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El rumor como arma de destrucción bursátil

El posible rescate a España y la rebaja de la deuda deFitch y Moody's golpean a la Bolsa española

PILAR BLÁZQUEZ

Si en algún sitio los rumores tienen más peso que en un patio de vecinos, ese lugar es la bolsa. La jornada de ayer se encargó de demostrar, además, que su potencial de destrucción es muy alto.

El día comenzó con carcajadas y muestras de asombro entre los operadores de bolsa españoles que contactaron con las mesas de contratación de Londres. '¿Qué es eso de que España va a pedir un rescate de 280.000 millones a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional?', preguntaban desde la City. 'El rumor era tan absurdo que yo, la verdad, no le hice ni caso', comenta un broker desde una casa de análisis de Madrid. 'Nos pareció un chascarrillo y lo comentamos entre los colegas. Pero a medida que lo han repicado los medios de comunicación la bola ha ido creciendo, incomprensiblemente ', asegura otro, afincado en Barcelona.

Pero la pregunta no era tan inocente. El rumor había partido de algunos de los principales fondos de inversión de alto riesgo que operan desde Londres justo el mismo día en que España era noticia negativa en los principales medios de comunicación anglosajones. Entre ellos, el New York Times ilustró con una foto de parados su crónica sobre las debilidades de la economía española. Financial Times también llevaba en su portada las dudas sobre la solvencia española. ¿Casualidad? 'De todos es conocida la buen relación entre los fondos de inversión y la prensa anglosajona', comentan los expertos del sector.

Una especulación sobre el rescate de España desata las alarmas en la bolsa 

Con el rescate de Grecia en marcha, los especuladores se han centrado en otra pieza más suculenta. Por situación financiera, el objetivo debería ser Portugal, pero atacar a España es más atractivo y rentable. Primero, porque su mercado bursátil es mucho más líquido y permite movimientos más rápidos y segundo, porque hace más daño. No hay dinero suficiente para abordar un rescate tipo Grecia.

A pesar de todo, las caídas antes de las 10 de la mañana eran moderadas. Otro rumor agudizó la sangría vendedora: el que apuntaba que las agencias de calificación de riesgo Fitch y Moody's estaban a punto de rebajar el rating a España, como ya lo hizo la semana pasada Standard & Poor's. Esta posibilidad disparó las ventas y eso que ambas agencias emitieron sendos comunicados desmintiendo la noticia. Lo cierto es que muchos analistas esperan que eso ocurra antes o después.

Para colmo de males, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, puso voz a una posibilidad que los analistas barajan desde hace días: que la resolución del problema de Grecia podría fomentar un proceso de insolvencias ordenadas de otros países europeos. De nada sirvieron las explicaciones posteriores del Gobierno alemán de que se trataba de diseñar un mecanismo de rescate para futuras crisis. Tampoco las palabras del presidente del Gobierno español, indignado ante la falta de coherencia de los rumores, sirvieron de nada. El pánico vendedor ya era incontrolable. 'Tras conocerse las declaraciones alemanas, se desataron los movimientos especulativos habituales, disparando los CDS (seguros de riesgo contra impagos) y los diferenciales de deuda de los países sobre los que mayores dudas planean, empujando el euro al entorno de los 1,30 con el dólar, y abriendo posiciones cortas sobre las constructoras o la banca', explica Daniel Pingarón, de IG Markets. Exactamente igual que ocurrió en el anterior ataque del 4 de febrero, aunque aquel día la bolsa cayó algo más que ayer, un 5,9%.

El ministro alemán de Finanzas defiende 'quiebras controladas'

Al margen de la falta de fundamento de los rumores sobre España, diversas fuentes del mercado resaltaron ayer que la falta de una acción coordinada y rápida en Europa alimenta la especulación y añade gasolina para que los especuladores quemen sus apuestas bajistas.

Lo va a comprobar la deuda pública española. 'El Tesoro ha sido demasiado prudente. No ha emitido suficiente deuda durante la crisis griega esperando a bajar el diferencial y ahora estamos mucho peor', advierte Alberto Castillo, analista de Capital Bolsa.

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