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La UE limitará las ayudasa los 'agricultores de sofá'

La reforma de la Política Agraria Común propone topes de 300.000 euros

DANIEL BASTEIRO

La Comisión Europea inició ayer una particular cruzada para revolucionar las ayudas a la agricultura que fue rechazada, al unísono pero por distintos motivos, por la mayoría de los gobiernos, productores y organizaciones ecologistas de la Unión Europea. El comisario de Agricultura, Damian Ciolos, dibujó las líneas maestras de la nueva Política Agrícola Común (PAC), que pretende racionalizar las ayudas y acabar con los llamados derechos históricos, de los que se beneficiaban grandes países, como España o Francia.

Según la nueva propuesta, las ayudas pasarán a concederse no en función de derechos históricos, unos criterios que toman como referencia niveles de producción de hace una década, sino que se aprobarán en función del rendimiento de cada hectárea, beneficiando a la agricultura extensiva.

La reina de Inglaterra y Alberto de Mónaco, entre los afectados

Sin embargo, los elementos más innovadores de la propuesta pasan por controlar las ayudas de los grandes terratenientes y las explotaciones en manos de propietarios cuya dedicación principal no es la agricultura. Esto afecta de lleno a grandes terratenientes como son la reina de Inglaterra y Alberto de Mónaco, y, en España, es simbólico el caso de la duquesa de Alba, además de algunos grandes propietarios de bodegas andaluzas.

La propuesta pide fijar un tope de 300.000 euros en ayudas directas y reducir progresivamente las subvenciones a partir de 150.000 euros, con rebajas que oscilarían entre el 20 y el 70%. Además, Bruselas propone definir la figura de 'agricultor activo' como receptor de subsidios exigiendo que las ayudas directas representen 'al menos un 5% de los ingresos no agrícolas' del solicitante. Entre otras medidas para ligar las subvenciones al trabajo real en el campo, el Ejecutivo comunitario pretende 'instituir una obligación de trabajo mínimo en la superficie agrícola, porque la PAC no tiene la vocación de pagar a los agricultores de sofá', según aseguró el comisario en una comparecencia ante la Eurocámara.

Los gobiernos y la Eurocámara deberán negociar ahora los detalles de la propuesta, para que entre en vigor en 2014. El cambio del modelo agrícola tendría que estar asentado en 2019, según los cálculos de la Comisión. El último gran eje de la propuesta de Bruselas incluye la concesión de un 30% de las ayudas en función de criterios medioambientales. Se pretende premiar así a las explotaciones que practiquen la rotación de cultivos, el pastoreo permanente y actividades ecológicas.

Los agricultores españoles rechazan la propuesta, que creen perjudicial

La Eurocámara, que tendrá que respaldar la propuesta, reaccionó con críticas y recordó que el sector está sometido a demasiadas presiones, como la volatilidad de precios por la especulación, un asunto no abordado en la propuesta, que para grupos como el conservador incrementará, además, la burocracia.

El Gobierno español aseguró que la propuesta es 'cuando menos decepcionante' y que se merece 'casi una enmienda a la totalidad', en palabras de Rosa Aguilar, ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino. Según la ministra, tanto la parte de las ayudas que dependen de las prácticas medioambientales como la definición de agricultor activo chocan con las posiciones del Gobierno.

Aguilar se hizo así eco de las preocupaciones de asociaciones como COAG, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, para quien lo que plantea Bruselas conseguirá lo contrario a lo pretendido. 'Rechazamos la propuesta porque ahonda en los errores que han llevado al campo a la crisis actual; ayudas desligadas de la producción, que favorecen a los grandes propietarios de tierras absentistas o desregulación de los mercados', según aseguró laorganización.

Según Javier Corrales, director de la oficina en Bruselas de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), el principal defecto es la definición de 'agricultor en activo', que no va ligada a los ingresos por producción agraria sino a los no agrarios, por lo que da cabida a 'cualquiera', informa Efe. En la práctica, supone que podrían recibir ayudas, por ejemplo, los campos de golf que cumplan con los criterios medioambientales,señaló.

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