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Olivas declara al juez que MAFO le amenazó con intervenir Bancaja si no se integraba en Bankia

erdú,  ex consejero delegado del banco de Rato,  declara que la entidad tenía un problema de liquidez de 18.000 millones de euros antes de salir a Bolsa

ANDRÉS MUÑIZ

José Luis Olivas, expresidente de la Generalitat valenciana por el PP entre Eduardo Zaplana y Francisco Camps, declaró este miércoles al juez Fernando Andreu que el entonces gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, le amenazó en el verano de 2010 con intervenir Bancaja (entidad que por entonces presidía) si no aceptaba la integración en Bankia.

Según fuentes jurídicas, Olivas, que declaró como imputado en la causa sobre la fusión y salida a bolsa de Bankia que investiga la Audiencia Nacional, destacó que desde mayo de 2010, el Banco de España, primero a través del subgobernador y el director de supervisión, le sugirió que debía entrar en el Sistema Institucional de Protección (SIP) que daría origen a Bankia. El se negó entonces ya que, según dijo al juez, había tenido buenos datos de cierre del ejercicio de 2009, con beneficios y con poca morosidad.

Pero en junio del mismo 2010, el propio Fernández Ordóñez le insiste en una nueva reunión, con vehemencia, en que debía aceptar la integración 'para calmar a los mercados'. A ese encuentro se incorpora Rodrigo Rato, entonces presidente de Cajamadrid, que lideraría esta fusión fría de cajas, y Fernández Ordóñez les invita a empezar a hablar de la integración ese mismo día, siempre según la versión de Olivas.

A preguntas del propio juez Andreu, Olivas, que llegó a ser vicepresidente de Bankia, ha señalado que Fernández Ordóñez le advirtió que Bancaja podía ser intervenida si no accedía a la fusión. El magistrado le insistió en los motivos por los que Olivas aceptó la propuesta de MAFO pese a sostener que Bancaja estaba saneada, y Olivas contestó: 'El regulador (el Banco de España) tiene mucho poder'.

Olivas ha concluido que aceptó la fusión 'a la fuerza' pese a que, durante su testimonio, se puso de manifiesto que Bancaja no estaba tan bien como él mantuvo al inicio de la comparecencia, ya que la auditoría cifró en 10.000 millones de euros la cuantía que precisaba para su saneamiento.

El imputado, que ha admitido haber cobrado en 2011 de Bankia un total de 432.000 euros, también señaló que se enteró por las noticias, en concreto por las que emitía la radio de su coche, de que el Banco de Valencia que presidía él había sido intervenido por el Banco de España el 21 de noviembre de 2011, Tras oir la información, dimitió ese mismo día.

El segundo imputado de este miércoles, Francisco Verdú Pons, consejero delegado de Bankia desde el 16 de junio de 2011 hasta el 4 de julio de este año, declaró al juez que la entidad tenía un problema de liquidez de 18.000 millones de euros antes de su salida a bolsa en julio de 2011. El compareciente reconoció un sueldo en 2011 de 1,7 millones de euros más medio millón más de un plan de pensiones, aunque aseguró que no entró en el proyecto por dinero sino por el reto profesional que suponía.

Verdú es un experto del mundo de la banca, donde ha trabajado 15 años en March, y antes en BBVA y Argentaria. Rato le citó en su casa para ofrecerle el puesto, al que accedió en junio de 2011.

Lo más significativo de su declaración es que admitió que, desde su llegada a la entidad, es decir, antes de su salida a Bolsa un mes después, había un problema de liquidez de 18.000 millones de euros derivado de la elevada morosidad y del retroceso del mercado inmobiliario. Añadió que Bankia era el menos eficiente de los grandes bancos, que precisaba ganar al año más de 1.500 millones (en 2011 perdió 3.000 millones), y que 95.000 clientes tenían problemas con el pago de la hipoteca.

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