-Zaragoza se retrasa a las siete de la tarde. Ayer Gran Canaria ganó en Bilbao con equipaciones y zapatillas prestadas de los locales al seguir su equipaje en Madrid.

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