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Indignación y caos en el aeropuerto de Barajas

ANA REQUENA

La Terminal 1 del aeropuerto de Madrid-Barajas se convirtió en la noche del lunes en el salón, dormitorio, cocina y baño de cientos de personas que tenían que viajar con Air Comet. Ayer, la gente se agolpaba con sus carritos y equipajes en la zona donde la aerolínea tiene sus oficinas y sus puestos de facturación. Todo estaba cerrado y no había rastro de ningún representante de la empresa.

El cansancio y la indignación se acumulaban en quienes llevaban ya toda la noche en el aeropuerto. Su vuelo hacia Santiago de Chile debería haber salido a las 12 de la noche, pero para entonces Air Comet ya había caído. Las rampas para facturar las maletas hicieron de camas improvisadas. En una de ellas, Adela intentaba ayer por la mañana entretener a su hijo pequeño. 'Llevamos aquí toda la noche, mi marido, mi hijo y yo. Al niño lo hemos puesto en el cochecito para que durmiera, nosotros apenas hemos descansado', cuenta. Su intención era pasar la Navidad en Chile con su familia, como la inmensa mayoría de las personas que ayer esperaban en Barajas. Inmigrantes que gastaron su dinero en un billete a casa y que ahora no lleva a ninguna parte.

A Adela y al resto de viajeros de su vuelo les ofrecieron pasar la noche en un hotel, pero no quisieron apartarse del aeropuerto por temor a no estar si sucedía algo importante. Ahora tratan de saber si podrán volar con otra compañía. Es posible que Air Comet les facilite un vuelo de ida con otra empresa, pero de la vuelta nadie se hace responsable. 'Hay mucha gente que compró su vuelta con Air Comet y que ahora no tiene dinero para pagarse otro billete', señalan algunas personas.

'Ahora se han quedado sin viaje y aún no han recuperado sus maletas'

Hay quien incluso se ha quedado sin su equipaje: 'Lo facturaron porque parecía que su vuelo iba a salir. Ahora se han quedado sin viaje y aún no han recuperado sus maletas'.

El puesto de información de Barajas está lleno. Todo el mundo acude allí desorientado. 'Estamos hasta los topes', admite un trabajador, 'pero nosotros aquí no les podemos decir mucho, les remitimos a una sala que han habilitado para este caso'. En esa sala se entregaban los impresos para reclamar, aunque la mayoría de personas estaban desorientadas sobre cuál era el procedimiento a seguir.

La indignación de la gente estalla de vez en cuando en gritos y ruido : '¡Queremos volar!'. Incluso, a primera hora de la mañana decenas de pasajeros, junto con trabajadores de Air Comet, salieron a protestar fuera de la terminal, dificultando el tráfico. Más tarde y para evitar nuevos incidentes, una veintena de policías vigilaba de cerca lo que sucedía dentro del aeropuerto.

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