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El Valencia impone su estilo

Los de Emery rascan una victoria con un solitario gol de Topal

ALBERTO CABELLO

El Valencia consiguió imponer su estilo en tierra extraña para el juego a ras de suelo. Allí ,en el estadio del Stoke City, a los tres o cuatro toques seguidos la grada hace patente su enfado por algo tan aburrido como un carrusel de pases sin que el balón vuele hacia el área. Es el fútbol inglés sin conservantes ni colorantes lo que mantiene en vigor este modesto equipo de la Premier. Lo que hace unos años era norma ahora se ha convertido en algo casi exótico y desfasado.

El mismo deporte pero casi de siglos distintos puestos en comparación en esta eliminatoria europea. Puestos uno frente al otro salió mejor parado el Valencia. Ganó la imaginación, la lectura del ritmo y la creatividad a la idea única. Al balón al área en busca del gigante Crouch o ese lanzamiento de jabalina de Delap desde el saque de banda. En sólo tres líneas se escribe el scouting del Stoke. No hay nada más.

El equipo de Emery entendió que el partido había que llevarlo hacia la imagen a cámara lenta. Mantener todo el tiempo posible la posesión de la pelota para desesperanzar a un equipo que necesita la excitación del barullo o el choque.

Salvo ratos de cierto agobio, resolvió con suficiencia la tarea. Dealbert se enganchó a todos los saltos de Crouch y los dos mediocentros buscaron el contacto de la pelota con el césped una y otra vez. La conexión con Feghouli, Jonas o Piatti era ya letal para el conjunto inglés. Pudo marcar el brasileño en una buena jugada individual a la que respondió con buenos reflejos el portero del Stoke.

Ni cuatro brazos hubieran evitado un rato después un misil tierra-aire que Topal conectó desde fuera el área. Un gol maravilloso que dejó la eliminatoria con sabor dulce. El Valencia acotó de forma excelente esas dos virtudes con las que el rival ha alcanzado cotas impensables como llegar a competición europea. Con poco que hacer la pelota, el Stoke afiló las garras y repartió más dureza de la debida, pero ni eso perturbó a los levantinos.










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