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España tiene margen para elevar su fiscalidad verde

La OCDE aconseja subir los impuestos que gravan las emisiones contaminantes

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España está a la cola de los países de la OCDE en impuestos de carácter medioambiental. Un informe de la organización internacional, que agrupa a la treintena de países más industrializados, apuesta por elevar la tributación verde (aquella que grava los carburantes, la producción de algunos tipos de energía o las emisiones contaminantes y las basuras) como uno de los principales instrumentos para favorecer la innovación en materia de medio ambiente, y destaca que existe margen para incrementar la presión fiscal.

En Holanda y Dinamarca, la fiscalidad verde es más del 4% del PIB 

Según los datos recogidos en el informe, publicado ayer, los impuestos de carácter medioambiental representan, en el conjunto de la OCDE, un 1,58% de su PIB agregado. España está ligeramente por encima de la media, en el 1,65%, pero sólo supera a 6 de los 34 países analizados. En ese grupo de muy baja fiscalidad verde están las grandes economías mundiales, como EEUU (inferior al 0,8% de su PIB), y Japón (con el 1,59%). Las otras dos grandes economías contaminantes, China e India, no pertenecen a la OCDE y, por tanto, no aparecen en informe.

En el extremo opuesto, entre los países con una mayor presión fiscal medioambiental aparecen Holanda y Dinamarca, donde esos impuestos representan más del 4% de su PIB, y Turquía e Israel, donde suponen más del 3%.

La presión fiscal medioambiental en España está a la cola de la OCDE

La OCDE subraya en su informe que los impuestos que gravan la contaminación son los mejores instrumentos para favorecer la innovación medioambiental, y por ello aconseja a los gobiernos establecer una fiscalidad elevada en este terreno. 'Los ciudadanos y la industria reaccionan a los impuestos ecológicos cambiando su comportamiento, en especial si el Gobierno correspondiente da una señal fuerte de que tiene intención de mantener unas tasas fiscales y un precio de las emisiones de carbono a niveles elevados a largo plazo', señala el documento del organismo internacional.

El estudio insiste en que la fiscalidad es mejor incentivo para reducir la contaminación y a un coste inferior que otras medidas, como las regulaciones sobre la intensidad de las emisiones contaminantes o las prescripciones de una u otra tecnología.

El organismo recomienda tasas 'elevadas durante un largo plazo'

El informe de la OCDE pone varios ejemplos de políticas fiscales que han promovido la innovación medioambiental (ver información adjunta). Entre ellas, dedica un capítulo a los incentivos fiscales españoles al I+D y a la inversión medioambiental de los que se pueden beneficiar las empresas en forma de deducciones en el Impuesto sobre Sociedades.

El estudio destaca que durante el periodo analizado, entre los años 2000 y 2005, el número de empresas que se benefició de estos incentivos fue creciente, y que los que se aplicaban la desgravación por I+D acababan realizando proyectos susceptibles de utilizar la deducción medioambiental. No obstante, el informe también señala que el grueso del volumen de las deducciones se las aplicaban unas pocas empresas con proyectos 'muy costosos'. También señala que no se aprecia que las deducciones hayan logrado que aumentasen las patentes en aplicaciones en materia de calidad del agua o de reducción de las emisiones contaminantes.

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