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Industria liga el alza de la luz a la solvencia del país

Sebastián: 'La deuda eléctrica crea inestabilidad'. El PP se aleja del pacto energético

A. M. VÉLEZ / A. REQUENA

El ministro de Industria, Miguel Sebastián, defendió ayer la polémica subida de la luz (9,8%), sin precedentes recientes, que entrará en vigor el próximo 1 de enero para unos 17 millones de hogares. 'A ningún Gobierno le gusta subir la luz', subrayó en rueda de prensa. Lo que las asociaciones de consumidores consideran un 'tarifazo' se ha adoptado 'por necesidad y por responsabilidad', según el ministro, que justificó el alza por el encarecimiento de las materias primas, los incentivos al carbón nacional y, sobre todo, por el intento de contener la enorme deuda (20.000 millones de euros) contraída por los usuarios con las eléctricas desde 2000.

Según Sebastián, la 'hipoteca invisible' del déficit de tarifa (desfase entre el coste de la luz y los precios que fija el Gobierno) es 'un factor de inestabilidad para la solvencia' de España y penaliza su 'imagen internacional'. El Gobierno, dijo, no quiere dejar que otros solucionen un problema que originó el PP (se inventó la fórmula del déficit para contener la inflación) y que creció exponencialmente con el PSOE, a causa (entre otros factores) del auge de las energías renovables. Sebastián se cuidó, eso sí, de valorar la gestión de sus antecesores en el cargo, Joan Clos y José Montilla. Ese debate, dijo, 'no tiene sentido'.

El ministro dice que la subida equivale a 'poco más de un café' por persona

Su mensaje podría resumirse en dos frases: la subida era inevitable. O 'imprescindible', como ayer dijo Eduardo Montes, presidente de la patronal eléctrica Unesa. Además, según Sebastián, no es para tanto. Equivale, dijo, 'a poco más de un café por persona': 3,2 euros más por hogar (1,6 euros por persona), en virtud del consumo medio (algo más de 35 euros al mes) que estima la Comisión Nacional de la Energía (CNE).

El ministro no garantizó que en 2010 no haya nuevas subidas (la tarifa se revisa cada trimestre), ya que dependerá de los precios internacionales de la energía, aunque dijo que el Gobierno 'trabaja para que esta subida no se vuelva a repetir'. Su única crítica a las eléctricas: no dan 'suficientes facilidades' para contratar el bono social (precios de 2009 para los sectores menos favorecidos). Hay dos millones de usuarios que pueden acogerse a este descuento, que ya tienen tres millones de clientes.

Algunos sectores creen que hay margen para reducir los costes del sistema. El presidente de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), Luis Berenguer, ha criticado el diseño del pool eléctrico (la bolsa donde las empresas negocian la energía), que, según Sebastián, 'funciona razonablemente bien'. El ministro da por cerrada la 'profunda reforma de los costes' emprendida este año, basada, entre otras medidas, en rebajar las primas a la fotovoltaica, eólica y termosolar, introducir tasas a las distribuidoras y hacer que las eléctricas paguen los planes de eficiencia energética. Un esfuerzo 'razonable', según Sebastián, que descarta revisar la retribución de las plantas hidráulicas y nucleares, a las que algunos consejeros de la CNE han acusado de recibir multimillonarios beneficios 'caídos del cielo' por estar ya amortizadas.

Los viajes en tren y el transporte público también se encarecerán en 2011

El ministro no cerró la puerta al pacto energético con el PP. Su interlocutor, Cristóbal Montoro, lo da por muerto, después de que el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, acusara a su partido de ser el responsable del déficit. Según Montoro, la subida 'no resuelve' ese problema, que atribuyó a una política energética 'irracional'.

La tarifa eléctrica no es la única que subirá en 2011. Con el año nuevo llegan también precios nuevos. Si en 2010 las distintas administraciones trataron de contenerlos después de un duro 2009, el próximo año habrá más subidas que congelaciones. Viajar en tren, por ejemplo, será más caro, aunque la subida irá en línea con el IPC: en los trenes de Alta Velocidad y Larga Distancia el billete costará un 2,3 % más. En este aumento no están incluidos los nuevos trenes AVE entre Madrid y Valencia, Toledo y Albacete, puesto que su tarifa ya preveía el IPC de 2011.

Las administraciones intentan no trasladar en exceso el incremento de precios a los contribuyentes con medidas generalizadas, como la congelación de las tarifas de la zona azul o la subida de la factura del agua en línea con la inflación, o incluso con porcentajes menores. Otros precios, como los del transporte público, sí se encarecen.

Por ejemplo: el billete de autobús sube en Sevilla y Barcelona y el de metro en Madrid, Barcelona y Bilbao. En el País Valencià los ciudadanos no tendrán que afrontar una subida porque ya la sufrieron el pasado verano. La Generalitat y el Ayuntamiento aprovecharon la subida del IVA de julio para incrementar las tarifas tanto del metro como de los autobuses urbanos.

Los taxis también suben. Aunque la bajada de bandera se mantiene igual en varias ciudades, las tarifas suben, por ejemplo, en Valencia. En Madrid y Bilbao se crean nuevas bajadas de bandera más caras, en el primer caso para domingos y festivos y, en el segundo, para los servicios nocturnos de fin de semana.

En Sevilla, el agua sube en todos los tramos. A esto se añadirá el canon autonómico de mejora de las infraestructuras, fijado por la Ley de Aguas aprobada en el Parlamento andaluz y que ha levantado una gran polvareda. Según la Junta, una familia media pagará 1,2 euros al mes por este canon. Su entrada en vigor estaba prevista para el 1 de enero, pero finalmente se retrasa al 1 de mayo.

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