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"El triple significó libertad"

Epi, al que Navarro ha superado hoy en sus 627 triples, habla desde el 6,25

MIGUEL ALBA

Tras la raya, apareció el tabú. Un espacio que distanció un par de pasos más a los bajitos de buena muñeca del resto. 'Para mí, el triple significó libertad', esboza Juan Antonio San Epifanio, Epi. En 1984, cuando el baloncesto FIBA empezó a premiar los tiros desde 6,25 metros, Epi llevaba ya 15 años de relación a distancia con el aro. Su muñeca le había delatado entre marcajes pegajosos que minimizaban el tiempo de reacción para su tiro. 'Quino Salvo fue el jugador que más me descentró', recuerda Epi. Sin embargo, esa nueva media circunferencia abrió la perspectiva de los tiradores. 'El triple no sólo fue novedoso porque valoraba la canasta con un punto más sino porque ofreció más opciones de ataque. Aparecieron nuevas situaciones de tiro en posiciones más cómodas', razona el mítico ‘15' del Barça.

Mientras las pizarras aún no se atrevían a adelantar al adelantado de la defensa en zona más allá de esa nueva raya, Epi había ya retrasado su solvente tiro de cinco metros para anotar los primeros de los 627 triples, que hoy ha superado Juan Carlos Navarro ante el Menorca. 'En esos primeros años era más fácil tirar de tres que ahora. Había menos vigilancia y eso provocó que la gente lanzara de tres de forma indiscriminada', explica Epi.

Fue en esa época de transición, cuando los triplistas empezaron a construirse en la soledad de los entrenamientos. Tan solo era necesario aplicar repetición sobre el método. 'Necesitaba encontrar esas nuevas sensaciones. Mecanizar mi técnica desde el triple'. Junto a Chicho Sibilio -séptimo mejor triplista en la historia de la ACB y máximo del Barcelona con 693 tiros de tres convertidos- y Nacho Solozábal, Epi alargaba los entrenamientos con sesiones de más de 200 lanzamientos desde el 6,25. 'A base de tirar, tirar y tirar, yo, como el resto de especialistas, empezamos a ver la línea mucho más cerca'.

La estadística corrobora la reflexión de Epi. La ACB comenzó a escrutar cada partido en la temporada 83-84. Cada gesto del 15 del Barça desde el triple quedó registrado hasta su retirada en 1995. En estos 11 años, Epi aseguró 1,49 triples por encuentro. Aunque siempre hubo alguna tarde superlativa. Como aquella en la que anotó siete triples -récord aún vigente, compartido con Toolson, en la Copa del Rey- en el campeonato copero de 1987. En toda su carrera, Epi anotó 627 y falló 422.

Precisamente, el porcentaje de error discrimina la igualdad entre Epi y La Bomba Navarro, que ha necesitado 35 lanzamientos y dos años menos que el ex jugador para superar su marca. 'Él nació con un talento tremendo y, además, aprendió a jugar al baloncesto con el triple. Para él, lanzar de tres es algo natural, yo tuve que reciclarme. Por eso no creo que podamos compararnos', razona. 'El baloncesto ahora es más físico, más rápido, más potente. La línea ahora ha quedado cerca incluso para los pívots. Debería ser como en la NBA (7,25 metros) para que signifique lo mismo que hace 25 años'.

Un metro más allá, Navarro también es solvente. Apenas dos triples le impidieron igualar, el pasado año, el récord de 158 de un rookie (Kerry Kittles) en la NBA. D

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