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Bruselas propone cárcel para los excesos de la especulación

La Comisión plantea la armonización en la UE de las sanciones y las penas en los abusos del sistema financiero

DANIEL BASTEIRO

Contra la especulación, castigos ejemplares. Con este leit motiv, la Comisión Europea presentó ayer una propuesta para armonizar en la UE las sanciones contra delitos financieros. El Ejecutivo comunitario dedicó un capítulo destacado de su propuesta a 'las penas de prisión', útiles para enviar 'un firme mensaje de rechazo' a los inversores que sigan creyendo que pueden campar a sus anchas en los mercados financieros. Según el documento, que será debatido ahora por los 27 gobiernos, la posibilidad de acabar entre rejas apuntala el efecto 'disuasorio de las sanciones' contra los abusos de mercado o las operaciones con información privilegiada.

Contra los delitos más graves, 'la respuesta será la más dura', advirtió Michel Barnier, comisario de Mercado Interior, quien lamentó que las leyes que persiguen un mismo delito sean 'muy divergentes' según el país en el que se cometa. La propuesta reconoce que la imposición de sanciones, sean administrativas o penales, es una competencia nacional, pero propone 'criterios de mínimos comunes' para evitar una 'hiperespeculación escandalosa', en palabras de Barnier.

La propuesta quiere evitar la 'hiperespeculación escandalosa'

Una mayoría de países ya aplican penas de cárcel para la manipulación del mercado, pero sólo siete de los 27 lo contemplan para las empresas que incumplen los términos de la autorización de inversión, por ejemplo.

Los gobiernos de la UE debatirán a partir de ahora cómo armonizar sus leyes penales, pero también administrativas, donde el abismo entre países es todavía mayor. Barnier lamentó que las multas por infracciones en el sector bancario varíen desde el tope de 150.000 euros en siete países hasta la 'muy estricta' regulación británica, que ha llegado a imponer una sanción de 17 millones de libras a una entidad por ocultar información al supervisor.

Bruselas pretende reforzar el papel de los supervisores europeos, que comenzarán a funcionar a principios del 2011, de manera que se mejore 'la transparencia y la responsabilidad: saber quién hace qué', resumió Barnier. El comisario lamentó, en una comparación con EEUU, que un mismo delito pueda estar estrictamente sancionado en un país de la UE y consentido en otro.

La banca no logra suavizar la futura regulación europea para los bonus

El documento presentado ayer va acompañado de una consulta pública para pulsar la opinión del sector. A lo largo de 2011, Bruselas presentará propuestas concretas, que sin embargo no pasan por el refuerzo de las sanciones contra los supervisores nacionales, que en algunos medios han sido vistos casi como un cómplice, por su inacción, de los excesos de la especulación que desembocaron en la crisis del verano de 2008.

Barnier presentó ayer otra consulta pública, en este caso sobre la reforma de la directiva de mercados de instrumentos financieros. El objetivo es 'mejorar la transparencia y la seguridad de los mercados financieros' en el sector de las redes de inversión transfronteriza o las operaciones basadas en algoritmos e instrumentos tecnológicamente avanzados. La directiva actual entró en vigor hace solo tres años, pero se considera ya desfasada por la innovación en el sector, que ha mermado la capacidad supervisora de los reguladores.

Por otra parte, una reunión del Comité Europeo de Supervisores Bancarios (CEBS) tratará hoy y mañana en Londres otro de los aspectos prioritarios para el comisario de Mercado Interior: la regulación de los bonus y primas de los directivos. Distintos grupos de presión del sector bancario habían luchado por aguar las propuestas originales, que limitan a un cuarto de la prima el dinero en metálico que puede recibir un directivo. Según fuentes del sector, las presiones trataban de evitar que esas reglas entraran en vigor si no existía un acuerdo de aplicación global, informa Bloomberg.

Con las propuestas encima de la mesa, al menos la mitad de las bonificaciones serán recibidas en forma de acciones y tanto éstas como el dinero en metálico se abonarán en varios años para evitar la toma de riesgos excesiva.

'Hedge Funds'. Pasaporte para la UE

La UE aprobó en octubre, tras año y medio de negociaciones, la regulación de los hedge funds', las fábricas de paquetes de hipotecas basura que hicieron estallar la crisis en EEUU. Según la nueva regulación, los hedge funds' que quieran operar en Europa tendrán que lograr la autorización de un Estado miembro. Los supervisores europeos podrán pedir a los nacionales que intervengan en caso de que una de estas entidades ponga en jaque a todo el sistema.

Ventas a corto. Prohibir actividades altamente especulativas

La Comisión Europea propuso en septiembre unificar los poderes de los reguladores para permitirles la prohibición de ventas a corto, unas operaciones que generan liquidez pero que pueden poner en dificultades a una entidad al apostar contra su solvencia. Bruselas propuso entonces que la prohibición de estas operaciones fuera durante tres meses, prorrogables, y de instrumentos concretos durante un día..

Derivados. Registro obligatorio

La Comisión propuso también en septiembre exigir que todas las operaciones se lleven a cabo en una cámara específica que necesitará la autorización de los supervisores nacionales. La nueva norma, obligará además a mantener un registro electrónico de todas las operaciones en un plazo de 24 horas, que estará a disposición de las autoridades europeas. Con la medida, Bruselas pretende acabar con la opacidad de este mercado, valorado el año pasado en 17 billones de euros a nivel global. Además, las cámaras exigirán que las operaciones vengan respaldadas por colateral con gran liquidez y calidad para evitar prácticas altamente especulativas sin capital real que las apoye.

Las sanciones a los inversores deberán ser públicas, a no ser que pongan en peligro la estabilidad en los mercados.

Las sanciones administrativas tendrán que ser más altas para ser 'disuasorias, efectivas y equitativas'.

Los supervisores deberán poder multar a individuos y a las instituciones financieras.

Las multas tendrán en cuenta los beneficios financieros para el autor del delito, sus ingresos y posición en el mercado o su actitud cooperativa.

La pena de cárcel deberá ser estudiada para la manipulación del mercado, abuso de posición, toma de decisiones con información privilegiada o el incumplimiento de la licencia dada por el supervisor.

Los 27 deberán reforzar a sus supervisores, pero pactando unos criterios mínimos aplicables en toda la UE. 

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