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Rajoy, tercer año: el profeta del milagro económico que falló en todo

JORGE OTERO

Este jueves 20 de noviembre se cumplen tres años del arrollador triunfo electoral del PP de Mariano Rajoy. Los conservadores lograron entonces el mejor resultado electoral de su historia con el apoyo del 44,6% de los votantes y 186 diputados.

Rajoy, que se había pasado los tres años que duró la legislatura anterior profetizando el desastre y prometiendo milagros, cosechó la mayoría absoluta gracias a un discurso triunfalista en el que se presentaba como el gobernante que iba a sacar a España de la crisis.

Pese a que el Gobierno vende ahora una incipiente recuperación que sólo se refleja en algunas estadísticas oficiales, tres años después en España hay más paro, más pobreza y más desigualdad.

El paro es la prueba del algodón, el elemento por el que se va a juzgar la capacidad del Gobierno. El presidente Rajoy lo sabe y por eso no se cansa de repetir que España ha entrado en un nuevo ciclo, que ahora la economía española ya crea empleo después de destruirlo durante seis años consecutivos, entre 2008 y 2013. El dato es cierto, pero con matices: en lo que va de 2014 hay 508.100 parados menos pero sólo se han creado 368.800 empleos. ¿Qué indica este dato? Que no todos las personas que abandonan la cola del paro encuentran un trabajo. De hecho, sólo la mitad de los parados que dejan de serlo encuentran un empleo, generalmente precario y mal pagado; la otra mitad simplemente se rinde y deja de buscar o se va del país.

La cifra de los que se han ido es escandalosa. Teniendo en cuenta los ocupados, los parados y los activos en diciembre de 2011 (23.440.300 activos) y en septiembre de 2014 (22.931.700 activos), 507.800 personas han sido expulsadas del mercado laboral español en los últimos tres años: son lo que han dejado de buscar trabajo o se han ido a buscarlo fuera.

La tasa de paro en diciembre de 2011 era del 22,56% y había 5.287.300 parados. Casi tres años después dicha tasa está todavía en el 23,67% y los parados son 140.000 más

Una mirada en perspectiva a estos tres años ofrece una realidad bien distinta, pero más realista: los últimos datos de la EPA (tercer trimestre de 2014) indican que desde el primer día que Rajoy pisó las alfombras de La Moncloa (21 de diciembre de 2011) hasta hoy se han destruido 648.200 empleos y aún hay 140.400 parados más. La tasa de paro en diciembre de 2011 era del 22,56% y había 5.287.300 parados. Casi tres años después dicha tasa está todavía en el 23,67% y los parados son 5.427.700 personas. La tasa de actividad ha caído del 60,29% al 59,53% desde que el PP llegó al poder.

Pero lo peor, lo que invita al desánimo, es que el paro de larga duración que se ha multiplicado por nueve desde el inicio de la crisis. Sólo en 2013 se disparó un 22,5% con respecto a 2012. Y en 2014 la tendencia se ha acentuado: en octubre de este año había 3.359.900 personas que llevaban un año o más en el paro; al llegar al poder el PP estaban en esa situación 2.643.200 parados. En tres años de Gobierno del PP los parados de larga duración han crecido en 716.000 personas, un 27,1% más.  

El crecimiento del número de parados de larga duración ha ido acompañada de una notable reducción de la cobertura de la pretación por desempleo, que ha caído de forma sostenida: del 72% sobre el total de parados en 2009 y 2010, se pasó al 64% en 2011, al 60% en 2012, al 57% en 2013 y al 53% en 2014, siempre tomando como referencia los meses de septiembre.

Con más paro del que había en 2011 es lógico que muchos indicadores señalen un incremento de la pobreza y de las problemas de los ciudadanos para afrontar la crisis. No hay que irse muy lejos para confirmar el deterioro social y económico de los últimos años: basta con mirar los datos de la Encuesta sobre Condiciones de Vida del INE. Esa encuesta señala que en 2011 el 26,7% de la población corría el riesgo de caer en la pobreza; en 2013 —últimos datos disponibles— ese porcentaje se incrementó hasta el 27,3%, y aunque aún no hay datos, todos los expertos señalan que en 2014 la situación será todavía peor.

