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Villa revienta al Getafe

El Valencia se encomienda a los goles del Pichichi de la Liga y termina sufriendo tras la expulsión de Alexis

SALVA TORRES

Villa ha encontrado un nuevo socio de lujo: el Chori Domínguez. La afición lo esperaba y el reciente fichaje, titular por primera vez en Mestalla, no se escondió. Dio un pase de gol, estuvo a punto de marcar en dos ocasiones y cada que vez que apareció lo hizo con criterio y dando sensación de llevar en las botas mucho veneno. Villa, con todo, sigue a lo suyo: marcando con magníficas asistencias o fabricándoselas él mismo. Sensacional el gol que selló la sufrida victoria de su equipo. El Getafe apretó, pero se ahogó. El Guaje inundó Mestalla de aplausos por su mortal pegada.

El partido estuvo presidido por la luminosa aparición del Chori y por el viento. Sobre el magnífico césped de Mestalla rodaron páginas de periódico y bolsas de plástico zarandeadas por un aire racheado. El Valencia pareció adaptarse mejor a esa inclemencia, porque jugando a ráfagas desestabilizó en la primera parte a un Getafe dominador del juego pero inoperante en ataque. Los azulones, carecieron de mordiente. Todo lo contrario que el Valencia: dejándose llevar por el viento, golpeó más la puerta contraria que su adversario. Tuvo hasta cuatro ocasiones claras sin llevar la iniciativa en toda la primera mitad.

Hubo momentos en que la grada se desesperó: no le gusta ver a su equipo corriendo detrás de los contrarios. El Valencia estuvo maniatado por el juego de toque y combinación del Getafe. Pero tanto manoseo quedó en dominio colorista. Villa, en cambio, parece aquella viva imagen de la Revolución de los claveles portuguesa: el fusil coronado de flores. Su pólvora vale por toda la munición del Getafe, ayer sin Soldado, pero espoleado cuando jugó con superioridad por la expulsión de Alexis. Ya suma 17 goles y es Pichichi de la Liga en solitario.

Al Valencia le tocó apretar los dientes. Los dos latigazos de Villa fueron la soga a la que se agarraron hasta el final los jugadores de Emery, sobre todo después de que Del Moral pusiera la victoria blanquinegra en la cuerda floja. Se oyó el chirriar de dientes y el 'burro, burro' hacia el árbitro, que también sacó su fusil tarjeteando a diestro y siniestro. Mestalla empujó para que el Valencia aguantara la ventaja. Fue el día de primera comunión: ahora espera el Brujas.

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