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"La economía va hacia el capitalismo distributivo"

Jeremy Rifkin. Asesor de Zapatero y gurú de la economía científica. Preconiza que la tercera revolución industrial, basada en la empatía y la energía renovable, está al llegar

BELÉN CARREÑO

Jeremy Rifkin (Colorado, EEUU, 1953), visita España unas diez veces al año. Casi siempre, para reunirse con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, de quien es asesor en política económica y cambio climático. Pero esta vez, además, presenta su último libro, La Civilización Empática (Paidós), un compendio de teorías sobre sociología, economía y ecología y la influencia de todas ellas en lo que llama 'tercera revolución industrial'.

Usted dice que las redes sociales han disparado la empatía y esta catapultará la economía mundial. Obama sería el máximo exponente de Homus Empathicus... ¿Es Zapatero otro ejemplo?

La primera vez que me encontré con él, hace muchos años, le dije: 'Mi mujer y yo te hemos observado en la distancia y nos hemos preguntado: ¿Quién es este joven que llega a presidente y en su programa dice que luchará contra el machismo?'. Obama y Zapatero demuestran que el mundo está cambiando porque hay un relevo generacional.

¿Va a tener éxito Zapatero en su intento de cambiar la economía española?

Pregúntemelo dentro de 12 meses.

Se lo pregunto hoy...

La última vez que le vi en la ONU me contó su programa... Él quiere llevar la revolución a España. Dice que está determinado a liderar la tercera revolución industrial, ya que España se perdió la primera y la segunda. Este puede ser el mejor negocio para las empresas españolas. Sería una terrible fallo perder esta oportunidad, España está ahí.

En su libro, asegura también que detrás de la crisis no está la burbuja financiera sino sólo la especulación por las materias primas.

Los dos últimos siglos se han basado en los combustibles fósiles. Esta dependencia disparó los precios en julio de 2008. En ese momento, se acabó la era industrial, la segunda revolución industrial. Después se lo achacaron a la crisis financiera pero la cuestión era dejar bajar el precio del petróleo, y el resto de las materias primas, que de otra forma nunca hubieran descendido.

Suena a conspiración.

No, es simplemente como funciona el mercado.

Entonces, culpamos a quienes no eran y estamos solucionando un problema que no es tal.

Sí, aunque el problema que lo originó se iba a solucionar en Copenhague y aquella cumbre fue un fracaso. Eso me lleva a preguntarme: ¿qué hay de malo en la raza humana? No es sólo el sistema económico global. Percibo que hay un problema más profundo. Los gobiernos, las ideologías y todo lo demás se basa en las ideas del siglo XVIII. Son tóxicas. Los pensadores de aquel momento creían que por naturaleza el ser humano no era bueno. Pero ahora somos sociales, somos empáticos, nos preocupamos los unos por los otros y eso va a redundar en otro tipo de economía lejos del individualismo.

De este concepto nacerá lo que usted denomina el nuevo capitalismo distributivo.

Lo puede llamar también socialismo colaborativo.

Sea lo que sea eso, es difícil que siga llamándose capitalismo.

Sí y no. Todavía necesitaremos del capital. En muchos países no hay recursos naturales y necesitarán de la colaboración de otros países. También habrá redes de colaboración para las pequeñas empresas, los bancos, la distribución... Será un capitalismo distributivo basado en un modelo colaborativo.

¿Y qué sucederá para que se de ese cambio?

Las cosas pasan cuando coinciden dos circunstancias: se transforman las fuentes de energía y las vías de comunicación. Entonces cambian las relaciones y nace la empatía. Actualmente, las nuevas formas de comunicación que facilita Internet junto con las energías renovables darán lugar a esta Tercera Revolución Industrial.

Usted lo llama la democratización de la energía.

En la próxima década, cada casa y oficina se convertirá en una potencial unidad de producir energía. Si nos centramos en que lo haga el sector de la construcción, toda la fuerza laboral disponible se podría emplear en ese objetivo. A España le vendría muy bien. Es un nuevo modelo de capitalismo porque todo el mundo va a tener que ser un emprendedor, todos lo seremos. Es lo mismo que pasó con Wikipedia, con la posibilidad de compartir música en Internet...

Pues precisamente este Gobierno va a combatir las descargas de música.

Bueno, todos luchamos contra los nuevos modelos. Cuando la generación de Internet haya llegado a los órganos de poder, habrá llegado el capitalismo distributivo. Microsoft no vio que llegaba Linux, la enciclopedia no vio que llegaba Vikipedia, las compañías de música no vieron las descargas...

En este nuevo modelo, parece que no hay lugar para la empresa privada y sí un mercado híperregulado.

Hay que garantizar el acceso a la energía. Que las fuentes de energía sólo existan en algunos lugares provoca las guerras. En cuanto a las empresas privadas... algunos serán líderes si comprenden el cambio económico. Acciona, por ejemplo, es una empresa que ha entendido que hay que diversificar negocios. España y Alemania serán líderes de este nuevo modelo gracias a su apuesta por las renovables. Aquí si han entendido el concepto.

Pero las renovables funcionan con un sistema de primas, no son rentables aún.

Lo necesitas al principio. El Estado siempre tiene que actuar en el desarrollo de una nueva revolución industrial. En la primera, pusieron los raíles, las infraestructuras; en la segunda, tendieron los gasoductos, las autopistas...

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