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Un controlador gana cinco veces más que un juez

El sueldo medio de los controladores es de 340.000 euros al año. Un magistrado cobra de 75.000 a 84.000. Los notarios, únicos profesionales con salarios regulados que pueden alcanzarlos

ANA REQUENA

El presidente del Gobierno cobra 91.982 euros anuales; el del Consejo de Poder Judicial y el del Tribunal Constitucional percibirán algo más de 146.000 euros este año. Los controladores, 340.000 euros de media. Es la polémica de las últimas semanas.

El ministro de Fomento, José Blanco, ha insistido en que los elevados costes de navegación aérea que soporta España y que generan un déficit de 300 millones de euros en los aeropuertos son causados por los sueldos y 'privilegios' de los controladores. Hay otras muchas profesiones de responsabilidad cuyos salarios están fijados por el Estado y que requieren formación especializada que no alcanzan esos sueldos.

Un título de bachiller permite a cualquier persona que lo desee presentarse a las pruebas de selección de la Escuela de Controladores de Madrid. La selección se caracteriza por su exigencia, pero, una vez superada y aprobadas la teoría y la práctica necesarias, la garantía de tener un trabajo muy bien pagado es prácticamente del cien por cien. Actualmente hay unos 2.400 controladores.

El sueldo medio es de 340.000 euros anuales, aunque un tercio del colectivo cobra hasta 540.000 euros al año. Hay 135 que reciben 600.000 euros. Y unos pocos llegan hasta los 900.000 euros al año.

Las horas extra representan la mitad del sueldo. Un informe del organismo europeo Eurocontrol señala que las horas extra de los controladores españoles (a 184 euros) se pagan el doble que la media europea. Por un día de sustitución a un compañero, un controlador gana 1.500 euros. Y todo esto cuando su productividad (el número de vuelos que controlan) es un 26% inferior a la europea, según Eurocontrol.

La jornada laboral funciona por turnos y oscila entre 7 y 12 horas. En el diurno, el 33% del tiempo de trabajo es de descanso. En el turno de noche, el descanso es la mitad de la jornada. Tiempo de trabajo y descanso se cuidan escrupulosamente para evitar que los controladores se sobrecarguen, dada la especial concentración y atención que requiere su trabajo.

Otra profesión que exige un número importante de horas de descanso es la de maquinista de tren. Los de Renfe, que son 5.100, no pueden superar las cinco horas y media seguidas conduciendo, si se trata de un tren normal y un trayecto diurno. Si es de alta velocidad o un recorrido nocturno, no pueden superar las cinco horas. Al final de cada servicio, su descanso es de 14 horas si se encuentran en su lugar de residencia, y de nueve si están fuera. Su salario bruto anual está entre los 44.000 y los 54.000 euros, en función de las horas y los kilómetros que recorran.

Los jueces toman decisiones que pueden llegar a privar de libertad a una persona. Su sueldo medio ronda los 51.000 euros al año. En el caso de los magistrados, de rango superior, la media es de 75.623 euros al año, aunque puede llegar hasta los 84.567 para los que trabajan en tribunales superiores de justicia o audiencias provinciales.

La jornada laboral de los inspectores de Hacienda es de 37,5 horas semanales (40 en los puestos de responsabilidad). Su retribución media está entre los 65.000 y los 85.000 euros (entre un 15% y un 20% procede de incentivos). A esa cantidad se le suman 10.000 euros al año para los inspectores jefe regionales y otros complementos para otros cargos de responsabilidad.

En el caso de los médicos, hay diferencias importantes entre autonomías. En Madrid, por ejemplo, un médico adjunto cobra de media 44.856 euros anuales más las guardias (357 euros por día laborable y 552 por festivos). Otros extras también van aparte.

Las ganancias de los 3.000 notarios que hay en España son las únicas ligadas al sector público que pueden competir con las de los controladores. Un notario puede facturar de media dos millones de euros anuales, si bien esta cifra puede ir desde el millón (sobre todo en notarías de pueblos) a los diez (en grandes ciudades, donde facturan por operaciones que implican más dinero). De esa cantidad, una parte va para su sueldo y otra para gastos, incluidas las nóminas del personal contratado.

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