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Zapatero se enfrenta a la semana clave de su 'annus horribilis'

El Gobierno tiene que pasar varias pruebas a su giro en política económica que decidirán si es creíble o no para los mercados

B. CARREÑO

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, encara esta semana varias de las citas clave que refrendarán su giro en política económica ante los organismos internacionales y los mercados financieros. Si el Gobierno supera con éxito la revisión de sus propuestas, desde el plan de austeridad hasta la reforma laboral, recibirá un espaldarazo por parte del mercado que verá creíble su intención de llegar a reducir el déficit público al 3% en 2013.

El Ejecutivo todavía perfila hoy los últimos flecos de la reforma laboral, que está negociando con los grupos parlamentarios para conseguir una norma con el mayor consenso posible. El texto que el Ministerio de Trabajo presentó el viernes ha dejado abiertas varias propuestas clave, como las causas para que un despido sea declarado objetivo procedente e indemnizado con 20 días por año trabajado, que se cerrarán con los partidos en las próximas 48 horas.

La negociación política de la reforma laboral, primer hito

La mayoría de los españoles, casi un 90%, considera la reforma laboral como algo necesario, según el Barómetro de la Sexta. Pero no está claro que piensen que abaratar el despido vaya a crear más empleo.

De forma paralela a esta negociación, el Gobierno redoblará sus esfuerzos en el Pacto de Toledo a partir del martes para conseguir, lo antes posible, una reforma en las pensiones. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, aseguró la semana pasada que el Ejecutivo aspira a tener el visto bueno para los cambios en las pensiones para el verano, algo que parece difícil por la cadencia con la que se desarrollan los trabajos en la comisión parlamentaria.

Con todo, al Ejecutivo le urge aprobar cuanto antes las medidas que afecten a las pensiones, probablemente las que pasen a ser las más impopulares de la legislatura. Si finalmente el Gobierno logra que prospere su propuesta de elevar la edad legal de jubilación a los 67 años, el descontento social llegará a su cota más elevada. En este sentido, el Ejecutivo cree que es mejor aglutinar las medidas impopulares para tener así casi dos años de margen por delante hasta las elecciones generales en las que pueda cosechar los frutos de estos cambios.

El Ejecutivo quiere condensar el descontento social antes del verano

Posiblemente, el miércoles, fecha en la que el Gobierno aprobará el decreto de la reforma laboral en un Consejo de Ministros extraordinario, los sindicatos anuncien ya oficialmente si convocan la huelga general, una vez que hayan revisado el texto definitivo con las aportaciones de los partidos políticos. Es poco probable que la huelga se convoque antes de las vacaciones de verano, y aunque a priori el retraso al otoño parece que puede beneficiar al Gobierno porque se diluirá la tensión social, la resolución que se adopte entonces con las pensiones puede ser el catalizador para una protesta masiva.

Fuera del ámbito doméstico, también el martes la Comisión Europea examinará en Estrasburgo las medidas que ha puesto en marcha el Gobierno para reducir el déficit. Por ahora, Bruselas ya ha adelantado que las medidas van en la buena dirección.

Por escasas horas, la reforma laboral no estará preparada para ser mostrada en esta reunión, pero sí lo estará para cuando el jueves Zapatero presida el último acto oficial como presidente de turno de la Unión Europea en una reunión de líderes del Eurogrupo. El viernes, el presidente se entrevista con el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, para explicarle la reforma laboral.

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