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La escalada del crudo fuerza otro plan de ahorro energético

El ministro de Industria suspende un viaje a Rusia para acelerar el programa. El BCE advierte de 'riesgos' en materia de inflación. La revuelta libia castiga a la deuda soberana

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La sangrienta revuelta en Libia, que ha llevado a los precios del petróleo a su nivel más alto en dos años y medio, empieza a tener efectos tangibles al otro lado del Mediterráneo. El Ministerio de Industria prepara un nuevo plan de ahorro energético, que será el segundo de este tipo en lo que va de legislatura. El anterior (que cubría el periodo 2008-2011 y que ya ha cumplido casi todos sus objetivos) se aprobó en 2008, tras la llegada de Miguel Sebastián a ese departamento.

Como el que ahora expira, el nuevo plan implicará a varios ministerios y enfocará el ahorro energético desde una perspectiva transversal. Tal es la urgencia para elaborarlo que Sebastián ha suspendido un viaje oficial que tenía previsto realizar a Rusia mañana y pasado para tenerlo listo. Según fuentes de Moncloa, el Consejo de Ministros lo aprobará este mismo viernes.

S&P cree que el BCE subirá tipos en verano si los precios siguen al alza

Para España, completamente dependiente en materia energética, el encarecimiento del petróleo es una pésima noticia. Ayer, Sebastián ya dio una pista sobre sus intenciones al advertir de que, si las subidas se consolidan, habrá que reforzar los planes de ahorro para que no impacten en la economía. El ministro insistió en TVE en que buscará 'fórmulas' para que la histórica subida de la luz de enero pasado (9,8%) no se repita. Tiene poco margen de maniobra: él mismo dio por cerrada el mes pasado la revisión a la baja de los costes del sistema eléctrico, altamente sensible al encarecimiento del crudo.

El plan es, en parte, consecuencia de la oleada de cambio político en el Norte de África, que ayer motivó la convocatoria de un gabinete de crisis en la Moncloa para analizar sus consecuencias. Las revoluciones en Túnez y Egipto han conmovido a muchos ciudadanos europeos, pero (sobre todo, tras la revuelta libia) empiezan a tener efectos colaterales en sus maltrechos bolsillos.

1. Inflación

Según Eurostat, la inflación en la zona del euro está ya en el 2,4%, frente al 1% de un año antes. El incremento de los precios está castigando con especial dureza a los países en peor situación: Grecia (con un IPC del 5,2% en diciembre, último dato disponible), España (3% en enero) y Portugal (2,4%). Buena parte de esas subidas se explican por el encarecimiento de crudo y alimentos. De momento, las revueltas no han afectado a ningún país clave para el mercado energético global. Libia es vital para el suministro a Francia, Alemania e Italia, pero su posición en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es discreta: es el octavo miembro del cártel, que controla un 40% de la producción y un 70% de las reservas. Alí Al Naimi, ministro de Petróleo de Arabia Saudí (único país de la OPEP con margen para abrir el grifo si hay problemas de abastecimiento), se mostró ayer 'dispuesto a compensar cualquier carencia que se produzca'. El reino saudí, una monarquía absoluta aliada de Occidente, parece, por ahora, a salvo de revueltas.

2. Tipos de interés

La escalada del crudo puede poner en un brete al Banco Central Europeo (BCE) en su afán por controlar la inflación (su objetivo es que no supere el 2%), con la recuperación de los países del euro aún en pañales. De momento, son sólo advertencias. El propio presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, pareció descartar el pasado día 3 la hipótesis de un alza de tipos, cuando dijo que el nivel actual (1%, el más bajo de la historia) es 'adecuado'. Pero ya van varios avisos. Yves Mersch, presidente del banco central de Luxemburgo y miembro del consejo que decide la política monetaria del BCE, dijo ayer que hay 'riesgos al alza en la estabilidad de los precios'. Y anteayer, el alemán Jürgen Stark, economista jefe del BCE, afirmó que este debe estar listo para actuar 'decisiva e inmediatamente'.

Ante la posibilidad de que el conflicto se extienda (lo que elevaría la presión sobre los precios del crudo), ya se hacen cábalas sobre cuándo podría llegar esa subida de tipos, que sería nefasta para los países más rezagados de la Eurozona, como España, y que tendría efecto automático en el euríbor (referencia para la mayoría de las hipotecas). La agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's (S&P) cree que, si los precios siguen al alza y países 'clave' como Alemania continúan su crecimiento ascendente, la subida podría llegar este verano.

Varios expertos lo dudan. Manuel Balmaseda, economista jefe de Pemex, cree que sólo ocurrirá si Alemania 'crece mucho. En el BCE serán muy cautos; si la inflación se desboca sin que repercuta en los salarios, no harán nada'. El organismos, recuerda, se encarga de 'enfriar la economía cuando está caliente', una hipótesis que, de momento, no tiene visos de cumplirse. Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada, ve 'un peligro muy importante' en la inflación, pero insta a 'relativizar y ver las cosas con cierta cautela'. Confía en que el encarecimiento del crudo y otras materias primas (según la FAO, la agencia alimentaria de la ONU, los precios de los alimentos están en máximos históricos) no se traslade a los salarios y a otros precios. Aunque advierte de que en Francia y Alemania, cuyo poder en el BCE nadie discute, 'están preocupados' por la evolución de los precios.

3. Deuda pública

La deuda soberana se ha convertido en la gran pesadilla para varias economías europeas (entre ellas, España) en el último año y la inestabilidad geopolítica no ayuda. Ayer, el Tesoro Público adjudicó 1.859 millones de euros en letras a tres meses con un interés marginal del 1,120 %, superior al 0,995 % de la anterior subasta, rompiendo una racha de cinco subastas consecutivas en las que había logrado reducir el interés. La inestabilidad 'puede llevar a una mayor aversión al riesgo a nivel global, sobre todo de países emergentes. Pero también van a huir del riesgo de la deuda de países periféricos, como España', explica Balmaseda. Daniel Pingarrón, estratega de Mercados de IG Markets, advierte de que, si las tensiones en el Norte de África y Oriente Medio continúan, países con problemas para colocar sus bonos, como España, lo pasarán mal para refinanciarse.

'La subida de la inflación resta atractivo a la renta fija y a la deuda pública; un inversor difícilmente va a invertir en algo que rinde un 5% cuando los precios suben el 3,5%', dice.

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