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La luz se abarata hasta un 30% pero el recibo sube un 3,6%

El precio de la electricidad que generan las eléctricas se desploma por la recesión. El usuario paga lo mismo e incluso sufrirá subidas por culpa del déficit de tarifa, para el que sigue sin haber solución

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ANTONIO MUÑOZ VÉLEZ

En los últimos meses, con la recesión, se han abaratado bienes como la gasolina, la vivienda o los transportes. También la luz. Al menos, para las eléctricas que la compran en el mercado mayorista (el llamado pool).

Desde diciembre, el precio medio del megavatio-hora (MW/h) en el pool ha caído un 29%. Este mercado, donde se negocia el 82% de la electricidad que se consume en España, es como una bolsa donde las eléctricas compran y venden diariamente la energía que generan y que luego distribuyen a los hogares.

El desplome se debe a diversos factores relacionados en su mayor parte con la crisis económica: la brusca caída del precio de los derechos de emisión de CO2 (que ha abaratado la producción con gas natural, la tecnología que marca el precio de las demás); a la mayor producción hidráulica, que tira a la baja de los precios (las reservas de agua se han duplicado respecto a hace un año); a la menor demanda eléctrica (un 9% en febrero) y al descenso de los precios de materias primas como el petróleo y el gas.

La tendencia a la baja seguirá. El consejero delegado de Endesa, Rafael Miranda, cree que la demanda sufrirá este año la peor caída en medio siglo. Luis Atienza, presidente de Red Eléctrica, confía en que este año el precio medio en el pool caiga por debajo de los 40 euros-MW/h, frente a los 45 actuales. En los próximos dos años, la media rondará esos 45 euros, ha dicho el secretario de Energía, Pedro Marín.

Por desgracia para el consumidor, eso no supone que la luz vaya a abaratarse. Lo descarta Marín por dos motivos: los costes que recoge la tarifa eléctrica y que no tienen que ver con la generación y, sobre todo, el famoso déficit de tarifa, que acumula 12.000 millones de euros desde 2000 y que se produce cuando el precio que paga el usuario por la energía no cubre lo que cuesta generarla y distribuirla.

En el sector, se cree que los ingresos extra que se generen gracias al desplome de los precios del pool (que el año pasado batieron récords) servirán para aliviar al menos una parte del déficit, que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, cree 'insostenible'.

Su Ministerio, que a final de 2008 (justo antes de subir la luz) anunció un 'principio de acuerdo' con las eléctricas para acabar con el déficit del que no se sabe nada, dice que aún no ha decidido sobre lo que más urge a las empresas: dar el aval del Estado a la deuda derivada del déficit para que puedan colocarla entre los bancos, una tarea que la crisis financiera ha hecho imposible.

La luz, según Sebastián, no subirá 'al menos' hasta el próximo verano. Desde enero, el usuario doméstico paga la electricidad un 3,6% más cara, que se acumula a la subida del 11% el año pasado.

1. ¿Qué aparece en el recibo?

Los conceptos que aparecen son la potencia contratada (un fijo que cobra la eléctrica al cliente), la energía consumida, el alquiler del contador, el impuesto sobre la electricidad y el IVA.

2. ¿Qué impuestos se cobran?

El impuesto sobre la electricidad (4,864% sobre los conceptos anteriores) se pensó inicialmente para financiar la reestructuración del carbón. Ahora, esos fondos se invierten en investigación. A esto se suma el IVA (16%) sobre el total.

3. ¿Qué no aparece desglosado en la factura?

Con el recibo se cobran otros conceptos sin desglosar que no están directamente ligados al uso de la electricidad. Un 5,159% de la factura de un cliente doméstico se destina a los llamados 'costes permanentes': la compensación a los sistemas eléctricos de las Islas, Ceuta y Melilla (más caros de mantener), el pago al operador del mercado (OMEL) y Red Eléctrica (REE) y la tasa que financia a la CNE, el regulador del sector.

A ello se suma un 0,269% para los llamados 'costes de diversificación': las subvenciones a las energías renovables, los costes de la moratoria nuclear (la paralización de la construcción de centrales en los 80) y el dinero que ingresa la empresa pública Enresa por la gestión de residuos radiactivos. Eso quiere decir que del total del recibo de la luz doméstico, el 94,5% corresponde al servicio recibido, y el resto a compromisos que nada tienen que ver con el consumo.

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