También se ha disparado el porcentaje de personas que sufren dificultades —desde pocas a muchas— para llegar a fin de mes: el INE certifica que en 2011 el 58,3% de los ciudadanos tenía dificultades para acabar el mes; en 2013 el dato ya había escalado hasta el 67%. La misma tendencia se repite con los hogares que subsisten con lo justo: del 56,3% en 2011 se ha pasado al 65% en 2013.

Otro indicador del INE que da una idea de la expansión de la pobreza los últimos años es el de la Población que sufre 'carencia material severa'. El 4,5% de la población lo sufría en 2011, mientras que en 2013 ya era el 6,2%. Pero todavía hay más: según la misma encuesta del INE, la renta media por hogar ha bajado unos 1.000 euros entre 2011 y 2013: de 27.747 euros a 26.775.

Pero no sólo el INE confirma una realidad social que el Gobierno se empeña en no ver. Fuera también lo ven: las estadísticas del Banco Mundial también certifican que somos más pobres y que la renta per cápita ha bajado en España de 31.118 dólares en 2011 a 29.118 en 2013.

El avance de la pobreza es consecuencia de la contracción económica que ha sufrido el Producto Interior Bruto (PIB) entre 2008 y 2013. En su mensaje cargado de triunfalismo, el Gobierno de Rajoy insiste en que la economía española ha empezado a crecer en 2014. Es verdad, pero como ocurría antes, también es importante matizar que ese crecimiento es tan lento y tan leve que no puede compensar la fuerte caída de los seis años anteriores.

Desde que el PP ha llegado al poder la riqueza nacional ha descendido en 25.966 millones de euros

En 2011 el PIB se contrajo un 0,6% (según el nuevo método contable aprobado recientemente), pero el primer año Rajoy en el palacio de la Moncloa la situación empeoró notablemente: la economía cayó un 2,1%. El año 2013 la cosa no fue mucho mejor: la economía retrocedió otro 1,2%. Este año es muy posible que el PIB crezca un 1,2% tras seis años en los que la riqueza nacional medida por el volumen del PIB hay descendiso en 67.029 millones de euros. Desde que el PP ha llegado al poder esa riqueza nacional ha descendido en 25.966 millones de euros, según el propio INE.

Siguiendo con el PIB, el Ejecutivo prevé un crecimiento para 2015 del 2%. Muchos analistas ya han señalado que es muy posible que esa previsión no se cumpla dado que hay dos factores que ejercen de freno: el descenso de las exportaciones españolas y la desacelereación de la economía de la Eurozona. 

Por lo que respecta a las exportaciones, los últimos datos confirman ese parón: el déficit comercial alcanzó en el primer semestre de 2014 los 11.882,4 millones de euros, prácticamente el doble que en el mismo período de 2013 cuando se situó en 5.824,2 millones de euros.

Las exportaciones eran la gran coartada de Rajoy: durante 2012 y 2013 crecieron de forma importante (un 3% en 2012 y un 8% en 2013). De hecho, durante esos dos años fueron prácticamente el motor de la economía española. Rajoy sacaba pecho cada vez que podía y se atribuía todo el mérito del aumento de las mismas: para el jefe del Ejecutivo eran la prueba de que la economía española era competitiva. Pero en 2014 el aumento de las exportaciones está siendo mucho más modesto: apenas un 0,5%.

No sólo somos más pobres que en 2011, sino que debemos más a nuestros acreedores

Es verdad, que en contraposición, las importaciones han crecido un 5,3% en 2014 tras bajar un 1,2% en 2012 y un 3,2% en 2013. Eso denota un mayor consumo, pero en cualquier caso ese repunte es insuficiente para apuntalar el débil crecimiento.

Otro indicador que pone en evidencia la tan cacareada recuperación pregonada por el Gobierno es el aumento de la deuda pública. Es imparable: no sólo somos más pobres, sino que debemos más a nuestros acreedores. En los últimos años los pagos de los intereses de la deuda se han comido muchas inversiones en políticas sociales.

