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La eurozona negocia una agencia para emitir deuda

La suavización de la postura alemana abre la puerta a una decisión que se prevé tomaren la cumbre del mes que viene ante la virulencia de la especulación en los mercados

DANIEL BASTEIRO

Tras casi dos años desde que comenzase la crisis de la deuda pública, los líderes de la zona euro están finalmente decididos a solucionarla atacando al corazón del problema. 'Se negocia la creación de una Agencia de Deuda Europea con vistas a presentar un acuerdo en la cumbre de octubre', aseguraron en conversación con Público fuentes comunitarias al tanto de las negociaciones. En esa cumbre, prevista para los días 17 y 18, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, está llamado a hacer propuestas anticrisis. Ayer, tras una reunión con Donald Tusk, el primer ministro de Polonia, Van Rompuy eludió concretarlas, argumentando que prefiere no practicar la 'diplomacia del megáfono'. Sin embargo, según las fuentes consultadas, las conversaciones ya se han iniciado entre las capitales del euro, frustradas tras ver hechos trizas sus acuerdos una y otra vez desde el primer rescate de Grecia, en mayo de 2010, ante la virulencia de los ataques especulativos en los mercados.

El objetivo de la Agencia es emitir bonos de manera conjunta, una forma de mostrar un compromiso inequívoco con los países más acosados por las dudas de los inversores. Además del propio Van Rompuy, en las negociaciones se está implicando el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, que ayer se reunió en Berlín con la canciller alemana, Angela Merkel.

España, Italia, Luxemburgo, Bélgica y Portugal apoyan los eurobonos

Tradicionalmente, Alemania ha estado en contra de toda emisión conjunta de deuda, pero, según los medios comunitarios consultados, Merkel 'ha reconsiderado su estrategia' tras ver el abismo al que se asomó la moneda única en agosto y la posibilidad de que Italia y España se contagien definitivamente de las dudas sobre Grecia. Según las mismas fuentes, en la disposición de la canciller habrían influido además 'el fracaso electoral de su estrategia y la sentencia del Tribunal Constitucional' alemán, que la semana pasada respaldó la legalidad del rescate de Atenas. La nueva Agencia cuenta con el beneplácito de las instituciones europeas, que desde hace años defienden las ventajas de crear los conocidos como eurobonos.

Por la pujanza y estructura de la economía de Alemania, su deuda pública está considerada como la más segura del continente y sirve como referencia para medir el riesgo de las inversiones en bonos de otros países. Por esa razón, Berlín se ha opuesto a los eurobonos, una estrategia agradecida por su opinión pública, que juzga escandalosa la década de irresponsabilidades y mentiras de Estado griegas, germen de la actual crisis de deuda.

Hasta la cumbre de octubre, las capitales debatirán el detalle de los poderes de la Agencia y tratarán de neutralizar las dudas de países como Holanda o Finlandia, que tradicionalmente se han opuesto con más fiereza que Alemania a ideas similares. Aunque Van Rompuy prefirió no entrar ayer en detalles, sí adelantó que entre sus propuestas se incluirá una 'mayor disciplina fiscal, considerando incluso el fortalecimiento del Pacto de Estabilidad y la supervisión macroeconómica'. Se trataría así de dar un paso más en la estrategia de austeridad y severo ajuste de las cuentas públicas defendida con entusiasmo por los países más escépticos ante la nueva agencia. Sus declaraciones sintonizan con las llamadas desde Bruselas para lograr una mayor integración en política económica como condición previa a un debate sobre los eurobonos con más posibilidades de prosperar.

Francia se mantiene, de momento, en un segundo plano para actuar de puente

Tras su reunión con el primer ministro polaco, Van Rompuy apuntó además que sus propuestas incluirán 'la mejora de la eficiencia de los métodos de trabajo en la zona euro' en la 'gestión de crisis', el 'fortalecimiento de las instituciones de la zona euro' y la 'integración fiscal'.

En Bruselas, pero al margen de esta reunión, el secretario de Estado español para la UE volvió a reclamar la emisión de eurobonos. Según Diego López Garrido, es la justa 'contrapartida' a los esfuerzos de los países más acosados por los mercados y que tienen como ejemplo en España la reforma de la Constitución.

La exigencia de España es compartida con entusiasmo por otros países, como Italia, Bélgica, Luxemburgo, Portugal o Grecia. En diciembre, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, defendió públicamente la creación de la Agencia de Deuda Europea porque sería considerada como una prueba de la 'irreversibilidad del euro' y porque 'detendría los problemas en los mercados de bonos soberanos'. Francia, que nunca la ha descartado, se mantiene en un discreto segundo plano como país puente entre sus partidarios y Alemania.

Prestigiosos centros de estudios europeos, como Brueghelo CEPS, han hecho ya propuestas en este sentido. En mayo, Brueghel planteó la transformación de la deuda de la eurozona en dos tipos de bonos. 'La primera parte, el tramo azul, llegaría hasta el 60% del PIB', límite ya fijado en la legislación europea para la deuda nacional y que ha sido ampliamente sobrepasado durante la crisis. 'Estaría compartida por los países participantes y seriamente garantizada', aseguran Jakob von Weizsäcker y Jacques Delpha, autores de la propuesta. 'La segunda, el tramo rojo, se encargaría de la deuda que excediera el 60% y se consideraría una responsabilidad puramente nacional', añaden.

Según la Comisión Europea, España tardará 'muchos años' en situar su deuda en niveles similares a antes de la crisis. En su informe sobre finanzas públicas, publicado ayer, Bruselas alerta de que España está en el grupo de países que más ha incrementado su deuda en los años de crisis, por lo que la reducción de aquí a 2014 será 'escasa'.

La advertencia no significa que España tenga un volumen de deuda mayor que el resto de sus socios, sino que en realidad ocurre lo contrario. Según las previsiones de Bruselas, en 2012 llegará al 71% del PIB, lejos del casi 89% de la media de la eurozona.

La Comisión reiteró sus dudas sobre los objetivos de déficit del Gobierno y pidió la reducción del agujero de las cuentas públicas de las comunidades autónomas.

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