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VILLARREAL 1- DEPORTIVO 0

Un partido en el que el equipo del chileno Manuel Pellegrini fue muy superior al cuadro gallego y sólo su falta de puntería le privó de un triunfo más amplio.

MARIO LEIS

El Villarreal, subcampeón, presenta otra vez sus credenciales como protagonista, juez y parte de la Liga. El nivel que enseñó ayer es suficiente como para poner patas arriba Old Trafford este miércoles. La calidad de sus futbolistas se elevó por encima del Deportivo, que sólo aguantó 20 minutos el envite. Lotina dio un paso atrás con respecto al partido contra el Madrid, y sucumbiendo al síndrome de las rotaciones (para jugar con unos desconocidos noruegos el jueves) se inventó un trivote, ineficaz por su colocación, y dejó por segunda jornada consecutiva a su mejor jugador, el de más calidad y con opciones de manejar, en el banquillo: Valerón.

El equipo de Pellegrini, en cambio, rezuma calidad en casi todos sus puestos, pero especialmente en el centro del campo. Ayer, después de una primera fase aburrida, donde lo más emocionante fueron los codazos que se repartieron Senna y Juan Rodríguez en todos los saltos, los pe-

queños sacaron el partido del pozo. Cazorla e Ibagaza desactivaron el plan del Depor. El internacional español leyó pronto que su papel en la banda derecha no iba a ser protagonista y se metió a jugar a la espalda de los tres medios centros que había plantado Lotina. Así hizo el gol. Se meneó por delante de la defensa, rompió a su par en un giro y disparó seco. Aranzubía afeó el gol, porque se lanzó blando y la bola pasó demasiado cerca de su manopla. A partir de ahí, el portero fue el mejor de su equipo. El otro bajito, Ibagaza, liberado de mirar atrás por Senna y

Edmilson sacó el manual de pases y abrió caminos para Guille Franco y Llorente. Un paradón de Aranzubía anunciaba el sufrimiento: El Depor ya no tenía piernas para defender los movimientos y el toque del Villarreal.

Lotina rescató a Valerón para la segunda parte, sentando a un medio centro. Se equilibró un rato el partido y el Depor notó la aparición de Lafita y Omar Bravo. El contragolpe de los coruñeses con los pases de Valerón, que lo ve más fácil y mejor que nadie, ya tenía otras intenciones. Las ocasiones eran todas del Villarreal, ahora jugando con la potencia del americano Altidore, los regates de Cazorla y el temple de Pires. Aún así, Pellegrini se metía la mano en el pescuezo porque la superioridad no sumaba el gol definitivo. El último tramo se enredó. El Depor se desató y se fue arriba. Un par de faltas laterales y una gran jugada en la que Sergio firmó el primer y último disparo de su equipo en todo el partido. El balón tocó el palo. Hubo hasta el final un intercambio de golpes, que protagonizó Cazorla, indiscutible como jugador del partido y candidato a figura de la Liga.

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