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Zapatero elogia a Solbes en su adiós y niega diferencias

El presidente, para zanjar especulaciones, afirma que 'el PSOE está muy bien'

MIGUEL ÁNGEL MARFULL

Pedro Solbes paseaba ayer distraído por el patio del Congreso, sorteando una visita escolar y aparentemente ajeno a las especulaciones que ha desatado su renuncia al escaño. El PP se ha aferrado a su retirada para subrayar la idea de la desbandada en las filas socialistas. El PSOE la enmarca en términos de normalidad. Para zanjar falsas hipótesis, el presidente del Gobierno terció en el debate con una sentencia desde el Senado: 'El PSOE está muy bien'. Poco antes, Zapatero había regalado a su ex vicepresidente económico el aplauso verbal que no ha brindado a otros ex ministros: 'Ojalá pudiéramos tener muchas personas con la seriedad de Pedro Solbes'.

El jefe del Ejecutivo lo describió como 'un servidor público ejemplar' que se ha ganado el 'derecho al descanso' y al que 'seguirá escuchando' porque es un 'amigo'. Zapatero desveló que, cuando relevó a Solbes en abril, el ex ministro le había comunicado ya 'que en otoño desearía abandonar el parlamento'.

El PSOE se prodigó ayer en detalles como estos para abonar la idea de la mudanza ordenada frente a la imagen de huida despavorida que alimenta el PP. La dirección del Grupo Socialista acabó por eso desvelando las interioridades de la baja de Solbes para sofocar cualquier traducción del adiós en términos de disidencia.

'Estaba pactada', explicó María del Carmen Sánchez, portavoz adjunta del PSOE en el Congreso. 'Pedro [Solbes] ha estado acordando cuál era el momento idóneo, ya que no quería generar malestar, y hemos consensuado la fecha en función de sus compromisos internacionales'.

El ya ex diputado aceptó a mediados de julio incorporarse a un órgano consultivo de la UE en calidad de asesor. Una semana antes, Solbes anunció al portavoz parlamentario socialista sus intenciones, según reiteró ayer el propio José Antonio Alonso, y fijó el plazo que le ha mantenido en su escaño hasta el lunes. Solbes le apuntó también el fondo de su renuncia: 'Entendía que tenía que cerrar su carrera política', explicó Alonso.

Así las cosas, ¿se puede hablar de huida? 'En absoluto', terció la ministra de Defensa, Carme Chacón. 'Para nada', respondió el titular de Trabajo, Celestino Corbacho. Unido a la marcha de Jordi Sevilla y Cesar Antonio Molina, el PP sostiene que la desazón se ha instalado en el PSOE y que los ex colaboradores de Zapatero 'están en tocata y fuga, poniendo pies en polvorosa', como describió la portavoz parlamentaria conservadora, Soraya Sáenz de Santamaría.

Alonso niega la mayor: 'Comprendo que pueda haber especulaciones anímicas pero no he detectado ningún desánimo'. Un hecho corrobora sus palabras. El Grupo Socialista se reunió ayer, como cada martes, para comenzar la semana parlamentaria. El encuentro, al que acudieron menos diputados de lo habitual, apenas duró 20 minutos. Nadie pidió la palabra para interesarse por el adiós de Solbes.

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