Cuando los controladores civiles cumplen relajadamente con su amplio descanso reglamentario de, por lo menos, un tercio de su jornada, otro controlador militar está en Valladolid acatando religiosamente turnos intensivos para guiar tanto aviones comerciales como militares.

Y lo mismo pasa en San Javier (Murcia), uno de los nueve aeropuertos de Aena que son rentables, además de en León, Salamanca, Badajoz, Zaragoza, Albacete y Torrejón de Ardoz (Madrid). Es un cuerpo de militares empotrado en los aeropuertos civiles.

Las maniobras, también

'Hacemos las mismas funciones que los controladores civiles, pero por 1.500 euros al mes o, como mucho, 2.000 netos, ni un euro más. Y eso haciendo las mismas tareas de guiar aviones comerciales. Pero, además, controlamos también los de maniobras militares', explica Emilio Deza, presidente de la asociación profesional Sodecta.

Con las dos pagas extra, el sueldo llega a un máximo de 28.000 euros, hasta 30 veces menos de lo que cobra un controlador civil. Por esta brecha escandalosa, Deza se queja de un agravio comparativo y considera que el Ministerio de Defensa 'debería tomar la determinación de arreglarlo, como está haciendo Fomento con los controladores civiles'.

Este controlador militar comenta indignado: 'No nos ofrecen ninguna compensación, a pesar de que hacemos posibles las conexiones de estos aeropuertos civiles con el resto'. Deza cuenta, además, que las nuevas normas exigen un mayor nivel de inglés que va a ser utilizado como criba y, para alcanzarlo, 'la formación en el idioma nos la solemos pagar nosotros', apunta Deza.

Otra desventaja es que estos controladores no tienen la misma autonomía cuando guían aviones militares, ya que los pilotos a los que dan instrucciones son sus superiores (son oficiales y ellos, suboficiales) y, en ocasiones, no acatan las órdenes. Pero las culpas no recaen sobre el que menos galones tiene.