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Dos estilos de liderazgo

Perfiles distintos. En Madrid, predominan los servicios y en Barcelona, la industria, pero ninguna sale indemne

GLÒRIA AYUSO

La crisis golpea con más o menos fuerza a una economía según su nivel de preparación, insisten los expertos. De ello también depende la rapidez en su recuperación una vez pasada la tormenta. En el caso de la economía española, ¿cuál de los dos polos económicos, Madrid o Barcelona, saldrá más o menos reforzado de la crisis? Frente a esta pregunta, los economistas consultados coinciden en vaticinar una recuperación desigual. Pero unos en favor de Madrid, mientras que otros apuestan por Barcelona.

Las estadísticas muestran que Madrid ha tenido un crecimiento superior en el último decenio. Paralelamente, el empresariado catalán ha lamentado en los últimos años la falta de inversión pública en el territorio y asegura que esta carencia le ha restado competitividad. La inauguración de la nueva terminal del aeropuerto de El Prat ha insuflado nuevos ánimos a la patronal y al tejido empresarial.

Para afinar mejor en el ejercicio comparativo, las magnitudes de la Comunidad de Madrid deben contraponerse con las de la provincia de Barcelona, ya que el territorio es equivalente. Madrid se apoya en el sector servicios, mientras que en Barcelona toma especial relevancia la industria, ya que representa un 18% del Producto Interior Bruto (PIB) frente a sólo el 9% en la capital del Estado.

El peso de cada sector explica en buena medida las diferencias en el crecimiento que cada área ha experimentado hasta el momento y cómo será su progresión en el futuro. 'La crisis ha llegado a todos los sectores. La industria, muy afectada, no tiene mucha relevancia en Madrid, pero la comunidad es un centro de consumo, y ahora también está sufriendo el retraimiento de la demanda', explica el director de la Cámara de Comercio de Madrid, Miguel Garrido.

La economía madrileña se nutre de pequeñas y medianas empresas que ofrecen servicios financieros, de consultoría, ingeniería, banca, etc. 'No hay grandes expedientes de regulación de empleo, pero el personal se está reduciendo a través de un goteo imparable de despidos individuales', añade Garrido.

Sin embargo, aquí radica la ventaja para una ágil reposición, según el directivo de la Cámara de Comercio. 'El sector servicios tiene una recuperación más fácil, a diferencia del industrial, donde el cierre de una empresa manufacturera no tiene marcha atrás. Las empresas madrileñas son las que, a la más mínima recuperación, pueden volver a contratar. Además, tienen una enorme capacidad para adaptarse a los cambios', destaca.

Garrido subraya que Madrid ha concentrado la mayor inversión en investigación y desarrollo. A la vez, ha sido la que antes se ha abierto a las nuevas tecnologías. 'El crecimiento de los últimos 20 años ha sido espectacular gracias a los empresarios, que han invertido mucho en un territorio pequeño pero muy competitivo', asegura.

El investigador y profesor de Esade Pere Puig ratifica estas afirmaciones. 'Madrid ha avanzado gracias a la visión acertada de su tejido empresarial, que ha aprovechado la privatización de grandes empresas estatales con sede en la capital para crear nuevos servicios externalizados'. Por contra, añade que en Catalunya y Valencia la falta de infraestructuras ha laminado el potencial de crecimiento de su gran baza, la industria.

Esta es una de las principales quejas que existe en Catalunya, donde el stock de capital público en infraestructuras fue de 8.949 euros por habitante, un 2,1% por debajo de Madrid, con 9.142 euros por habitante, como indican los últimos datos del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, que datan de 2006. Las diferencias aún son mayores en equipamientos ferroviarios y aeroportuarios.

Las infraestructuras y las comunicaciones son básicas para una economía como la de Barcelona, con mayor peso industrial, lo que la hace también más exportadora.

'Ahora hay un proceso de mejora en cuanto a inversión en infraestructuras', afirma la subdirectora de Estudios de la Generalitat, Gemma García, que destaca que Catalunya, más exportadora, 'vivirá una recuperación más fuerte'.

Precisamente, en este momento el comercio mundial está bajo mínimos. Por ello, el entorno de Barcelona está sufriendo 'más que otros territorios, como Madrid, que no tiene tanta dependencia del exterior', explica el jefe de Estudios Económicos de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Ramon Rovira.

Los datos lo demuestran. El PIB industrial catalán cayó los tres primeros meses de este año un 12%, el mayor descenso hasta ahora conocido. Las previsiones indican que la inversión industrial se desplomará un 14% en 2009 tras varios ejercicios de crecimiento continuado, según las últimas cifras que ha presentado el Ejecutivo autonómico.

Sin embargo, desde la capital catalana también existe una visión optimista. Económicamente, el conjunto de España ha dependido en los últimos 15 años de la demanda y el consumo internos y de la construcción, que ha arrastrado a gran cantidad de actividades complementarias. Por ello Madrid, apoyada en los servicios, ha crecido de forma espectacular y Barcelona lo ha hecho, comparativamente, de forma menos importante.

Pero hay quien divisa un cambio en el futuro. El consumo interno, que ha sido el motor económico en los últimos años, descenderá, y perderá su papel protagonista en la economía en favor de la demanda externa, según Rovira. Es aquí donde Barcelona, 'con este patrón de crecimiento, tiene mayor potencial económico'. Por ello, asegura que 'Catalunya ha crecido por debajo de la media española y en el futuro lo puede hacer por encima'. Tal y como apuntan los organismos internacionales, España tardará más en salir de la crisis frente a la recuperación que ya apuntan otros países europeos. 'Cuando aumente la demanda externa, y el comercio mundial se recupere, en 2010, tienen las de ganar las economías exportadoras, como Catalunya', considera Rovira.

Aún así, en estos momentos existe el peligro de que la reducción de las plantillas y los cierres de plantas productivas sean definitivos. 'Si se destruyen empresas viables será mucho más difícil la reconstrucción. Se debe evitar el cierre de empresas', incide el estudioso. Madrid y Barcelona tienen, a fin de cuentas, la palabra.

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