Público
Público

La penalización por jubilarse antes encauza el pacto social

Los sindicatos fuerzan un acceso más fácil a la jubilación anticipada

B.CARREÑO

La permeabilidad del nuevo sistema de pensiones para que trabajadores con largas carreras de cotización puedan jubilarse de forma anticipada sin sufrir fuertes recortes en sus prestaciones está siendo clave en los últimos coletazos de las negociaciones entre Gobierno, patronal y sindicatos.

A cambio de aceptar que se exijan más años de vida laboral para cobrar el 100% de la prestación (la opción de 37 años es la que tiene más fuerza encima de la mesa) los sindicatos están intentando forzar que quienes han trabajado más años puedan retirarse antes incluso de los 65 con una penalización menos restrictiva que la actual.

Esta posibilidad conjugaría las variables de años cotizados junto con edad biológica y años que restan hasta la edad legal de jubilación (el otro punto clave del acuerdo). En la actualidad, los trabajadores de más de 61 años que acrediten más de 40 años de cotización ven mermada su prestación en un 6% por cada año que les resta hasta los 65. Es decir, un trabajador de 61 años que se quisiera retirar después de trabajar 41 años ve mermada su pensión en casi una cuarta parte.

Los sindicatos quieren que estas extensas vidas laborales tengan más peso y que mengüen los coeficientes reductores que se les aplica en las jubilaciones anticipadas. Además, según adelantaba El Economista ayer, también se habría pedido que se elimine la posibilidad de tener que haber sido despedido y llevar seis meses inscrito en el paro para poder acceder a la jubilación anticipada.

Con este planteamiento, se pretende fijar una 'horquilla' para jubilarse que oscile entre los 63 (el nuevo suelo para poder acceder a la jubilación anticipada) y los 67 años y que cumpla el criterio de flexibilidad que tanto ha reiterado el Ejecutivo. En ese lapso de tiempo, el trabajador jugaría con su carrera de cotización y su edad biológica para decidir si le conviene acceder al retiro. En este sentido, también entraría en juego un esquema de incentivos. En la actualidad, se premia los años de cotización que vayan desde los 65 años hasta los 70.

El otro caballo de batalla está en fijar a qué edad y con cuantos años cotizados se puede percibir el 100% de la jubilación y si finalmente los 67 pasan a considerarse 'edad legal'. Los sindicatos rechazan por completo este término y aducen que mediante la adopción de otras medidas se puede lograr el mismo efecto, esto es, que finalmente se retrase la edad media de retiro hasta que la efectiva sean 65 años (ahora está en 63 años con siete meses). El Gobierno ha intentado contrarrestar al ofrecer que algunos trabajadores puedan seguir retirándose a la edad actual si cumplen largas carreras de cotización.

Las variables son múltiples y están abiertas sobre la mesa. En el estado de negociación actual (ayer se mantuvieron conversaciones durante la mañana al máximo nivel), los sindicatos se niegan a aceptar que se exijan 41 años para poder jubilarse a los 65. Es más, también rechazan la propuesta 'informal', que se ha filtrado en algunos ámbitos, de que el Ejecutivo estaría dispuesto a bajar a 39 años su propuesta. 'Tampoco sería suficiente', aseguran fuentes conocedoras de la negociación. Lo cierto es que Zapatero, ha dicho que la propuesta sería una edad 'cercana' a los 40 años, y en la misma línea se expresó ayer Jesús Caldera, el nuevo portavoz del Pacto de Toledo en el Congreso.

Además de la brocha gorda de los números, las negociaciones contemplan un sinfín de matices que pueden desnivelar la balanza hacia el acuerdo o el fracaso. Por ejemplo, que se reconozcan como periodos cotizados las excedencias por cuidado de familiar e hijo así como otro tipo de 'lagunas' que se pueden producir en la carrera laboral. La definición de las profesiones penosas que se quedarían fuera de los nuevos criterios también es básica.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias