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Irlanda ultima un rescate de la banca con capital privado

El acuerdo de Dublín con la Unión Europea y el FMI está a punto de completarse

BELÉN CARREÑO

Si los bancos irlandeses no son demasiado grandes para caer, ¿por qué no dejarles ir a la quiebra? La cuestión resuena cada vez con más fuerza entre los economistas dentro y fuera de Irlanda, mientras las negociaciones del Gobierno de Dublín con las misiones enviadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea para rescatar la banca están a punto de culminar, y el acuerdo se hará público previsiblemente mañana.

El diagnóstico de todas las partes es claro: la banca irlandesa es un completo desastre y para salvar los restos de la quema habrá que cerrar algunas entidades (como el Anglo Irish Bank, ahora en manos del Gobierno) y nacionalizar casi por completo los demás.

El coste será muy alto, pero, además, en muchos casos, a fondo perdido. Según la prensa local, Bruselas no está por la labor de cargar con todas estas pérdidas, en muchos casos generadas por la inacción del Ejecutivo irlandés, y está presionando para que los acreedores de deuda de mayor calidad (lo que se conoce como senior) corran con parte de la factura.

La posibilidad desató ayer el nerviosismo de los mercados internacionales, porque anticipa una nueva idea a la que los inversores no se quieren enfrentar: asumir pérdidas de los bonos que poseen de entidades de otros países del euro. Lo cierto es que hace apenas dos semanas, los cinco ministros de las principales economías europeas (Francia, España, Italia, Alemania y Reino Unido), emitieron un comunicado para tranquilizar a los mercados, asegurando que la posibilidad de que los inversores privados participaran en los rescates afectaría sólo a la nueva deuda y como pronto a partir de 2013. Pero el futuro puede llegar a partir del lunes a Irlanda.

En cualquier caso, la iniciativa de que los inversores asuman pérdidas está en entredicho, porque la legislación irlandesa protege férreamente su figura, que se asimila a la de un ahorrador con depósitos. Según el Irish Times, el equipo enviado por la UE y el FMI negociaba ayer la fórmula para evitar una serie de demandas en cascada. La posibilidad que se debate sobre la mesa es que los bonos se conviertan en capital.

El Gobierno ya ha inyectado en el Anglo casi 34.000 millones de euros (el 22% del PIB) que se han ido por un desagüe muy oscuro: el de la crisis inmobiliaria. Los inversores probablemente no volverán a ver un euro de la deuda en Anglo tras rebajar S&P su deuda a la calificación de bono basura. El fiasco para las arcas del Estado puede ser aún mayor una vez que liquide el banco y que asuma la reestructuración de la deuda de las otras tres grandes entidades (Bank of Ireland, Allied Irish Banck and Life and Permanent).

Por lo pronto, se estimaque 50.000 millones serán necesarios para limpiar el sistema, pero el paquete de rescate subirá hasta 85.000 millones, articulados en un fondo de contingencia que se utilizará si hay necesidades de financiación. 'Al final, la banca necesitará más, porque hasta ahora, el Gobierno siempre se ha quedado por debajo en las cifras', recuerda preocupado el investigador del Centro de Investigaciones Sociales y Económicas de Dublín, Thomas Conefrey.

Mientras, medios locales e internacionales pedían ayer coraje a Irlanda para rechazar el rescate internacional y dejar a sus bancos caer, al menos parcialmente. El columnista de Bloomberg, Matthew Lynch, aseguraba ayer que para Irlanda 'es mejor ir a la bancarrota que salvar el sistema, porque las condiciones del préstamo no valen la pena'.

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