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Los proveedores cierran el grifo a Nueva Rumasa

Los trabajadores del grupo empiezan a plantear movilizaciones

FERNANDO VICENTE

En el sector lácteo español cunde la preocupación. Un millar de ganaderos se enfrenta a lo que podría convertirse en la puntilla para el sector: la incapacidad de Clesa, propiedad de la familia Ruiz-Mateos, de pagar sus deudas a proveedores. Fuentes del sector aseguran que, tras meses sin hacer frente a los pagarés por los que les compra la leche, la deuda ronda los tres millones de euros.

De ellos, 314.000 corresponden a Jesús Pérez, que vende leche a Clesa desde hace 30 años. Pasó buena parte del lunes en una notaría madrileña, repleta de acreedores de la láctea, renegociando el cobro de su deuda. Aplazó el pago 181 días. ¿Garantía? 'Su palabra de que va a pagar. ¿Pero qué gano yo con embargar?', dice, para a continuación exclamar: 'Vaya grupo, se financia a través de nosotros'. Al menos en eso coincide con el portavoz de Nueva Rumasa, que afirma que, 'cuando los bancos te cierran el grifo, te financias con tus proveedores, es normal'.

'Hay problemas de liquidez, pero no es una hecatombe', dice un portavoz

Según Pérez, hace un año que hay problemas: 'Empezó a avisarme el Popular, pero tenía una línea en el Santander de la que iba tirando. Pero últimamente me lo devuelve todo'. La situación es compleja. Como explica el abogado de la mayoría de sus proveedores gallegos de leche, 'muchos le siguen suministrando para evitar que quiebre y garantizarse el pago a costa de aumentar la deuda. ¡Y esto se acaba!'. En el sector cuentan que, ante la pérdida total de confianza, a las lácteas de Ruiz-Mateos no les ha quedado otra que traer la leche de Francia, mucho más cara.

José Cobreros, de Lácteas Cobreros, a quien en el sector señalan como el que lleva las cisternas a Clesa desde Francia, reconoce que trabaja para el grupo, pero asegura: 'Nuestra relación es buena y fluida'. Sobre si cobran al contado o de dónde sirven la materia prima, responde con un 'eso es confidencial'.

Aún así, su suministro no parece ser suficiente. Margot Sastre, del comité de empresa de Quesería Menorquina, conocida por sus quesitos El Caserío, asegura que la fábrica de Mahón, también de la familia Ruiz-Mateos, está parada desde el lunes por falta de material ('desde cuajada, al aluminio para los envoltorios, el cartón para embalajes y el pegamento para sellarlos', dice) y con sus almacenes vacíos de productos terminados, por lo que no pueden servir a sus clientes.

En Royne y Clesa deben hasta tres meses de salario, según los sindicatos

También en la planta de helados Royne de Zaragoza, en la barcelonesa de Cacaolat y en la de Dhul en Granada, los problemas de suministro impiden servir pedidos. 'El riesgo es que pierdan los contratos con distribuidores', advierten desde la Federación de Alimentación de CCOO. De hecho, El Corte Inglés, por ejemplo, ya ha dejado de colocar los productos de Clesa en sus estanterías.

Así pues, los directivos de las empresas de la familia Ruiz-Mateos (Nueva Rumasa no existe como tal jurídicamente y cada sociedad es independiente) llevan días de incendio en incendio. La semana pasada se reunieron con los delegados comerciales de Royne y Clesa, a quienes deben hasta tres meses de salarios. Habían convocado una manifestación de protesta el día 19 en la Puerta del Sol de Madrid que podría erosionar enormemente la imagen de un grupo que se ha apoyado en pequeños ahorradores para financiarse mediante pagarés con rentabilidades muy por encima del mercado. Se comprometieron a pagarles mañana día 18. ¿Garantías? Una vez más, su palabra.

El lunes fueron los trabajadores de Clesa los que exigían el pago inmediato de sus nóminas atrasadas o el inicio de movilizaciones. Y ayer le tocó el turno a los trabajadores de las bodegas Garvey de Jerez.

'Tenemos problemas de liquidez reconocen en Nueva Rumasa, pero no es una hecatombe. Esto parece una cacería de brujas, y sería gravísimo'. Así que piden calma: 'Nos tienen que dejar trabajar en la refinanciación y esto no ayuda nada, sólo asusta más a los proveedores y a los bancos'. Por su parte, el fundador del grupo, José María Ruiz-Mateos, aseguró en un comunicado que está sufriendo una campaña 'inexplicable, miserable y canallesca'.

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