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800 kilómetros contra la precariedad y en defensa de la ayuda mutua

El Correscales, una iniciativa surgida de los antiguos huelguistas de Movistar, completa la marcha por relevos de Bilbao a Barcelona para denunciar la explotación laboral y con la voluntad de poner en marcha un fondo cooperativo de apoyo a futuras luchas.

Parte de el Correscales, iniciativa surgida de los antiguos huelguistas de Movistar, llega a la meta. MARC FONT

MARC FONT

BARCELONA.- Las instalaciones de la Fira de Barcelona en l'Hospitalet de Llobregat son estos días un punto de atención mundial como sede principal del Mobile World Congress (MWC), pero durante unos minutos el espacio, situado a escasos metros de la mastodóntica plaza Europa, ha sido el escenario para denunciar la precariedad laboral.

La razón ha sido la llegada de decenas de personas vestidas con camisetas azules, que acababan de completar el Correscales, la carrera por relevos impulsada por los antiguos huelguistas de Movistar y que desde el jueves ha recorrido 800 kilómetros desde Bilbao hasta Barcelona. A escasos metros de la entrada del MWC, Aitzol Ruiz de Azua, trabajador de una empresa subcontratada por Movistar y uno de los portavoces de la huelga del año pasado —en la que surgió la llamada Marea Azul—, ha reivindicado que la iniciativa ha servido para “denunciar la precariedad que nos imponen todas las multinacionales, que nos hacen vivir en la miseria”.

En total, unos 400 activistas han participado en alguno de los relevos del Correscales, de los cuáles más de 100 trabajan para la filial de Telefónica. A su llegada a l'Hospitalet les han recibido algunas decenas de personas, entre los que había el concejal de la CUP en la ciudad, Khristian Giménez, y los tres representantes del mismo partido en el Ayuntamiento de Barcelona, María José Lecha, Maria Rovira y Josep Garganté. Aitzol Ruiz de Azua ha calificado la experiencia de “muy bonita” y se ha mostrado convencido que es una “semilla” para “luchar juntos contra la precariedad y las multinacionales”. Más allá del apoyo popular, la iniciativa también busca recaudar fondos para liquidar la deuda contraída por la caja de resistencia de la huelga de Movistar del año pasado y ser la base de un nuevo fondo común para apoyar futuras luchas, tanto laborales como sociales.

Javier Marco, otro de los trabajadores que ha participado en la marcha reivindicativa, ha comentado que con la caja de resistencia común “queremos devolver el favor del año pasado, ya que pudimos luchar tanto tiempo gracias al apoyo de la gente”.

Parte de el Correscales, iniciativa surgida de los antiguos huelguistas de Movistar, llega a la meta. MARC FONT

Parte de el Correscales, iniciativa surgida de los antiguos huelguistas de Movistar, llega a la meta. MARC FONT

La huelga se alargó durante dos meses y medios, pero no sirvió para conseguir las principales reivindicaciones de los trabajadores, como poner fin límites a la cadena de subcontrataciones de la multinacional y garantizar un sueldo digno a los técnicos que trabajan para ella, muchos de los cuáles no llegaban ni a los mil euros mensuales.

En este sentido, Marco ha contado a Público, que justo antes del inicio del Correscales la compañía se ha comprometido que el 70% de los técnicos formen parte de su plantilla, un porcentaje muy superior al 30% actual.

Más de 120.000 euros recaudados

El Correscales está impulsado por la Marea Azul y activistas de movimientos sociales. La iniciativa se autodefine como “una lucha contra la precarización y las condiciones de vida injustas e inaceptables que desembocan en la acumulación de recursos en pocas manos y la miseria en muchas”. Durante el trayecto, ha recorrido ciudades y municipios en los que se desarrollan distintas luchas sociales con las que quiere tejer alianzas y a su paso se han organizado numerosos actos de apoyo. Por ejemplo, los activistas entraron en Aragón bordeando los límites del pantano de Yesa, en solidaridad con la batalla contra su recrecimiento.

La movilización surgió para trascender el conflicto laboral de los trabajadores de Movistar, muchos de los cuáles están subcontratados en otras empresas o son falsos autónomos. Se marcó como reto recaudar 100.000 euros para devolver la deuda de la caja de resistencia creada durante la huelga de la filial de Telefónica y construir, además, un fondo cooperativo de ayuda mutua para futuras luchas. Ahora mismo, las aportaciones ya superan los 120.000 euros y la cifra seguirá aumentando hasta el 15 de marzo, cuando se cierre el que ya se ha convertido en una de las campañas de micromecenazgo que más fondos ha reunido en España. A la espera del papel que decidan jugar los sindicatos en la gestión del nuevo fondo colectivo, de entrada se creará a nombre de la Asociación Marea Azul.

La huelga de los trabajadores de Movistar empezó en Barcelona el 7 de abril del año pasado y se cerró el 19 de junio, cuando los sindicatos minoritarios decidieron suspender la protesta. La movilización llegó por el progresivo empeoramiento de las condiciones laborales de los técnicos de la compañía de telecomunicaciones. En los últimos años, gran parte de ellos han dejado de estar en plantilla de la multinacional para pasar a trabajar por empresas subcontratadas o, directamente, como autónomos, con sueldos muy inferiores y que difícilmente llegan a los mil euros mensuales. Sus reivindicaciones era, precisamente, una mejora de sus condiciones salariales y la reducción la cadena de subcontrataciones de Movistar.

Durante la protesta se ocupó durante varios días la tienda del Mobile World Centre en la plaza Catalunya de Barcelona y varios partidos de izquierdas —como Barcelona en Comú, ERC o la CUP— firmaron el llamado Compromiso de las Escaleras, con el que se comprometían a no firmar contratos con compañías que vulneren derechos laborales y no fijen unas condiciones dignas a sus trabajadores.

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