Si el Gobierno pretendía elaborar sus presupuestos para 2012 tras conocer el rumbo de la economía española que pronostica Bruselas, el comisario Olli Rehn puede haber impuesto un cambio de planes. La tardanza en la presentación de las cuentas públicas preocupa en la Comisión Europea, que en su pronóstico económico presentado este jueves ha lanzado una doble advertencia.

Por una parte, el Ejecutivo comuntario sólo se planteará cambiar su exigente objetivo de déficit para España tras conocer los presupuestos, que se presentarán a finales de marzo una vez se celebren las elecciones asturianas y andaluzas. Por otra, Bruselas quiere saber con detalle cómo cerraron el año las administraciones públicas. Tanto 'del Gobierno central como los regionales', según reclamó ante las dudas sobre la exactitud del déficit provisional presentado por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, situado en el 8,2% para su conjunto (frente al 6% exigido).

'Sólo podemos volver a esta cuestión una vez que tengamos una información completa sobre estos temas referidos a 2011 y 2012', aseguró Rehn, preguntado por una posible flexibilización de las exigencias de déficit para este año.

En su comparecencia pública, Rehn recordó que España ha formalizado en numerosas ocasiones su compromiso con la consolidación fiscal. La última vez, 'el martes', en la que los ministros de Economía se comprometieron a 'respetar los compromisos' en materia de reducción del déficit.

'Trabajamos con las autoridades españolas y se adoptarán decisiones una vez que tengamos un panorama completo. Estoy en contacto regular con las autoridades españolas, especialmente con el ministro de Economía, Luis de Guindos', dijo. Pero la revisión de las exigencias sólo se producirá 'una vez que tengamos toda la información', advirtió.