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Bruselas retoma las negociaciones para abrir las puertas de Europa a las multinacionales de EEUU

La Comisión hace oídos sordos a la petición de varios líderes europeos y negocia el Tratado de Libre Comercio con EEUU sin esclarecer el escándalo de espionaje

ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL

A pesar de que la Administración Obama no ha despejado una sola incógnita sobre el presunto espionaje a la UE, EEUU y Europa retoman este lunes en Bruselas las conversaciones sobre el Tratado de Libre Comercio que servirá para facilitar las transacciones comerciales entre ambos lados del Atlántico, aunque también podría subordinar aún más la economía de los 28 a la de las empresas norteamericanas.

La UE inicia así la segunda semana de encuentros, inicialmente previstos para mediados de octubre, y pospuestos por la paralización del Gobierno estadounidense, sin que hayan transcendido más que unos pocos datos sobre el Tratado de Libre Comercio que, según fuentes oficiales, supondrá un aumento de 110.000 millones de euros en el PIB de la UE, y de cerca de  95.000 millones en el caso de Estados Unidos.

Un tratado de libre comercio es un acuerdo comercial para eliminar o reducir barreras arancelarias (económicas) y no arancelarias (normativas). Este contrato entre dos o más partes, que pueden ser países o agrupaciones de naciones, se rige por las normas de la Organización Mundial del Comercio o por mutuo acuerdo entre las partes, y teóricamente sirve para favorecer las relaciones comerciales, pero también supone la pérdida del poder de intervención de los estados, el laissez faire económico que podría favorecer a las empresas más grandes en detrimento de las pequeñas y medianas organizaciones.

Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea ya generan cerca de 700.000 millones de euros al año -la balanza está a favor del Viejo Continente, con un excedente comercial de 86.000  millones de euros-, pero de cerrarse este acuerdo esta cifra podría aumentar en más de 200.000 millones, constituyéndose la mayor zona de libre comercio global, concentrando casi el 50% de la actividad económica mundial. La Comisión Europea asegura que puede suponer un incremento de entre el 0,5% y el 1% del PIB, que en las familias repercutiría en una subida del poder adquisitivo de 550 euros anuales.

La trampa, explicó a este diario el eurodiputado de Izquierda Unida, Willy Meyer, es que  no 'todos saldremos beneficiados', como aseguró el presidente de EEUU, Barack Obama, en el último G-8. 'Las zonas de libre comercio sólo benefician a las multinacionales y al sector financiero. Van a acumular capital a una velocidad de vértigo', afirmó el eurodiputado, defendiendo la celebración de un referéndum entre los ciudadanos europeos, como sí se ha hecho en varios países antes de contraer este acuerdo.

Con todo, la firma de tratados de libre comercio comenzó hace más de ciento cincuenta años y es una práctica habitual-la UE ha ratificado cerca de 200-, pero evidentemente no todos tienen la misma repercusión. Por ejemplo, los acuerdos firmados entre EEUU y Chile o Colombia tienen distintas particularidades y limitaciones, como los que hoy negocian México y Panamá, o el contraído por Honduras y Canadá el pasado martes, que aún debe ser ratificado por ambos países, y que regula el intercambio de productos alimentarios o textiles, entre otros.

De momento, apenas ha transcendido información sobre el estado de las negociaciones y los puntos abordados durante las primeras reuniones. En principio, los sectores audiovisual y cultural están fuera de las negociaciones, en las que tampoco se esperan grandes avances en materia bancaria o agricultura.

El acuerdo comercial estará firmado en un plazo de dos años 

Si todo marcha según lo previsto, el país norteamericano y los 28 firmarán este acuerdo en un plazo de dos años. Después, el texto deberá ser aprobado por el Parlamento Europeo y por las respectivas cámaras de los Estados miembros, y deberán retomarse las negociaciones si parte de los 28 lo rechazan.

A día de hoy, este es el calendario de reuniones (pasadas, presentes y futuras)

Primera ronda (julio de este año): Curiosamente, la primera semana de negociaciones se celebró entre el 8 y el 12 de julio de este año, durante el estallido de las primeras revelaciones sobre el espionaje de la NSA. En Washington, Europa y EEUU hablaron de la normativa sanitaria y fitosanitaria, el acceso a los mercados y bienes industriales, las adquisiciones públicas de bienes y servicios, el sector automovilístico-según el secretario de Estado de Comercio español, un área clave- los servicios financieros, el comercio electrónico y los productos agrícolas

Si se firma el acuerdo, supondrá la mayor zona de libre comercio global Segunda ronda (noviembre): Marcada originariamente entre el 7 y el 11 de octubre, pospuesta hasta la semana del 11 al 15 de noviembre por la paralización del Gobierno de EEUU. En Bruselas,  los distintos equipos de negociadores de ambas partes discutirán sobre servicios, inversión, energía, materias primas y temas regulatorios, entre otros.

Tercera ronda (diciembre): Washington volverá a ser el escenario de estas reuniones, que se celebrarán entre el 16 y el 20 de diciembre.

En lo que respecta a nuestro país, y según la fundación alemana Bertelsmann, España sería el cuarto país que más puestos de trabajo generaría de concretarse el acuerdo -entre 36.000 y 143.000- y también sería el cuarto de la lista en el que más se incrementaría el PIB a largo plazo.

A pesar del presunto espionaje de EEUU a millones de ciudadanos europeos y a los líderes de decenas de países, la Comisión Europea ha rechazado incluir un capítulo sobre la protección de datos en la negociación comercial, recordando que existe un grupo de expertos estadounidenses y europeos creado en julio, que sólo se ha reunido tres veces y sin que hayan transcendido resultados de sus encuentros.

Del mismo modo, ha decidido hacer oídos sordos a la petición del presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y de varios grupos de esta cámara, que abogaban por la paralización del acuerdo hasta recabar más datos sobre las escuchas de la NSA espionaje de la NSA.

El tratado no incluirá un capítulo sobre protección de datos

Consultados por este diario, los europarlamentarios Willy Meyer (IU) y Juan Fernando López Aguilar se mostraron favorables a la paralización de las negociaciones, en la línea marcada por el presidente del Parlamento Europeo y candidato socialista para las elecciones europeas de 2014.

Por su parte, el presidente François Hollande aseguró en julio que era mejor contar con una evaluación precisa sobre el presunto espionaje antes de seguir con las negociaciones y la propia canciller Angela Merkel, que hoy descarta rotundamente pedir una pausa en estas reuniones, amenazó con que la cuestión del espionaje tendría un 'importante papel' en las negociaciones con EEUU.

Algunos líderes europeos pidieron evaluar el espionaje antes de seguir con las negociaciones

Al otro lado del ring, el Partido Popular Europeo, los gobiernos de los 28, el Ministerio de José Manuel García-Margallo -por la 'importancia vital' de las relaciones con Estados Unidos- y el propio secretario de Estado de EEUU, John Kerry, 'Esta es una alianza comercial, algo completamente separado de los otros temas que la gente puede tener en mente. No debería confundirse con las preguntas legítimas que existen respecto a la NSA', defendió en un reciente viaje a Polonia.

Y en vista de los últimos acontecimientos, Kerry se saldrá con la suya: Washington y Bruselas seguirán adelante con la negociación, las reivindicaciones de Schulz caerán en saco roto, y la verdad sobre las escuchas seguirá sin salir a la luz.

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