Repsol YPF desveló anoche el mayor descubrimiento de petróleo de su historia, que no está en Irán, ni Brasil ni Cuba, sino en Argentina, un país cuya producción había caído en picado en la última década. Tras explorar una primera área de 428 kilómetros cuadrados en la provincia de Neuquén, la compañía ha confirmado un volumen de recursos recuperables de 927 millones de barriles equivalentes de petróleo, de los que la mayoría (741 millones) son crudo (el resto es gas) y que por sí solos equivalen a todas las reservas actuales de YPF, la filial argentina del grupo.

Pero hay más: los trabajos en otra área de 502 km cuadrados 'abren una expectativa de grandes volúmenes de hidrocarburos', según la versión oficial del grupo. La extraoficial es que, si nada se tuerce, la petrolera podría duplicar sus reservas, hasta 4.000 millones de barriles.

Y puede haber más sorpresas. Teniendo en cuenta la enorme extensión de la concesión (12.000 km cuadrados), bautizada con el peculiar nombre de Vaca Muerte, la enorme roca madre, de una superficie de 30.000 km cuadrados (como Galicia), puede albergar a largo plazo recursos que multiplicarían por 15 los 1.800 millones de barriles que Repsol espera sacar de aguas profundas de Brasil, en el que hasta la fecha era su mayor descubrimiento.

El hallazgo argentino es un depósito no convencional: el famoso shale gas (aunque en este caso es sobre todo shale oil), cuya extracción encara aún importantes retos tecnológicos (es necesario romper la roca madre con agua inyectada a presión) y medioambientales, aunque Repsol confía plenamente en la viabilidad técnica del pozo.

El descubrimiento, que previsiblemente disparará hoy a Repsol en Bolsa, es fruto de un plan lanzado para reactivar el negocio argentino a finales de 2009, justo antes de que los Petersen (próximos a los Kirchner) tomaran las riendas de YPF.