Las políticas de austeridad, los recortes sociales y los ajustes no han servido para poner coto al volumen de deuda pública, que ya supone el 97,1% de PIB: el Estado español debe más de un billón de euros, en concreto 1.020.680 millones de euros. Hace exactamente tres años, en el tercer trimestre de 2012, justo antes de la llegada del PP al poder, la deuda pública alcanzaba el 66% del PIB y el país debía unos 350.000 millones menos que ahora.

Durante estos tres años Mariano Rajoy ha repetido una frase como un mantra: 'No podemos gastar lo que no tenemos'. El presidente y sus ministros económicos no se han cansado de repetir que el contro del déficit público es fundamental para generar crecimiento y salir de la crisis. Pero aquí también ha fracasado el Gobierno pues ha incumplido sistemáticamente los objetivos de déficit que ha impuesto la Unión Europea. El Ejecutivo de Zapatero cerró 2011 con un déficit —ayudas a las bancas incluidas— del 9,4% del PIB . El PP se echó las manos a la cabeza y dijo que ese descontrol no tendría lugar bajo la presidencia de Rajoy. No ha sido: en 2012 el déficit se disparó al 10,6% del PIB y en 2013 se quedó en el 7,1% cuando el objetivo era el 6,5%. En tres años el PP aún no ha conseguido domar el déficit público, pese a que se presentó como el mejor garante para hacerlo.

En tres años el PP aún no ha conseguido domar el déficit público, pese a que se presentó como el mejor garante para hacerlo 

El objetivo de déficit para 2014 se ha fijado en el 5,5%. Después de los tijeretazos de los últimos años, el Gobierno pretende recortar otros 16.000 millones de euros en gasto público este año. Bruselas cree que España tampoco cumplirá este año con el déficit —aunque sea un incumplimiento mínimo: la Comisión Europea cree que el déficit español cerrará en el 5,6%— aunque la diferencia entre los ingresos y los gastos se haya reducido hasta septiembre de 2014 un 7% con respecto al mismo periodo del año pasado.

La morosidad bancaria no ha dejado de crecer en estos tres años aunque al menos en los últimos meses de 2014 no ha ido a peor, si bien es cierto que el grifo del crédito aún echa poca agua. Pero además de ser un buen referente para medir la capacidad económica de los ciudadanos, la morosidad denota en parte el dinamismo del sector finaciero. Y la situación no es halagüena: en octubre de 2011 la tasa de morosidad estaba en el 7,41%; en octubre de 2014 no se devuelven el 13,01% de los créditos. La cifra en términos absolutos de créditos dudosos se sitúa ahora en 180.517 millones de euros; hace tres años esa cifra era de 131.908 millones. 

Quizá la única buena noticia para el Gobierno del PP en estos tres años. Y para el resto del país, cabría decir. La prima de riesgo,  el sobreprecio que exigen los inversores por compra bonos españoles frente al alemán, ha bajado de forma notable, sobre todo desde el verano de 2012, cuando superó los 600 puntos básicos. Ahora está en el entorno de los 130 puntos básicos.

Fue la acción de Draghi y del BCE y no la del Gobierno la que logró controlar la prima de riesgo

Pero esa bajada, y por tanto la mayor facilidad para financiarse en los mercados de deuda, no es mérito del Gobierno español sino de Mario Draghi: en septiembre de 2012, en plena crisis de la deuda, que amenzaba con llevarse por delante no sólo a España sino a algún otro país importante, el presidente del BCE pronunció aquella famosa frase: 'Haré lo que haga falta'. La prima empezó entonces a bajar y España pudo empezar a financiarse a precios más razonables, a pagar menos intereses en definitiva.

Casi dos años después, con algún que otra altibajo, la tranquilidad ha sido la norma. De hecho, a 19 de noviembre de 2014 la prima de riesgo está en 13o puntos cuando en vísperas del triunfo electoral de Rajoy estaba en 441 puntos básicos.

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