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Irlanda pasa la factura de la banca a sus ciudadanos

El Gobierno concentra el recorte fiscal en bajar prestaciones, reducir los servicios públicos y elevar la presión fiscal a los trabajadores. Las empresas se libran de una subida de impuestos

BELÉN CARREÑO

Los ciudadanos irlandeses pagarán los platos rotos de su sistema financiero. Hasta aquí nada nuevo en esta crisis, porque los contribuyentes de las grandes economías (EEUU, Reino Unido o Alemania) ya han asumido esta carga desde el arranque de la crisis. Sin embargo, el sobrecoste para los irlandeses es redundante, porque además de hacer frente a los agujeros de sus entidades financieras, también comopensarán los bajos impuestos que soportan sus empresas.

El Gobierno irlandés desgranó ayer el esperado plan de ajuste que le ha exigido Bruselas para lanzar un mensaje de credibilidad a los mercados. En él se propone ahorrar hasta 15.000 millones de euros en los próximos cuatro años cargando las tintas sobre los ingresos de los hogares y las prestaciones sociales, pero conservando lo que consideran un emblema nacional: el impuesto de sociedades al 12,5%.

En el año 2028, los irlandeses se tendrán que jubilar a los 68 años

El primer ministro, Brian Cowen, que apareció compungido y flanqueado por su Ejecutivo al completo, pidió a sus ciudadanos 'esperanza para el futuro', al tiempo que anunciaba uno de los planes de ajuste más duros de la zona del euro. Pero para los irlandeses llueve sobre mojado. Este es el segundo de los grandes recortes presupuestarios, y en total ya van 30.000 millones de euros de austeridad en la crisis, casi el 20% del PIB irlandés. En esta ocasión, dos tercios del tijeretazo recaen en gasto público y Estado del bienestar, mientras que un tercio del ahorro se hace vía ingresos, especialmente con la subida del tipo efectivo en la declaración de la renta.

'El Estado tiene que dar un paso atrás para tomar carrerilla', asumió Cowen, que no descartó que una vez pasada la meta de 2014, cuando el déficit irlandés debe llegar al 3% desde su inasumible 32% actual, se pudieran volver a tomar algunas de los beneficios sociales que se recortarán en los próximos meses.

Muchos están aún sin concretar, a la espera de su paso por el Parlamento, pero el Ejecutivo conservador adelantó ayer que se debería lograr un ahorro de 2.800 millones hasta 2014 en recortes a las ayudas por hijo y a los subsidios de desempleo. Cowen aseguró que la reforma del desempleo tienen como objetivo eliminar los 'desincentivos' a la búsqueda de trabajo. También habló de reformar las políticas activas de empleo y como medida para bajar el paro (que roza el 14%) propone recortar en un 12% el salario mínimo. Así, utilizando la metodología de Eurostat, el sueldo mínimo de un irlandés pasaría de los 1.462 euros mensuales actuales (el segundo más alto de Europa), a 1.293 euros.

El Gobierno sigue negociando el plan de rescate, que será de 85.000 millones

Pese a la abrupta reducción, Irlanda seguirá siendo uno de los países más generosos con el salario mínimo, pero ganaría competitividad (una de las obsesiones del país), frente a Francia, Bélgica y Holanda.

En el capítulo de recortes, sobresalen las dentelladas al gasto en servicios públicos y a las pensiones. El Gobierno se propone acabar con 24.750 empleos públicos en los próximos cuatro años, y no respetará ni siquiera el cuerpo de policía. Y para las nuevas plazas que se creen (aún hay vacantes en el sector sanitario) se pagará directamente un 10% menos del salario que se ofrecía ahora. Además, los funcionarios tendrán un recorte medio en sus salarios del 4% en los próximos años, que se realizará mediante un ajuste en su plan de pensiones. Estos recortes salariales se suman a los ya realizados y que han supuesto directa o indirectamente alrededor de un 10% de sueldo.

Habrá varias reformas en las pensiones en función del esquema (público-privado) y el tipo de cotizante (los funcionarios tienen un trato diferenciado), pero la tendencia es a incrementar la edad de jubilación, hasta los 66 años para 2014 y seguir con un ascenso progresivo que lleve a los 67 años en 2021 y a los 68 años para 2028.

Las desgravaciones fiscales de los planes de pensiones privados o las aportaciones a los servicios de salud también se verán radicalmente reducidas. 'Nadie puede quedarse a resguardo', sentenció Cowen. Por eso, el Gobierno quiere acabar con un modelo de tributación que ha permitido que este año no paguen impuestos por sus ingresos el 45% de los trabajadores. Así, quitará las deducciones por alquiler y las familiares. Además de limitar las exenciones fiscales, el Gobierno baja la base mínima para tributar a los 15.300 euros, frente a los 18.300 anteriores.

También subirá el IVA, desde el 21% actual hasta el 22% en 2013, y el 23% en 2014. Además, se volverá a imponer una tasa a las propiedades inmobiliarias, se comenzará a cobrar el uso del agua y también se introducirán medidas de fiscalidad verde. La universidad subirá de precio.

Estos recortes se hacen sobre unas previsiones económicas que los expertos consideran 'optimistas', ya que estiman que el PIB crecerá casi un 3% de media hasta 2014.

El plan se presenta en un momento de extrema debilidad política cuando el Gobierno de coalición de Cowen debe convocar elecciones anticipadas en febrero. Además, Irlanda sigue negociando las condiciones del plan de rescate financiero con Bruselas y el FMI, que ascenderá a 85.000 millones de euros. Por lo pronto, la Comisión Europea ha dado su bendición a los recortes. En los próximos días se conocerá hasta qué punto deben nacionalizar la banca y si se pone una tasa para recuperar pérdidas.

Recorte

La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's rebajó ayer dos peldaños la nota de la deuda irlandesa. Podría rebajarla más antes de marzo.

Más inyecciones

Entre los motivos se incluyen los mayores costes que supondrán para el Gobierno irlandés las nuevas inyecciones de capital que necesitará la banca para evitar problemas de liquidez. Además, la banca no podrá ayudar en años al crecimiento de la economía.

España es diferente

Sobre el riesgo de un posible contagio de la crisis a otros países , S&P aseguró que España 'ha mejorado su posición externa' y dado 'evidencias de estabilización'. Pese a ello, la agencia reconoció que el país puede ser objeto de presiones.

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