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El antecesor de Blesa dice que las tarjetas en Caja Madrid "eran 'white', y luego se empezaron a oscurecer"

El expresidente de la caja, Jaime Terceiro, sostiene en el juicio que las tarjetas eran para gastos de representación y deducibles, y no remunetatorias, como aseguró Blesa.

El expresidente de Caja Madrid Jaime Terceiro, en una imagen del monitor de la sala de prensa de la Audiencia Nacional, en San Fernando de Henares. EFE/Emilio Naranjo

PÚBLICO/EUROPA PRESS

MADRID.- El expresidente de Caja Madrid entre 1988 y 1996, Jaime Terceiro, ha manifestado que las tarjetas creadas bajo su mandato eran "exclusivamente" para gastos de representación de los consejeros de la caja extinta, y que era el "procedimiento más transparente" que existía.

En el marco de la undécima sesión del juicio de las tarjetas que sienta en el banquillo de los acusados de la Sección Cuarta de la Sala de Lo Penal de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares a 65 exaltos cargos y directivos de la entidad por el uso presuntamente fraudulento que hicieron con sus plásticos, Terceiro, que presta declaración en calidad de testigo, se ha referido al acuerdo del Consejo de Administración de 1988 en el que se estipulan las condiciones de las visas.

Así ha asegurado que este sistema formaba parte de un circuito "muy estandarizado y controlado" que cumplía "todos los requisitos para ser gastos deducibles" y que en Caja Madrid "no podía haber" tarjetas entendidas como parte de la remuneración de los consejeros, contradiciendo así a su predecesor en el cargo, Miguel Blesa, quien apuntó que recibió su 'black' como parte de su salario.

"No me cabe en la cabeza que se invierta cualquier mecanismo de compensación de gastos que no esté recogido explícitamente en las actas del consejo de Gobierno. Es el mundo al revés", ha aseverado Terceiro ante el tribunal de la Audiencia Nacional que dirime si los encausados -entre los que se encuentran políticos de PP, PSOE e IU además de representantes sindicales y de la patronal- incurrieron en delito continuado de apropiación indebida y administración desleal. 

"Invención desde el inicio"

Al respecto ha añadido que es "una invención desde el inicio y nada más falso de la realidad" y, sobre quienes apuntan que esta práctica nació de su propia decisión, ha recordado que reside en un acuerdo alcanzado por los miembros de los órganos de gobierno "que igual para defenderse dicen lo contrario a lo que estipulan las actas" en referencia concreta a la del 24 de mayo de 1988.

Las retribuciones de los miembros del Consejo de Administración era de 1.800 euros al año en dietas mientras que para los miembros de la Comisión Ejecutiva era de 9.000 euros al año, según ha recalcado el antecesor de Blesa al frente de la caja extinta quien ha agregado que se consideró oportuno modificar el sistema de compensación de gastos.

"Se concedió una tarjeta a cada miembro de la Comisión de Administración y Control sobre la base de este acuerdo del consejo que tenía un límite técnico y que era de 600 euros. Hubo afirmaciones que dicen que ese límite se había cambiado con los años y es radicalmente incierto", ha expresado Terceiro.

A preguntas del fiscal Anticorrupción, Alejandro Luzón, Terceiro ha explicado que su remuneración era de 168.000 euros cuando llegó a la caja y de 254.000 euros cuando la abandonó en 1996. Todo ello se cobraba en doce mensualidades y estaba incluido en su IRPF.

Defensa de Ángel Montero

Además ha agregado que con ninguna visa de las que se concedieron se podía sacar dinero en metálico desde un cajero y, contradiciendo a algunos de los acusados que han prestado declaración ante el tribunal, ha añadido que "no solo no se daba el pin sino que ni siquiera se emitían los números correspondientes a las tarjetas de empresa".

En línea con lo que expuso en su declaración ante el magistrado instructor del caso, Fernando Andreu, Terceiro ha asegurado que la fiscalidad de las visas, a las que los encausados cargaron 12,5 millones de euros entre 2003 y 2012, dependía de la Secretaría General de la caja a cuyo frente estaba Ángel Montero, uno de los hombres más nombrados durante la declaración de los acusados. Sobre él ha precisado que ejerció la responsabilidad de otorgar los plásticos "con toda seriedad y serenidad".

"Cualquier cosa que no coincida con lo que estoy diciendo es rotundamente falsa", ha agregado el exdirectivo de la caja extinta quien ha repetido en sendas ocasiones durante su declaración testifical, que Montero llevaba un riguroso control sobre el uso que hacían los consejeros de los plásticos y que por ello se reunía semanal y mensualmente con los beneficiarios de las mismas para recordarles la "prudencia, cuidado y caracterización de los gastos".

"Políticas de austeridad

El expresidente de Caja Madrid refuta así la versión de algunos de los acusados que afirmaron ante la Presidenta del tribunal, Ángela Murillo, que recibieron las visas de manos de Montero, fallecido en el año 2000, como complemento retributivo, una versión desechada por Terceiro quien ha recordado que durante sus años al frente de Caja Madrid existió "una política de austeridad".

