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General Motors triunfa tras el rescate en su vuelta a Wall Street

EEUU inyectó 37.000 millones en la compañía que ahora espera recuperar

ANTONIO LAFUENTE

Tras ser rescatada el año pasado por el Gobierno de Barack Obama, la empresa General Motors (GM) volvió ayer a cotizar en la Bolsa de Nueva York cumpliendo así el ciclo de una variante del capitalismo, que se rige por esta máxima: las pérdidas las pagan los contribuyentes, los trabajadores y algunos inversores, mientras que los beneficios se los reparten ejecutivos y especuladores.

Con la salida a bolsa, el Gobierno estadounidense deja de ser el principal dueño de GM, ya que su participación baja del 61% al 36% y se espera que descienda hasta el 33%. El Estado inyectó en la compañía el año pasado 50.000 millones de dólares (37.000 millones de euros) del bolsillo de los ciudadanos. El dinero público ha servido para sanear GM, eliminando los cinco aviones privados de los directivos que la llevaron a la bancarrota, cerrando 14 de las 47 plantas de montaje de la firma y enjugando una deuda de 46.000 millones de dólares. Ahora es de 8.000 millones de dólares.

Con la venta de las acciones que salieron a un precio de 33 dólares las ordinarias y de 50 las preferentes, se esperaba que el Estado recuperase unos 13.600 millones. Después, si las cuentas de la lechera salen bien, es decir, si la acción sube hasta los 53 dólares, los contribuyentes no habrán perdido dinero.

Al cierre de la sesión, 430 millones de acciones del grupo habían cambiado de manos. La cotización subió un 3,6%, hasta 34,1 dólares, aunque llegó a rozar los 36 dólares tras la apertura del mercado.

El asesor del presidente estadounidense, Barack Obama, para la industria automovilística, Ron Bloom, no quiso aventurar si los contribuyentes recuperarán todo el dinero aportado para sanear la empresa, aunque dijo que el Gobierno espera reponer 'tanto como pueda'.

Un corredor de bolsa de la compañía Morningstar explicó que el volumen de acciones negociadas era el normal para una oferta pública de títulos. A su juicio, es una señal de que los inversores institucionales, como los fondos de inversión, están logrando ya beneficios gracias a que muchos pequeños inversores, que quedaron fuera de esa oferta, están ahora comprando títulos. 'A menudo, las compañías de Wall Street logran las acciones a un precio bajo y el inversor de verdad las paga más caras', explicó.

El buen comportamiento de las acciones se basa en el hecho de que, en 2008, GM perdía 4.000 dólares en cada coche que vendía, mientras que ahora gana 2.000 en cada venta, lo que para muchos es un indicador de futuros beneficios.

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