Como dice el refrán popular, 'no hay mal que por bien no venga'. La crisis ha tenido un impacto devastador en la economía, pero, atendiendo a la evolución del IPC, también está aliviando los bolsillos de los ciudadanos. El retraimiento del consumo y el desplome del crudo han propiciado una fuerte moderación de la inflación, hasta el punto de que, teniendo en cuenta que el gasto medio por hogar ronda los 32.000 euros anuales, según la Encuesta de Presupuestos Familiares, en los últimos 12 meses cada familia se ha ahorrado en torno a 300 euros.

La rúbrica en la que más se ha notado ese efecto es en el transporte, con una bajada de 400 euros, que se ha visto acompañada por los descensos de los alimentos y de la ropa. Hostelería y vivienda, en cambio, han prolongado su tendencia alcista, con subidas de 70 euros en ambos casos.

Dejando al margen esos repuntes, el ahorro global obedece a que, por tercer mes consecutivo, en mayo la vida fue más barata que un año antes. El IPC prolongó la senda bajista que inició el pasado agosto y marcó un nuevo mínimo, al caer un 0,9% en tasa interanual, según el INE. Nunca antes en los casi 50 años de historia de esta estadística se había registrado un descenso tan abultado, y el dato es siete décimas inferior al de abril; peor, incluso, que la cifra avanzada por el indicador adelantado de la inflación armonizada que se conoció hace sólo dos semanas (0,8%).

Una vez más, las principales causas de esa moderación de los precios han sido la debilidad de la demanda interna y el comportamiento de la energía. En mayo de 2008, la cotización del Brent superaba los 125 dólares, mientras que ahora está en 60, lo que se ha traducido en un abaratamiento del 15% en los productos energéticos y del 24% en los carburantes (que, no obstante, se han encarecido un 1,7% respecto a abril).

Por ese motivo, el transporte fue uno de los grupos que más influyó en la caída del IPC de mayo, unido al de alimentos y bebidas no alcohólicas, por el abaratamiento del pollo, la leche o la fruta. El descenso de precio de los viajes organizados tras la Semana Santa provocó que el ocio y la cultura también colaboraran en esa disminución.

En tasa mensual, el IPC se mantuvo sin cambios en el conjunto del país. El encarecimiento que experimentaron los carburantes se vio compensado por la correción de partidas como la alimentación, el ocio y la cultura, aunque la tónica general fue de estabilidad de precios.

La inflación subyacente, que excluye la evolución de los alimentos frescos y de la energía, se redujo cuatro décimas en mayo, hasta el 0,9%. Es la primera vez que el indicador baja del 1%, pero el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, destacó ayer que sigue en tasas positivas, lo que, a su juicio, contribuye a alejar el fantasma de la deflación.

Según dijo, el Gobierno no trabaja con esa hipótesis, aunque el IPC se anotará tasas negativas hasta finales de otoño 'como mínimo'. Esa moderación de los precios tiene efectos positivos en la renta de las familias, subrayó, y recordó que también supone una mejora de la competitividad de las empresas. El diferencial de inflación con la eurozona es de nueve décimas a favor, de modo que los productos nacionales han ganado en atractivo de cara al comprador extranjero.

Todas las comunidades autónomas registran ya tasas negativas de inflación interanual, pero, para la vicepresidenta Elena Salgado, el fenómeno no merece 'ninguna preocupación'. El portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, es más pesimista, y sostiene que eso 'agrava la recesión' y disminuye los márgenes empresariales.

CEOE, por su parte, advierte a los empresarios de que deberán hacer 'esfuerzos extraordinarios' de reducción de costes, mientras que CCOO y UGT insisten en la necesidad de mantener las cláusulas de revisión salarial para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores.