Desde mucho antes de que comenzara el partido, quedó claro que el Bernabéu está a muerte con Mourinho. El técnico ha calado hondo en los aficionados blancos y anoche se lo quisieron demostrar. Mou cumplía ayer el segundo y último partido de sanción por su expulsión copera ante el Murcia y aun así se erigió de nuevo en gran protagonista.

Antes de que el Madrid saltara al campo, los seguidores blancos ya le habían tributado la primera ovación de la noche al luso. Cuando el locutor del campo recitó las alineaciones del choque y nombró al técnico de Setúbal, se produjo un enorme estruendo. Ni Cristiano, ni Casillas, ni Özil. Ningún jugador superó ayer en aplausos a su entrenador. Tampoco en cánticos. El '¡Jose Mourinho, Jose Mourinho!' volvió a ser lo más coreado por los seguidores madridistas. Incluso tras el gol de Higuaín.

Decenas de pancartas a favor de Mourinho engalanaron el estadio. Desde el más simple 'Mourinho, estamos contigo', hasta apoyos mucho más originales: 'Qué Preciado es ganar. Los lloriqueos hacen más grande al Real' o 'Ni canalla ni violento, el Bernabéu a muerte con Mourinho'. Los aficionados se mostraron especialmente sensibilizados por la polémica originada tras el ataque verbal del técnico del Sporting.

Al principio, Mourinho ocupó un palco del estadio, pero a los diez minutos lo abandonó, bajó a la grada y se ubicó en la misma posición que ante el Murcia cuando fue expulsado. En primera fila, el luso ejerció de entrenador sin problemas. Lass y Granero se acercaron con naturalidad a recibir instrucciones y todo parecía tranquilo hasta que Sergio Ramos decidió ejecutar el primer penalti. Marcó y es el primer jugador español del Madrid que lo hace en Liga, pero Mou no sabe por qué le quitó el balón a Cristiano, el designado para estos casos. Al delantero portugués no le sentó nada bien, pero luego pudo resarcirse con el segundo penalti y al final del partido le quitó hierro al asunto.