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Las próximas dos bombas del paro

El grifo del crédito sigue cerrado

ERNESTO EKAIZER

Hay que ver con qué extraordinaria flexibilidad psicológica discurre el proceso de adaptación a la Nueva Depresión en España. Las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2007 fueron un aldabonazo para el Gobierno y la sociedad en general el 25 de enero de 2008 en plena campaña de las elecciones del 9-M.El número de ocupados había bajado en 33.700 personas situándose en 20,4 millones respecto del trimestre anterior y el paro subía en 135.700 personas hasta llegar a 1.927.600, un 8,6%.

Un año más tarde, en el cuarto trimestre de 2008, la EPA contabilizaba una caída del número de ocupados de 489.000 hasta los 19,8 millones respecto del trimestre anterior, con un incremento de 609.100 parados, llevando la cifra total a 3.207.900 y la tasa al 13,9%. Y el próximo viernes se conocerá la encuesta del cuarto trimestre de 2009. El número de ocupados volverá a mostrar una fuerte caída y el paro volverá por sus fueros, con un incremento del orden de los 150.000, después del breve e inducido paréntesis del tercer trimestre de 2009, para apuntar a la barrera de los 4,3 millones.

El paro refleja una economía en estado de coma, sin inversión empresarial

Habrá todavía que esperar a la primera semana de febrero para confirmar una noticia que ya desmoraliza a más de uno dentro del Gobierno: el paro registrado del mes de enero. Si entre 2002 y 2006 la media de subida de los meses de enero ha sido de 65.000 personas en cifras redondas y en 2007 subió en 60.000, a partir de 2008, también en plena campaña electoral, enero comenzó a mostrar sus perfiles más devastadores al subir en 132.378 personas, una deriva que tendría en enero de 2009 su cifra récord: un incremento de 198.837. Si el paro registrado se detuvo a finales de diciembre de 2009 ante las 3.923.603 personas, en enero de 2010, se elevará, un año después de que ya lo hiciera la EPA durante el primer trimestre de 2009, por encima de los cuatro millones.

El paro refleja una economía en estado de coma, sin inversión empresarial. Hace un año ya desde que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, advirtiera que al Gobierno 'se le está acabando la paciencia con los bancos' por haber cerrado el grifo del crédito.

Las entidades financieras atravesaban entonces una crisis de liquidez. El Gobierno puso garantías sobre la mesa. Pero a ello siguió una contracción crediticia (credit crunch). Si era lógico que en una fase de depresión cayera la demanda de préstamos, ya no lo es tanto que aquellas empresas que han pasado lo peor y que ahora quieran invertir, aunque no sea más que para reponer existencias, sigan sin una gota de crédito.

Y ni está ni, retrasos injustificables en la ejecución del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) mediante, se le espera.

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