El jueves, Rodríguez Zapatero se reúne en Madrid con Ángela Merkel. Si bien todos esperan a la canciller con los brazos abiertos, ello no significa que vaya a regresar a Berlín con su avión cargado de jóvenes españoles en paro, como se dio a entender la semana pasada, a raíz de unas declaraciones de dos diputados germanos.

Esto no va a ser un Bienvenido Mr. Marshall a la europea. La canciller no va a poner encima de la mesa ningún convenio para emplear a jóvenes cualificados. 'No hay ningún plan con España ni ningún otro país', asegura a Público Christian Westhoff, portavoz del Ministerio de Trabajo. 'Somos conscientes de que en España el paro es un problema; pero no es necesario ningún plan, pues hoy en día puede venir a trabajar aquí cualquier español que quiera, pues los mecanismos de la UE lo permiten', añade.

El ministro de Trabajo español, Valeriano Gómez, en cambio, aseguró ayer que los dos países están elaborando un plan conjunto por el que jóvenes españoles irían a trabajar al país centroeuropeo.

El Gobierno de Merkel abrió hace unos meses el debate sobre la falta de mano de obra cualificada (demanda unos 500.000 trabajadores especializados) y la inmigración. Un estudio oficial pone de relieve que Alemania ha perdido esa imagen de lugar de residencia atractivo que tenía en los sesenta y setenta.

Entre 2005 y 2009, salieron del país 230.000 alemanes más que los extranjeros que llegaron. Además, Alemania sufre una fuga de cerebros en toda regla: unos 1.500 ciudadanos altamente cualificados se marchan cada año. Ya se observa 'cierto déficit en determinadas regiones para unos trabajos y sectores concretos: en especial, ingenieros mecánicos, electrónicos y automotrices, además de médicos', adelantó la titular de Trabajo y Asuntos Sociales, Ursula von der Leyen.