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La crisis política lusa copa el protagonismo de la cumbre de Bruselas

Los líderes europeos dejan para junio la reforma del fondo de rescate

D. BASTEIRO / M. DUJISIN

Portugal vivió ayer en directo la dimisión de su primer ministro y cómo se ponía en marcha la cuenta atrás hacia el tercer rescate de la Unión Europea y el FMI en menos de un año. José Sócrates presentó su dimisión tras ver cómo los cinco partidos de la oposición, desde conservadores a comunistas, se unieron para tumbar su reforzada estrategia de austeridad para los próximos dos años.

Como si se tratase de un altavoz, la crisis política portuguesa se verá amplificada en la cumbre de la Unión Europea de hoy y mañana. El cónclave, conocido como la reunión de la 'respuesta completa' a los mercados, estaba diseñado como una puesta en escena del punto y final a las tensiones en los mercados de deuda pública iniciados con las dudas sobre la solidez de las finanzas griegas.

'Esta crisis llega en el peor de los momentos', lamentó Sócrates, que en un breve discurso anunció 'consecuencias profundamente negativas para las personas, las familias y las empresas'. Sin embargo, el rescate es toda una bofetada a las instituciones europeas, que hasta ayer cruzaban los dedos por la supervivencia de Sócrates. 'Saludamos y apoyamos el paquete de reformas', habían dicho Jean Claude Trichet, presidente del BCE, y José Manuel Durao Barroso, jefe de la Comisión y militante en el principal partido de la oposición portuguesa.

Sócrates llegará hoy a la cumbre como un primer ministro en funciones, y 'no tendrá buenas noticias que dar', aseguró Pedro Silva Pereira, ministro de la Presidencia, justo antes del voto en el Parlamento. Según fuentes comunitarias, los anuncios podrían hacerlos los principales países del euro a puerta cerrada, exigiendo que un rescate evite el riesgo de contagio a España, muy expuesta a la deuda portuguesa.

Portugal será el segundo país, tras Irlanda, que acceda al fondo de apoyo al euro fundado el año pasado, ya que Grecia accedió a préstamos bilaterales una semana antes de la creación del mecanismo. Fuentes comunitarias advirtieron que 'tiene que ser Portugal quien pida el rescate', una decisión que el ministro en funciones no está en condiciones de tomar en solitario y a la que el nuevo Gobierno resultante de las elecciones podría llegar demasiado tarde. Por ese motivo, la decisión de rescatar a Portugal podría retrasarse hasta que un consenso político nacional decida solicitarlo y, lo más importante, negociar sus condiciones.

El rescate de Portugal inyectará adrenalina a unas lentas negociaciones sobre el refuerzo del fondo del euro, que Lisboa podría vaciar con necesidades de miles de millones de euros. Hasta ahora, Irlanda ha recibido un 8,04% de los 500.000 millones de euros comprometidos, pero las características del fondo, que se basa en emisiones de deuda pública, hace que su capacidad real de préstamo no supere los 240.000. Las discusiones sobre cómo reforzarlo para hacer efectiva su capacidad encallaron el lunes. La ratificación parlamentaria de ese refuerzo, que tendrá que pasar por los 17 parlamentos de la moneda única, no se completará hasta junio.

Como país vecino con relaciones privilegiadas, España podría verse muy afectado por la crisis política portuguesa.  La exposición de los bancos españoles a Portugal alcanzó, a finales del tercer trimestre de 2010, los 76.900 millones de euros lo que supone un 33,7% de la exposición de toda la banca mundial, de 227.900 millones de euros, según los últimos datos del Banco Internacional de Pagos (BIS).

El posible efecto contagio causa escalofríos en la zona euro, que ha alabado insistentemente las medidas de España para atajar la crisis, pero no puede prever los resultados de una crisis de ansiedad de inversores temerosos porque el fondo de apoyo al euro no sea suficiente para prestar apoyo.

La cumbre de hoy, precedida de reuniones de socialistas y conservadores por separado, aprobará formalmente el Pacto por el Euro impuesto por Angela Merkel. Fuentes comunitarias aseguraron esperar 'anuncios concretos' de los países del euro, que tendrán que justificar cómo lo van a cumplir. España presentará, según anunció la vicepresidenta económica, Elena Salgado, 'pinceladas' sobre la reforma de la negociación colectiva entre los sindicatos y patronal, así como un calendario de transposición de directivas pendientes. El resto de países presentarán otras medidas, entre las que se encuentra un límite legal al déficit, la promesa de revisar la edad de jubilación o la flexibilización de los horarios comerciales.

Además, los 27 aprobarán el endurecimiento del Pacto de Estabilidad, un instrumento que se ha visto sobrepasado por la crisis, ante la cual los países realizaron grandes inversiones para reactivar el crecimiento. Con un crecimiento todavía débil, países como Portugal se han visto obligados a reducirlo a marchas foradas tutelados por la presión de los mercados financieros contra la que la oposición portuguesa finalmente ha decidido rebelarse.

Ante la dimisión de Sócrates, solo después del fin de la cumbre de la Unión Europea de hoy y mañana, el presidente de la República portuguesa, Anibal Cavaco Silva, podrá empezar a reunirse con los partidos con representación parlamentaria (PS, PSD, CDS, Bloque de Izquierda, Comunistas y Ecologista-Verde), y podrá optar por convocar el Consejo de Estado. Sin embargo, el presidente también podría invitar al PS a presentar otro candidato a primer ministro y buscar consensos con los demás partidos. Se prevé que la respuesta del PS ante tal alternativa, sería negativa, lo que obligaría al presidente a disolver el parlamento y convocar elecciones anticipadas.

Cualquiera que sea el escenario, existen preceptos legales que deben ser cumplidos. Aunque el presidente cumpla solo con los plazos mínimos previstos en la ley para convocar elecciones anticipadas debido a la disolución del Parlamento, Cavaco Silva tendrá que marcar el acto electoral con una antecedencia mínima de 55 días. Para que las elecciones se realicen el último fin de semana de mayo (domingo 29), la convocatoria de Cavaco Silva debería producirse antes del 4 abril.

En cambio, si las elecciones fuesen convocadas hasta el 11 de abril, el acto electoral se debería realizar el domingo 5 de junio, considerando una serie de festivos portugueses ese mes, así como el inicio del periodo de vacaciones. 

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