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Los inversores temen por la solvencia autonómica

Las dudas económicas protagonizan un alicaído Spain Investors Day

SUSANA R. ARENES

Si la inauguración del Spain Investors Day el jueves tuvo un nivel de asistencia pobre, a pesar de la presencia del ministro de Industria, José Manuel Soria, ayer el cónclave era lo contrario a una reunión tumultuosa de inversores, empresarios y representantes del Gobierno. Los salones del Hotel Ritz de Madrid, donde se celebraron estas jornadas de dos días, promovidas para atraer inversores al país, estaban hasta menos concurridos que en otros eventos. Es un reflejo del tirón inversor que tiene España como país y de las dudas de los inversores. Una de las principales es si las comunidades autónomas y los ayuntamientos pueden afrontar sus pagos.

La solvencia de las administraciones fue una de las inquietudes que más manifestaron los directivos de bancos de inversión y de fondos, según varias fuentes participantes en las reuniones, que fueron a puerta cerrada para los medios de comunicación. Bancos y fondos están entre las pocas entidades que tienen capacidad para gastar dinero (y no todos) pero, sobre todo, son las que marcan el camino al resto de inversores institucionales. Y España no es ahora mismo un destino atractivo para invertir, en general. Así se constató en las jornadas, a las que estaban convocadas 33 empresas cotizadas españolas, como Bankia o Iberdrola, y unos 200 inversores.

Lo que echa para atrás a estos últimos no son las oportunidades en empresas, que las hay, sino las incertidumbres sobre la evolución económica del país y cómo puede afectar eso al devenir de las compañías. Como, por ejemplo, si comunidades y corporaciones locales son capaces de no caer en los impagos, como consecuencia de que gran parte de ellas, con el País Valencià y Catalunya a la cabeza, están fuertemente endeudadas y gastan mucho más de lo que ingresan. Esto al margen del grave problema de morosidad que ya sufren las múltiples empresas que tienen a las administraciones como clientes: cada vez tardan más en pagar.

Otra de las dudas que pululaban ayer entre los participantes es si España va a ser capaz de bajar a la mitad este año el déficit, del 8% al 4%, como impone la Comisión Europea, y no morir en el intento, léase tener que pedir intervención externa o caer en una recesión más profunda y grave de lo que algunos expertos anticipan.

La consecuencia de esas sombras para el país va más allá de que las empresas no convenzan a bancos o fondos de invertir en ellas. El daño final es que se resiente la imagen financiera de España en el exterior, lo que puede engordar aún más los ataques a los títulos de deuda españoles en el mercado (los países emiten esos bonos para financiar parte de sus gastos).

Es la segunda vez que se organiza el Spain Investors Day desde 2010, una iniciativa que promueven la consultora Estudio de Comunicación y Steinberg y Asociados, con el respaldo del banco francés BNP Paribas, además de otros patrocinadores, entre los que se incluye la sociedad pública Invest in Spain.

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