"Existía una única tarjeta de representación y no era concebible otro sistema ni en Caja Madrid ni en otras instituciones (...). No puede uno venir a decir que esos eran comportamientos generales al sistema financiero porque eso hace daño. Es un mensaje que, aparte de falso, trata de oscurecer el comportamiento de gente que ha tomado decisiones correctas y transparentes frente a otras que no", ha explicado el testigo.

Así, ha sacado pecho de al gestión financiera hecha durante sus años al frente de Caja Madrid de la que ha dicho que era la más "solvente" y que "como poco" en seis actas desde 1988 hasta 1996 se hace referencia a estas tarjetas como gastos de representación, por lo que no había lugar a que se entendieran como un instrumento ambiguo. "En los 15 años posteriores ¿no hubo tiempo de rectificarlas?" se pregunta en respuesta a los que cuestionaron la naturaleza de las mismas.

El fiscal arremete contra la defensa de Blesa

El representante del Ministerio Fiscal, Alejandro Luzón, ha interrumpido esta mañana el interrogatorio y ha acusado a la defensa de Miguel Blesa de intentar "amedrentarle" para que contestara "en la línea con lo que interesa a las defensas".

Tras someterse a las preguntas del representante del Ministerio Fiscal, le ha tocado el turno a las defensas; en concreto a Carlos Aguilar, letrado que ejerce la representación procesal de Miguel Blesa, que ha insistido en conocer por qué Terceiro ha dicho que había que dignificar la labor de los exaltos cargos y directivos si luego ha defendido que los plásticos eran únicamente para gastos de representación.

Al respecto, Luzón ha interrumpido el interrogatorio para espetarle al letrado de Blesa que estaba haciendo un intento "evidente de amedrentar al testigo" para que éste contestara "en la línea que interesa a la defensa".

"Nos parece que es abusar de la forma que es interrogar y de la libertad que da la sala al letrado e impedir que el testigo responda con libertad", ha alegado Luzón. Aguilar al respecto ha respondido que "en absoluto es cierto" que intentara amedrentar a Terceiro.

"Una gran empresa española" a cambio de que abandonara Caja Madrid

El que fuera presidente de Caja Madrid ha defendido que el exvicepresidente del Gobierno e investigado en esta causa Rodrigo Rato le ofreció la presidencia de "una gran empresa española" a cambio de que abandonara Caja Madrid.

"El partido político que condujo a este pacto, su vicepresidente económico de entonces, hoy presente en esta mesa, me llamó a su despacho para ofrecerme la Presidencia de una gran empresa española para que dejara la caja libre y me fuera cuanto antes y yo dije que la caja no era una moneda de cambio", ha espetado.

Terceiro ha hecho a preguntas de las defensas que se cerró un pacto en su última etapa como presidente que contemplaba "cambios drásticos en la política de inversión de la caja y en la remuneración de los empleados".

"Llegaba a condicionar que los nombramientos de altos cargos tenían que estar consultados previamente y de forma discreta con un sindicato y dicho partido político y esa no era la forma que tenía yo de gestionar la caja", ha subrayado. No ha otorgado más datos sobre la identidad de los responsables del pacto, del cual ha dicho que estaba "en desacuerdo porque contradecía las políticas" llevadas a cabo hasta el momento en la caja.

Así ha añadido que se "obligaba" a los consejeros a asumir ese acuerdo alcanzado al margen de los órganos de gobierno de la caja.

"Desde mi punto de vista ahí es cuando empieza el mal gobierno corporativo, era un pacto importante y desobedecía la Ley de Cajas de Ahorros de 1992" en lo que respecta a que ningún consejero puede recibir instrucciones del grupo que lo nombra, ha argumentado.

"Ese pacto, por definición, obligó a todos los consejeros a elegir un nuevo presidente", ha aseverado para explicar cómo fue su salida de Caja Madrid en 1996 año.

En relación a la proposición de Rato, Terceiro ha explicado que respondió al que posteriormente fue nombrado presidente de Caja Madrid y Bankia, que tenía que esperar a que se formara una nueva mayoría y que entonces dimitiría, como finalmente hizo el 10 de septiembre de 1996.

Anteriormente las tarjetas eran 'white'

Terceiro ha reiterado que las visas que vieron la luz en un acuerdo del consejo de Administración en mayo de 1988 eran "absolutamente blancas y legales" porque estaban "fiscalizadas" y que empezaron a oscurecerse con su salida de la caja extinta.

"Las tarjetas aprobadas eran absolutamente blancas, es decir, 'white', porque eran legales, estaban contabilizadas y se realizaban a través de los circuitos explícitamente definidos", ha señalado.

"Si me pregunta a partir de cuándo se empezaron a oscurecer, le tengo que decir que tiene que ser una fecha posterior a mi dimisión como presidente de Caja Madrid", ha aseverado.

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