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Europa diseña vías para salvar a la banca ante la eventual caída de Grecia

España, Italia y Francia impulsan la creación de un mecanismo para recapitalizar de forma coordinada a todas las grandes entidades y frenar así las graves consecuencias de una suspensión de pagos del país heleno

V. ZAFRA / M. ALBA

Cada día se extiende más la convicción entre los expertos de que Grecia suspenderá pagos. La única duda que les queda es cuándo y de qué manera. Por eso, y aunque los gobiernos de la zona del euro estén trabajando para que esto no suceda y aseguren públicamente que no ocurrirá, se han empezado a diseñar las respuestas ante esa eventualidad. Y la primera y más necesaria es qué hacer con los bancos, que son los que tienen la deuda griega y, por tanto, los que van a sufrir en primer plano las consecuencias. Tal y como está diseñado el mundo, la caída de los bancos supone la paralización de la economía real, con lo que la quiebra del sistema financiero no es algo que los gobiernos se puedan permitir.

Alemania ya tendría diseñado un plan para salvar a sus bancos y también se estaría estudiando un programa para recapitalizar (prestar dinero para elevar su solvencia) a los bancos que lo necesitaran en el resto de países. Fuentes conocedoras de la existencia de esta iniciativa aseguran que lo promueven España, Francia e Italia. Fuentes del Gobierno español niegan su existencia y aseguran que el escenario con el que se trabaja es que Grecia continúe con sus pagos y que reciba el primer rescate (ahora está a medias y en duda la entrega del próximo pago) y posteriormente el segundo, para el que todavía no hay aprobación en todos los países.

Alemania estudia la posibilidad de que Grecia tenga que salir del euro

El plan de salvación de los bancos pretendería, para el caso de Alemania y Francia, aplacar las consecuencias directas del impago, que podría llegar hasta el 100% de la inversión. Para el resto, supondría frenar las consecuencias de segunda ronda, es decir, el contagio de los problemas de los bancos franceses y alemanes al resto por la interconexión que existe entre ellos al tener dinero prestado entre todos. Eso unido a los desmanes que podrían producirse en las primas de riesgo y la cerrazón de los mercados de financiacion serían más que suficiente para que los bancos necesitaran una importante recapitalización.

Santiago Carbó, catedrático de la Universidad de Granada, cree que podría rondar la cifra estimativa de 200.000 millones de euros para toda la banca europea que estaría calculando el FMI, aunque ayer su directora gerente, Christine Lagarde, dijo que esta cifra todavía no está cerrada. A su juicio, una fórmula podría ser que las inyecciones de capital las hiciera el propio fondo de rescate. Ya no debería ser, como hasta ahora, que cada país haga lo suyo por su lado. 'Tienen que estar todos los cirujanos a la vez taponando la misma herida y de la misma forma', asegura. Ya no se trata de salvar a una sola entidad; habría que salvar a todas al tiempo para que nadie arrastre a nadie. Y Carbó reclama que España no se quede atrás como hace tres años y que recapitalice también a las entidades si Grecia quiebra, por mucho que estas no tengan deuda helena. 'La segunda ronda llega rápido y no podemos arriesgarnos', defiende.

El economista jefe del Instituo de Estudiso Bursátiles, Alejandro Inurrieta, cree que recapitalizar sin hacer una quita 'es una medida inútil' y no evitará que se siga atacando a los bancos en Bolsa 'porque la metástasis sigue dentro de las entidades'. Para él, la solución sería hacer un plan Brady, como el que se hizo en Latinoamérica en el que los acreedores se sentaran con los deudores y llegaran a un acuerdo. Para José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, la cuestión será muy diferente si se hace la suspensión de pagos de forma ordenada y se pacta la quita a si se hace de forma desordenada. Pero no hay duda de que Grecia no pagará su deuda. En este caso, él cree que las entidades españolas que necesiten dinero podrían ser salvadas con el fondo de rescate que ya está creado y actuando, el FROB.

Merkel pidió ayer a los alemanes 'paciencia' con el país heleno

Ante la posible insolvencia de Grecia, que su presidente, Yorgos Papandreu, descartó ayer, el ministerio alemán de Finanzas ya estaría barajando los diferentes escenarios que se abrirían: uno de ellos implicaría que Grecia aun así continuara en el euro y el segundo que abandonara y reintrodujera el dracma, según el semanario alemán Der Spiegel. Esa segunda opción fue precisamente la que ayer propuso la CSU (partido alemán hermanado con el conservador de Angela Merkel). Según un documento al que tuvo acceso Reuters, lo que pretende este grupo es que los países que no cumplan sus obligaciones de disciplina presupuestaria y pongan en dificultades a los otros países del euro sean expulsados. Y con esa exposición de motivos no se referirían solo a Grecia.

La política alemana muestra serias discrepancias sobre cómo hacer frente a esta situación y la propia Angela Merkel y su Gobierno nadan entre dos aguas. Ayer, mientras todos los expertos estaban esperando el anuncio de suspensión de pagos de Grecia, la canciller reclamaba a los ciudadanos en una entrevista en Der Tagesspiegel 'paciencia' con el país. Poco después, su ministro de Finanzas, Wolfgang Schaüble, se desmarcaba al asegurar que Alemania y Holanda están de acuerdo en no entregar al país el próximo tramo del primer rescate (eso le obligaría a suspender pagos) si no acomete su programa de ajuste fiscal. 'Y por el momento no se cumplen las condiciones para la entrega del próximo tramo', criticó.

En este tira y afloja de declaraciones públicas, los gobiernos mantienen contactos de manera permanente para encontrar una salida casi imposible al embrollo. Y mientras la consigna es no adelantar una tragedia que no tiene por qué llegar a producirse.

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