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La mafia financiera internacional contra Argentina... y todos nosotros

Jorge Fonseca
Profesor de Economía Internacional en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Científico de ATTAC

La situación que se respira en estos momentos en Argentina (se palpa en todas las conversaciones de bares y lugares públicos, incluso en las paradas de taxis o autobuses) es de fuerte incertidumbre de lo que ocurrirá si en unas horas no se da con una salida al chantaje planteado por Griesa ('campaña contra Argentina' dijo el The New York Times), que empujaría a Argentina al default técnico de su deuda externa (suspensión de pagos, 'técnica' porque no sería Argentina quien la declare).

El juez estadounidense que lleva el caso falló a favor de un fondo 'buitre' obligando a Argentina a pagarle a éste inmediatamente 1.300 millones de dólares por unos bonos de deuda que ese fondo compró a 40 millones, pues pagó un pequeño porcentaje del valor nominal de los mismos, que sin embargo es el que ahora Argentina debe pagar con elevados intereses. Es decir: pagar más de 3.000% del valor por el que los compraron los 'buitres'. Cuando Argentina renegoció su deuda en 2005 y 2010 obteniendo importantes quitas de parte de los acreedores del 92,4% de su deuda, los especuladores compraron bonos a precio de saldo con la intención de conseguir por vía judicial lo que ahora les da el juez Griesa: beneficios escandalosos, aprovechando que los acreedores imponen que las disputas judiciales sobre deuda se resuelvan en EEUU. El fondo NML Capital, que ha conseguido este fallo favorable, es uno de esos fondos especulativos. Su principal accionista, Paul Singer, es un extremista republicano vinculado al Tea Party que trabaja en apoyo de Israel, país que hoy practica terrorismo de Estado y el genocidio en Gaza asesinando masivamente niños palestinos. Singer trabaja particularmente en contra de la paz en medio Oriente, financiando las campañas que rechazan cualquier acuerdo de paz, en definitiva, a favor de la guerra.

El problema de Argentina es que si acata el fallo del juez Griesa, tendrá que pagar unos 15.000 millones más a otros tenedores de bonos del 7,6% que no entraron en la reestructuración de la deuda. Más grave aún: una cláusula de dicha reestructuración, establece que si Argentina paga más a los bonistas que no entraron en el canje de bonos que a los que sí aceptaron bonos nuevos con quita, entonces estos tienen derecho a reclamar el mismo trato, lo que significa que podrían exigir lo mismo que se le pague a los fondos buitres. Es decir se anularía la quita concedida y Argentina tendría que pagar el 100% de su deuda reestructurada con intereses usurarios, lo que supone una cantidad que oscila entre 150.000 y 500.000 millones de dólares (la diversidad de circunstancias de los distintos tipos de bonos afectados hace muy difícil un cálculo preciso). Esto sería la bancarrota absoluta de Argentina. Por esta razón el gobierno argentino, con acertado criterio, en ningún caso pagará a los fondos buitres. Tiene claro que es preferible declarar un nuevo impago que obligue a reestructurar toda la deuda (incluyendo la que tienen los buitres).

Por otra parte la situación de Argentina hoy, con los problemas propios de un país periférico sometido a las condiciones del orden neoliberal que destruye el trabajo de los pueblos para favorecer a la oligarquía financiera internacional, es muy distinta a la de 2001 cuando se vio forzada a suspender el pago de la deuda. Hoy ha reducido significativamente su endeudamiento y el grueso de la deuda pública es interna, y en pesos argentinos (sólo un 8% del PIB es con acreedores extranjeros). Por esta misma razón en este momento los bancos privados argentinos, con el apoyo del JP Morgan, estarían negociando la compra de los bonos en manos de los fondos buitres para evitar un impago total de deuda por parte de Argentina que les perjudicaría particularmente pues sus bonos de nueva deuda se devaluarían inmediatamente. Pero el tiempo se agota.

Los pueblos y gobiernos de América Latina han expresado su apoyo a Argentina y los de Europa deberían hacerlo también, pues si este chantaje de terrorismo financiero tiene éxito, las próximas presas serán Grecia, Portugal y cualquier país (mañana podría ser España) que consiga una reducción de la deuda externa. Deudas externas que son ilegítimas, pues no fueron contraídas por sus pueblos, pues tanto en Argentina, como en Grecia o España la elevada deuda es el resultado de la conversión en deuda pública de la deuda privada de los monopolios y amigos de gobiernos dictatoriales (como la de Argentina se multiplicó durante la dictadura de Videla) o autoritarios formalmente parlamentarios como los que hoy asolan España y el sur de Europa. Como dice el Premio Nobel Stiglitz: el fallo de Griesa es una bomba de EEUU sobre el sistema económico global. 


https://www.quoners.es/debate/crees-que-argentina-conseguira-salvar-la-situacion-del-pago-de-su-deuda-frente-a-la-justicia-americana

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