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Obama negocia contra reloj para elevar el techo de deuda de EEUU

El Tesoro presiona con el peligro de suspender pagos y los republicanos rechazan subir los impuestos

BEATRIZ JUEZ

El presidente Barack Obama y los líderes republicanos negocian contrarreloj para que el Congreso de Estados Unidos autorice a su Gobierno a elevar el techo legal de la deuda y evite la suspensión de pagos del país. De no alcanzar un acuerdo antes del 2 de agosto, las consecuencias podrían ser catastróficas para la primera potencia económica mundial, según la Casa Blanca y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

'Tenemos que hacerlo antes de la fecha tope del 2 de agosto', dijo ayer Obama, tras reunirse en la Casa Blanca con los líderes demócratas y republicanos de las dos cámaras.

Ambas partes volverán a reunirse el domingo. 'No se acordará nada hasta que haya consenso en todos los asuntos. Las posiciones de las partes todavía son distantes en una amplia gama de temas', añadió el presidente en una breve declaración en la sala de prensa de la Casa Blanca, en la que no admitió preguntas.

Si el Congreso no eleva el techo legal de deuda, fijado actualmente en los 14,3 billones de dólares, Estados Unidos podría entrar en suspensión de pagos, algo sin precedentes en la historia. Esto 'podría crear una nueva espiral hacia una segunda recesión, o peor', advirtió el miércoles Barack Obama en una charla en Twitter.

El límite de la deuda es la cantidad de dinero que el Gobierno de Estados Unidos está autorizado a pedir prestado para poder hacer frente a sus obligaciones financieras y pagar, por ejemplo, la Seguridad Social, la sanidad pública de los jubilados, las devoluciones de Hacienda y el salario de los militares.

La fecha límite para elevar el techo de deuda es el próximo 2 de agosto

'Todo el mundo reconoce que el asunto de nuestra deuda y de nuestro déficit necesita resolverse ahora', señaló el presidente.

Estados Unidos alcanzó en mayo pasado su límite de deuda, los citados 14,3 billones de dólares, aunque las medidas especiales tomadas por el Departamento del Tesoro han permitido una prórroga hasta el 2 de agosto.

El Tesoro ha difundido un comunicado apocalíptico sobre qué ocurrirá si no se eleva el límite legal de endeudamiento nacional. 'Esto podría provocar otra crisis financiera y poner en peligro los empleos y ahorros de los estadounidenses, poniendo a Estados Unidos de nuevo en un agujero económico profundo, justo cuando está recuperándose de la reciente recesión', advierte el Departamento del Tesoro, que asegura que están en juego millones de puestos de trabajo en el país.

Los republicanos dudan de que el aumento del techo de la deuda sea una cuestión de vida o muerte para la economía nacional. Y recuerdan que cuando Obama era senador votó en 2006 en contra de elevar ese tope de endeudamiento. En la Casa Blanca, aseguran que fue un error y que si el actual presidente hubiera sabido lo que sabe ahora, no lo habría hecho.

Siempre que el Gobierno ha pedido al Congreso de los Estados Unidos que eleve el límite de la deuda, este ha accedido. Desde 1960, el Congreso ha permitido en 78 ocasiones subir permanentemente el tope de la deuda, extenderlo temporalmente o revisar su definición; 49 veces con presidentes republicanos y 29 veces con presidentes demócratas.

A un año de que se celebren elecciones presidenciales en Estados Unidos, la elevación del límite del endeudamiento ha dejado de ser un trámite parlamentario para convertirse en un arma política, sobre todo, ahora que el partido republicano parece secuestrado por el movimiento ultraconservador Tea Party.

Obama y los republicanos discrepan sobre cuál es la mejor fórmula para reducir de forma drástica el déficit federal. Los demócratas proponen una subida de impuestos para los ricos, además de recortar el gasto público, mientras que los republicanos se niegan en redondo a subir impuestos y exigen recortar drásticamente el Estado del bienestar y reducir las prestaciones sociales.

Ambas partes han señalado en los últimos días que el objetivo es aplicar la tijera y realizar recortes que podrían alcanzar los cuatro billones de dólares en los próximos diez años. Se espera que el déficit público estadounidense ronde este año el 11% del PIB, una cifra inédita desde la Segunda Guerra Mundial.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, dijo, antes de la reunión con Obama, que 'todo está sobre la mesa, menos subir los impuestos a los americanos'.

'Todo el mundo es consciente de que ambas partes van a sufrir daño político', reconoció Obama, quien instó a los republicanos a dejarse de juegos políticos y a hacer lo que es mejor para los ciudadanos estadounidenses.

Por otro lado, la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's elevó ayer su perspectiva de la deuda del Estado de California. Ha pasado de 'negativa' a 'estable', lo que parece evitar rebajas a corto plazo. La agencia estadounidense aprecia 'progresos' del nuevo Gobierno 'en la mejora de su estructura fiscal', lo que 'debería reducir los riesgos de liquidez'.

Daniel Pingarrón, analista financiero del departamento de Estrategias de Mercado de la agencia de valores IG Markets. 

1. ¿Por qué Estados Unidos mantiene la máxima calificación crediticia pese a su elevada deuda y su déficit público?

EEUU no debería tener triple A [la mayor nota posible de las agencias de calificación de riesgos]. No sería así de no ser porque cuenta con uno de los tejidos productivos más ágiles del mundo. El dinamismo de su economía hace que tenga un gran potencial para asumir deuda, una ventaja que no tiene ningún otro país del mundo. Y eso, a pesar de que la deuda pública este año alcanzará el 100% de su PIB, una cantidad histórica en la economía de EEUU.

2. ¿Hasta qué punto es preocupante que todavía no se haya alcanzado un acuerdo entre el Gobierno y la oposición republicana para elevar el techo de deuda?

El mercado no está demasiado preocupado por ese asunto. El próximo 22 de julio es la fecha que se ha marcado la Casa Blanca para el trámite y para el 2 de agosto se espera que el nuevo techo esté operativo. El techo de deuda no es realmente algo que preocupe; por eso los índices americanos están cotizando en máximos anuales.

3. ¿Y, si finalmente hay acuerdo, qué efecto tendrá?

Se espera que el día que se apruebe haya subidas en las bolsas americanas.  

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