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El vídeo que motiva a todos

El Getafe prepara la remontada con fotos e imágenes del 4-0 al Barça en Copa

ALFREDO VARONA

'Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma'. Es el mensaje de Nelson Mandela, interpretado por Morgan Freeman en Invictus, donde se relata una maravillosa hazaña deportiva que culmina en el último minuto. Entonces se implicó a una nación. Hoy, a partir de las 22,00 horas, se implica a un pueblo, Getafe, que espera que la Copa le devuelva lo que le debe. El deseo es hermoso, infinito y hasta posible como se demostró en el pasado. El 10 de mayo de 2007, Celestini integraba el equipo que remontó al Barcelona un 5-2 en una semifinal copera. 'Y como lo hice, sé que ahora también se puede lograr'. Por eso Celestini también se acuerda del poema que acompañó a Mandela en sus 30 años en la cárcel: 'No importa cuán estrecho sea el camino, cuán cargada de castigo la sentencia'

Ajeno a la llamarada del vestuario, Míchel, el entrenador, apela a un discurso más práctico: 'Tenemos argumentos para pensar que la eliminatoria no está imposible. Si tenemos siete u ocho ocasiones como en la ida, con meter dos, vamos a la prórroga. Luego, se puede ganar en los penaltis'. Míchel fue uno de los hombres de aquellas remontadas del Madrid de la Quinta del Buitre, en las que se ilustró el miedo escénico en el Bernabéu. Pero no cree que lo de esta noche tenga nada que ver con los años ochenta. 'En aquellos momentos, cuando se daban este tipo de situaciones, era porque se hacían las cosas muy mal en la ida; pero aquí se hicieron muy bien'. Por eso esta noche Celestini volverá a abrir la puerta del vestuario y a insistir: '¡Chicos, se puede, claro que se puede!'. Es más, ya ha dejado dicho que en su mensaje sólo se escribe una posibilidad: 'Si pasamos es para ganar la Copa, si no lo conseguimos es mejor caer ahora'. Y no le gustaría volver a repetirlo.

El Getafe prepara la remontada con fotos e imágenes del 4-0 al Barça en Copa

Ayer no apareció Mandela para animar a los jugadores del Getafe, como hizo en el Mundial de rugby de 2005 para convencer a los Springboks. Pero fue un día distinto en el Coliseum, con más medios de información que nunca, a los que Míchel trató de convencer de que no pasaba nada. 'Es un partido normal y hay que tratarlo así'. Pero esta vez el técnico no lleva razón. El choque se vive entre los futbolistas con culto casi cinematográfico. La motivación es extraordinaria. En las paredes del vestuario se han pegado fotografías de aquella noche ante el Barcelona. El vídeo de ese partido también se repite de forma incesante por la televisión. Hay jugadores que han recibido mensajes tan valiosos como uno que les recuerda que tengan cuidado con las emociones y se ejemplifica con una frase del escritor Paulo Coelho: 'Las emociones son como caballos salvajes, muy difíciles de domesticar'. Porque quizá ahí radica el misterio de la noche.

Casquero, que será como Françoise Pienaar en Invictus, sabe que se puede lograr. Es más, hace tres años había menos motivos para creer. En el Barcelona jugaba gente de primera categoría como Etoo, Ronaldinho, Xavi o Iniesta. El resultado era peor (5-2). El primer gol se manifestó a los 37 minutos, y lo hizo Casquero. 'Hay que jugar con la misma paciencia'. En realidad, aquel Getafe, 'bajo los golpes del destino', hizo caso a Mandela: nunca se dejó llevar por las prisas. 'Fuimos fieles a nuestro estilo y no dimos un solo pelotazo'. Hasta el minuto 70 no llegó el tercer gol que marcó uno que ya se marchó: Vivar Dorado. A pesar de la tardanza, los nervios nunca desafiaron a la razón. Pero quizá entonces el Getafe era un equipo mayor con gente como Güiza, Alexis, Paredes o el mismo Contra, que acaba de irse a su país. Precisamente, este partido también irá por Contra, que dejó Getafe sin la Copa que su biografía merecía. 'A la tercera irá la vencida', le promete Del Moral.

'¡Chicos, se puede, claro que se puede!', volverá a gritar esta noche Celestini

Manu era muy joven en 2007, como ahora puede pasar con Boateng, Parejo o Rafa. Míchel les insiste en que no hay amenazas. 'La motivación y el ánimo tienen que estar en el punto justo'. No se les va a pedir nada que no hayan hecho. 'Si pudiésemos repetir el juego de Sevilla, pasaríamos'. Ayer ensayaron penaltis, la prueba de que no hay prisa por vencer. Y Belenguer, uno de los héroes de 2007, insiste en que sólo importa el resultado, no el momento. 'Aunque lo principal de todo es creérselo'. Boateng entonces no separa la mirada del viejo capitán: 'No sirve de nada decir yo voy a por todas; cuando saltes al campo será cuando se vea si servimos para eso o no', añade Belenguer. 'Por eso hay que jugar con mucho amor propio, que será lo que te permita seguir adelante cuando el noventa por ciento baja los brazos'.

Y eso lo retrata Clint Eastwood en Invictus con una emoción inigualable hasta el último segundo. A Belenguer sólo le falta comprobar 'si nosotros pertenecemos a ese diez por ciento'.

Examinado en todos los partidos, casi en cada entrenamiento, Manolo Jiménez pasa esta noche una prueba perversa: si el Sevilla certifica su clasificación para la final de Copa, no sucederá nada y el técnico andaluz seguirá siendo cuestionado; si, por contra, el Getafe remonta el 2-0 encajado en la ida, la continuidad de Jiménez en el banquillo de Nervión se antoja imposible.

“Nos jugamos muchísimo, estar en una final. No hay ni excusas ni nada. No hay que dudar ni dejar que influya el ambiente”, avisa el entrenador sevillista, todavía con el escozor de lo sucedido el año pasado en Bilbao, cuando el Athletic les pasó por encima (3-0), precisamente para remontar un 2-1 en la semifinal de vuelta de Copa.
Por si acaso, Jiménez, que parece obligado a justificarse en todo momento, aseguró que “ni como futbolista ni como entrenador he entendido nunca cómo se defiende un resultado”. Aunque acabó matizando: “Quizás sí al final de un partido, pero nadie sabe defender un resultado desde el minuto uno”.

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