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El Banco de España no descarta más intervenciones de entidades

Fernández Ordóñez asegura que 'deberíamos prepararnos para emplear más recursos públicos para reestructurar algunas entidades'

V. ZAFRA / S. R. ARENES

Aún no tienen nombre, pero la crisis sacará a la luz a más entidades financieras españolas con necesidad de ayuda, como Caja Castilla La Mancha (CCM). El Banco de España lo tiene tan asumido como su última petición al Gobierno. 'Debe prepararse para utilizar más dinero público', porque CCM ha sido la primera pero no será la última entidad financiera que tenga que salvar el Estado español, aseguraba ayer el gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Sin ambages, dijo que las más grandes (las que denominó como sistémicas) podrán transitar la crisis sin la duda continua de su fiabilidad frente a muchas otras que necesitarán ser rescatadas aunque, de momento, no sientan que necesitan apoyo.

La cuantía que habrá de aportar el Estado no será pequeña: Superará a la utilizada en las crisis anteriores, aunque no llegará a los niveles de los países de nuestro entorno. Para poder inyectarla, el gobernador pidió al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero que dé más libertad y agilidad de actuación al Banco de España. Ahora, el supervisor está constreñido porque requiere la autorización del Gobierno cada vez que decide hacer un préstamo a una entidad financiera con problemas. Fernández Ordóñez quiere que le autoricen una cifra elevada de avales estatales de los que tirar cuando sea necesario sin tener que convocar un Consejo de Ministros extraordinario en cada ocasión. Además, el gobernador cree necesario que cambie la ley para que las cajas tengan más instrumentos con los que captar capital en los mercados, como pueden hacer los bancos.

Pese a sus augurios sobre nuevos rescates con dinero público, el gobernador se manifestó a favor de buscar soluciones privadas (fusiones, ventas o inyecciones del Fondo de Garantía de Depósitos) antes de tener que recurrir al dinero de los contribuyentes. 'El último extremo es la intervención', dijo Fernández Ordóñez, quien tampoco está por la labor de inyectar dinero en todas las entidades de forma generalizada, como pide, por ejemplo, la patronal de cajas (CECA).

Cuando la inercia de la crisis descubra a más necesitados de ayuda, el gobernador procurará concederles ayudas concretas (ya sean del Banco de España o del FGD) y después les exigirá un plan de reestructuración y la asunción de responsabilidades por parte de los gestores que hayan llevado a la entidad a esa situación crítica.

Esa es la filosofía que utilizó para sustituir a los gestores de CCM. 'Dada la especial situación de la caja y con las disputas públicas importantes que había, parecía razonable que no fueran los mismos administradores los que siguieran explorando el futuro de la caja', dijo Fernández Ordóñez, quien admitió que debería haberse hecho todo más rápido.

El gobernador aprovechó sus palabras sobre la situación de la entidad castellanomanchega para enmendar la plana a los políticos. Criticó duramente sus disputas en torno a las cajas de ahorros (en clara alusión a Caja Madrid) porque hace daño al sector y pueden acabar costando dinero al contribuyente. Les pidió, por eso, contención y discreción en sus declaraciones. El presidente del PP, Mariano Rajoy, declaró ayer que está dispuesto a hacer 'cuanto esté en su mano' para que las entidades financieras españolas sean 'más fuertes'.

Al margen de los bancos y cajas en los que surjan problemas de solvencia o de liquidez, el conjunto del sector financiero español tendrá que reestructurarse. Habrá menos negocio que repartir y, por tanto, serán inevitables las fusiones y que se reduzca el número de entidades, según Ordóñez. Lo mismo cree el presidente de Unicaja, Braulio Medel, quien aseguró que 'lo sorprendente sería que España fuera una excepción' en este amplio proceso de reestructuración y añadió que dentro de cada entidad financiera habrá una reconversión interna porque el negocio futuro no se puede afrontar como se ha hecho en los últimos 15 años. Lo primero que habrá será un mayor freno en la concesión de hipotecas, auguró Medel.

Frente a ello, el gobernador había reconocido horas antes la necesidad de que se abra el grifo del crédito, porque sin él es más difícil salir de la crisis. Fernández Ordóñez admitió que la banca tiene demasiado miedo a prestar y pidió que se aumenten los créditos del ICO, los seguros de crédito y los aplazamientos de las cotizaciones de las empresas. De esa forma, se conseguiría mejorar el perfil de riesgo de las empresas y se avanzaría en la recuperación económica.

Frente a la tesis de Fernández Ordóñez y de Medel, el presidente de La Caixa, Isidre Fainé, afirmó, tras su participación en la Junta de Abertis, que no ve las fusiones como la mejor solución para salvar a las cajas con problemas. 'Estas operaciones tenían más sentido antes, cuando los márgenes financieros eran amplios y se buscaban economías de escala', dijo Fainé. La diferencia entre Fainé y Medel es que el primero se verá, probablemente, obligado a salvar alguna caja pequeña mientras el segundo está interesado (o más bien incitado por Manuel Chaves) en unirse con otras cajas andaluzas.

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