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La UE bloquea los 8.000 millones de ayuda a Grecia

La eurozona condiciona el sexto tramo del rescate a un resultado positivo del referéndum, que será el 4 de diciembre

DANIEL BASTEIRO

Ha pasado de ser una frase retórica a la piedra angular de dos estrategias. Grecia se juega estar o ser expulsada del euro. El primer ministro heleno, Yorgos Papandreu, anunció ayer que el referéndum cuya convocatoria escandalizó a la eurozona se celebrará el próximo 4 de diciembre como un plebiscito sobre la moneda única. Según diversos sondeos de opinión, esa puede ser la única manera de que el 'sí' tenga alguna posibilidad en la consulta, ya que los ciudadanos griegos detestan la austeridad que está fracturando el país, pero podrían preferirla ante la posibilidad de ser expulsados del euro, todo un estigma político e histórico que genera más reparos. 'Independientemente de la cuestión concreta, el referéndum griego será sobre la continuación en el euro', señaló el dirigente heleno.

El eje que forman el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, dio ayer fuelle a la misma posibilidad, pero con otro objetivo: redoblar la presión sobre Atenas. 'La cuestión de fondo es el futuro europeo de Grecia. ¿Quiere Grecia, sí o no, permanecer en la eurozona?', se preguntó Sarkozy al término de la reunión. 'Nosotros lo deseamos vivamente, pero le corresponde al pueblo griego responder', añadió ante Merkel. Según Sarkozy y Merkel, la eurozona y el FMI bloquearán, hasta saber el resultado de la consulta, los 8.000 millones de euros de ayuda urgente que Grecia necesita para no caer en la suspensión de pagos. 'Hemos dicho claramente a las autoridades griegas, a la mayoría y a la oposición que los europeos y el FMI no podemos pensar en desembolsar el sexto tramo de ayuda hasta que Grecia adopte el conjunto del paquete (de medidas aprobado en la última cumbre europea) y que toda la incertidumbre sobre el referéndum se desvanezca', aseguró Sarkozy. Hasta que eso se produzca, la eurozona no comprometerá 'ni un céntimo' de dinero público que, según el presidente galo, tiene como objetivo apuntalar a Grecia y evitar 'la destrucción del euro'.

'Necesitamos un euro fuerte, con o sin Grecia', afirmó Merkel

El desembolso estaba previsto para septiembre, pero se fue retrasando hasta la semana pasada, cuando se autorizó como parte de un conjunto de decisiones que incluyen el segundo gran rescate que los griegos se disponen a votar. 'Queremos ayudar a Grecia, queremos que Grecia permanezca en la eurozona como miembro, pero la decisión unilateral de Grecia ha cambiado la situación totalmente', reconoció Merkel, que confía en un 'voto positivo' en la consulta. 'Necesitamos un euro fuerte con o sin Grecia', insistió la canciller.

En caso de que Papandreu sucumba a la moción de confianza a la que se enfrenta mañana en el parlamento heleno, tendría que dimitir y convocar elecciones en un plazo de 45 días. Entonces, la celebración de la consulta quedaría al albur del nuevo contexto político y de la conformación de un nuevo Ejecutivo.

Sarkozy: 'No habrá ni un céntimo hasta saber el resultado de la consulta'

Los grandes bancos europeos, que aceptaron no cobrar el 50% de lo prestado a Grecia, también advirtieron a Atenas de que el referéndum deja en el aire su compromiso, pero que este no se ha resentido por su convocatoria. 'Respetamos el derecho de plantear el referéndum y entendemos la desesperación de los griegos por retomar el control sobre su futuro', aseguró ayer Charles Dallara, responsable del Instituto de las Finanzas Internacionales, la patronal de bancos que negoció con la eurozona. Según él, el reto de Atenas es demostrar que el acuerdo de la semana pasada es 'positivo para Grecia' y que 'facilitará que el ajuste sea menos oneroso'. La asociación de bancos alemanes endureció el tono del mensaje. 'No puedo imaginar que se produzca el intercambio de la deuda (para reducirla a la mitad) antes del referéndum', aseguró Michael Kemmer, responsable del organismo.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, pidió a Grecia 'unidad política y nacional' y advirtió de que, 'sin el acuerdo de la UE y el FMI sobre Grecia, las condiciones de los ciudadanos griegos pasarían a ser mucho más dolorosas, en especial para los más vulnerables'.

Los responsables de las principales organizaciones comunitarias e internacionales (la Comisión Europea, el Consejo, el Eurogrupo y el FMI) se reunieron ayer con Merkel y Sarkozy para analizar la situación y celebraron después un encuentro con Papandreu y su ministro de Economía, Evangelos Venizelos. La reunión, en la que se confirmó el bloqueo de los fondos, se convocó para 'clarificar' las intenciones de Papandreu, como había exigido la canciller.

La patronal de banca mantiene su oferta de la quita, pero queda condicionada

Los jefes de Gobierno de los países del euro con silla en el G-20 se citaron para unificar hoy discurso y prepararse para el jarro de agua fría con el que serán recibidos por los países industrializados y emergentes no europeos. A la reunión acudirá el jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, que para prepararla adelantó su llegada a Cannes a ayer por la noche.

Fuentes de su equipo aseguraron que la intención de Sarkozy, compartida por el resto de países del euro, es centrarse en los temas de la cumbre, que incluyen la reforma del sistema monetario global, las estrategias para fomentar el crecimiento, la consolidación fiscal o la introducción de una tasa sobre las transacciones financieras. Habían sido presentados por Sarkozy como una gran oportunidad para avanzar en la senda de reformas iniciada en 2008, pero la eurozona no podrá presentarse con los deberes hechos y las expectativas sobre acuerdos en los asuntos del orden del día son escasas.

Sarkozy y Merkel anunciaron que sus respectivos ministros de Finanzas se reunirán hoy con el comisario de Economía, Olli Rehn, para 'acelerar' la puesta en marcha de los acuerdos de la cumbre del pasado día 26. Especialmente, en lo que afecta al refuerzo del fondo de rescate y la participación de otros países.

Sarkozy, además, volvió a referirse a España y aseguró que, si las reformas están funcionando en España, se debe, a su juicio, al apoyo de la oposición (cuando el PP se abstuvo en gran parte de las medidas que pasaron por el Parlamento).

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